Los pros y los contras de las e-bikes de carretera

Dentro de toda la complejidad que existe en la 'telenovela' de amor/odio de las e-bikes, los modelos de carretera son quizá los que más detractores tienen. En MTB parece que las aguas están muy calmadas, y motores, baterías y modelos convencionales conviven por los caminos en una armonía bastante generalizada. Que así siga. Las de ciudad están más que asentadas e integradas en el panorama eléctrico e incluso las de gravel ya tienen su público, y su volumen de ventas va creciendo lento pero seguro.

Las e-bikes de carretera son otra historia. Son una modalidad que cuesta más encajar, no solo por ese carácter más tradicional y purista del ciclismo de carretera, ligado especialmente en nuestro país a lo que en Maillot llamamos medio en broma 'la cofradía del sufrimiento', si no porque el corte de asistencia cuando llegamos a los 25 km/h te puede dejar 'vendido' en recorridos llanos, debido al peso adicional de motor y batería, si circulas en compañía de una grupeta 'cañera' de bicis 'convencionales', que siempre van a ser más ligeras.
Nuestra experiencia nos dice que esto es verdad... hasta cierto punto. Y es que, las e-bikes de carretera han evolucionado tanto en apenas cuatro años, sobre todo en lo que a pesos globales se refiere y calidad de rodadura sin asistencia, que la sensación de 'lastre' cuando rodamos por encima de los 25 km/h se ha reducido en gran medida. Pero de todo ello hablaremos más adelante.
Motores centrales y en el buje trasero
E-bikes de carretera hay muchos tipos, tanto por sistemas de motor y ubicación del mismo, como por el tamaño de la batería, así como modelos que vienen con la posibilidad de añadir una batería externa adicional o 'range extender'. Por poneros algunos ejemplos, hay muchas marcas que usan un motor central en el eje de pedalier al igual que en las e-mtb, como Specialized con su renovado motor SL 1.2 en su gama Turbo Creo SL, una plataforma pensada tanto para carretera como para gravel, y que supuso un antes y un después en este segmento de las e-road.
O la familia Domane+ de Trek, que en su última actualización incorpora el motor TQ HPR50, visto anteriormente en montajes de montaña como la Trek Fuel EXe, y que destaca por su reducido peso, tamaño y nivel de ruido. Sin olvidar interesante propuestas como la Cervélo Rouvida equipada con motor Fazua Ride 60 y con montajes enfocados tanto para carretera como para gravel, la Cannondale Synapse Neo montada con el motor Bosch Performance Line SX especialmente diseñado para e-bikes ligeras.
La otra opción son las bicicletas con motor en el buje trasero, una propuesta que permite a las marcas modificar mucho menos los moldes y geometrías de los cuadros -ya que el pedalier es totalmente convencional-, lograr montajes globales más ligeros -suelen ser motores más livianos que los centrales- y con un factor Q convencional. La contrapartida está en que situamos buena parte del peso del sistema de asistencia en el eje trasero, algo que, en teoría, puede perjudicar al manejo y la conducción.
En este 'bando' encontramos bicicletas tan interesantes como la asequible MMR Beat 00, equipada con el exitoso Mahle X20, o una de las últimas e-road en pasar por nuestro banco de pruebas, la Giant Defy Advanced E+ que va montada con el motor SyncDrive Move Plus de la misma marca, y que tan buenas sensaciones nos dejó.
¿Es mejor una ubicación de motor central o en el eje trasero? Pues desde el punto de vista de la manejabilidad y el reparto de pesos, la verdad es que en carretera o gravel cuesta encontrar diferencias, ya que la exigencia técnica es mucho menor que en el MTB. La elección dependerá más de la potencia que busques en el motor o de tus preferencias estéticas.
El peso: de casi 11 a 16 kg
Si estás pensando en pasarte a una e-bike de carretera, tienes que tener en cuenta que el peso de las mismas es más elevado que una bici convencional. Algo a considerar cuando la asistencia deja de asistir por encima de los 25km/h. A partir de esa velocidad, eres tú el que aporta toda la energía, y la sensación de lastre puede hacerse palpable. En cuanto a la fricción que pudiera generar el motor 'desconectado', con los motores actuales es nula o casi inexistente, así que esto ya no supone un problema.
Pero lo cierto es que a lo largo de los últimos años, los fabricantes también han ido ganando la batalla de la báscula en el segmento de las e-bikes de carretera, con cuadros de carbono y equipamientos de primer nivel, como la Scott Addict eRide o la Bianchi eOltre que no superan los 11 kg, la BH iAerolight rondando los 12 kg o la Cannondale Synapse Neo AllRoad y sus 14 kg.
Y ojo, que en aluminio también se están haciendo eficientes (y más asequibles) e-bikes de carretera, como la ya mencionada MMR Beat 00 y sus 13,2 kg o la Moustache Dimanche 28 Road 6 que ronda los 15 kg.
Es decir, modelos ligeros hay, pero no solo tienen un precio muy elevado, si no que, aún siendo súper livianos para ser una e-bike, no pueden competir con los 6,5 a 8,5kg de una bici de carretera convencional.
A favor de las ebikes de carretera:
- Abren el abanico de uso a muchos tipos de usuarios.
- Ayudan notablemente en zonas de montaña con muchos puertos.
- Suelen tener un buen paso de rueda, que permite adentrarse incluso en el gravel.
- Para salidas cortas de entre 60 y 90 km puedes ir muy rápido.
- En virtud del modelo, condiciones y gestión de la batería, puedes llegar a 180 km de autonomía.
- La sensación de pedaleo natural ha mejorado sustancialmente con los motores más modernos.
En contra de las ebikes de carretera:
- El peso es elevado en gamas medias y bajas.
- Limitación de asistencia de 25km/h.
- La entrada y corte de asistencia puede ser algo brusca en algunos sistemas.
- El uso de 'range extender' supone un aumento de peso de algo más de un kilo, generalmente.
Así puedes exprimir una e-bike de carretera
Vale, ya sabemos que las ebikes tienen en su contra el factor peso y el factor velocidad por encima de los 25km/h, pero, ¿Qué podemos hacer con una ebike de carretera? Una e-bike de carretera te puede permitir disfrutar de la bici de carretera, independientemente de tu edad, o tu experiencia con la carretera, sin llegar al sufrimiento extremo. Te puede permitir subir puertos que de otra manera a lo mejor sería imposible (incluso peligroso para tu salud), y te puede permitir hacer salidas de entre 60 y 100km, a una buena velocidad media y con el disfrute como objetivo. En 2-3 horas puedes hacer fácilmente 60-75km y en condiciones normales, podrás usar solo la batería principal.
Piensa que si vives en una zona muy montañosa, con una e-bike te puedes evitar el sufrimiento inmediato de comenzar subiendo, para ir dosificando esfuerzos y batería, con el fin de disfrutar mucho más de los puertos, incluso de los más duros. Además, las e-bikes de carretera están diseñadas para un paso de rueda bastante amplio de más de 30 mm, que te pueden permitir instalar un neumático más ancho y aventurarte un poco al gravel y a las pistas de tierra.
En este sentido, un buen ejemplo de todo lo que puedes llegar a hacer con una e-road (en este caso, convertida en e-gravel), lo tienes en la Experiencia Madland Gravel-Camino de Uclés, donde llegamos a completar un recorrido de 170 km y algo más de 1.300 metros de desnivel, con una batería de solo 320 Wh.
¿Y qué pasa con las grupetas?
Si habitualmente sales en carretera con grupetas de cierto nivel, y donde el rendimiento es uno de los principales objetivos, probablemente te toque sufrir en el llano para mantenerte a rueda con velocidades medias elevadas, por encima de los 35 km/h. Por no hablar de lo que te costará responder a una arrancada o soportar el 'látigo' típico a la salida de una curva o una rotonda.
En este sentido, y aunque las e-bikes de carretera cuentan con un carácter deportivo innegable y una estética cada vez más atractiva, obviamente no son bicis de rendimiento puro. Así que si te ves envuelto en algunas de las situaciones mencionadas en el párrafo anterior, es posible que te hayas equivocado de bicicleta... o que haya llegado el momento de cambiar de grupeta.
Otra cosa es que hablemos de grupetas más asequibles o clubes ciclistas donde se organizan salidas en diferentes grupos o niveles. En ese sentido, y así lo hemos experimentado nosotros e diversas ocasiones, la 'convivencia' entre e-bikes de carretera y sus hermanas convencionales no debería ser ningún problema, pues las e-road actuales permiten mantener velocidades de crucero en torno a los 30 km/h sin notar una penalización excesiva, siempre y cuando no se vaya 'a palos', recordad.
Saliendo solo o con alguien que lleve también una e-bike de carretera, las posibles dudas o conflictos desaparecen. Subir puertos a una buena media y con el apoyo del motor, es una experiencia totalmente distinta, en la que la ‘x’ de la ecuación del sufrimiento es variable, dependiendo de todo lo que tu quieras aportar a la pedalada, y lo que quieras que el motor aporte.
Lesiones, edad y usuarios esporádicos
Las e-bikes de carretera, como decíamos, abren el abanico de usuarios. Si, no solo los que disfrutamos de las bicis en todas sus versiones, con y sin motor, podemos usar una e-bike. Riders con lesiones crónicas que no les permiten pedalear en una bici convencional, ciclistas que por edad ya no pueden pedalear como les gustaría o no pueden subir puertos 'a fuego', o simplemente ciclistas que quieren disfrutar de la bici, pero quieren que la bici les eche una mano cuando no estén sobrados físicamente, las e-bikes son una alternativa sobresaliente.
No olvidemos que las e-bikes, independientemente del tipo que sean, acercan el ciclismo a un gran abanico de usuarios. Y ya solo por eso, deberíamos ser un poco más abiertos de mente, al ver cómo tenemos más ciclistas que se van a animando a pedalear, lo hagan con o sin e-bike. Es bueno para todos.
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