Test: Probamos la Cannondale SuperSix EVO SE: gravel 'racing' con mayúsculas
Vuelo rasante
En el catálogo de Cannondale, el gravel tiene sin duda una posición de privilegio. La marca de Connecticut apostó fuerte por esta disciplina desde su nacimiento y hoy ofrece un amplio repertorio de modelos, para todos los gustos y bolsillos, destinados a surcar las pistas de tierra, carreteras rotas y caminos con plenas garantías. Una variedad que tiene en su gama Topstone el mejor ejemplo, desde sus asequibles versiones en aluminio a las más evolucionadas en carbono, con horquilla de suspensión Lefty Oliver y sistema de absorción trasera Kingpin.
Pero, de cara a esta temporada, Cannondale quiso dar un paso más, poniendo sus miras en la competición y el rendimiento, tanto en el ámbito del gravel como en el del ciclocross. Para ello han sido concebidas las nuevas SuperSix EVO CX y SuperSix EVO SE que, como su propio nombre indica, toman como punto de partida la Cannondale SuperSix EVO de carretera, la bicicleta de competición en asfalto emblemática de la firma norteamericana.
En el caso de la Cannondale SuperSix EVO SE que hemos podido probar durante algunas semanas, nos encontramos ante una bicicleta ideada para las competiciones de gravel, cada vez más en auge, y que este año han tenido ya su bautismo de fuego a nivel internacional con el circuito de pruebas auspiciado por la UCI (Unión Ciclista Internacional). De hecho, el sello de dicho organismo, impreso en el tubo del sillín de la SuperSix EVO SE, nos habla directamente de la certificación de este modelo para tomar parte en esas pruebas con todas las de la ley.
No obstante, si tus aspiraciones no son tan elevadas, y simplemente buscas una bicicleta de gravel para rodar a altas velocidades por las pistas de tu entorno, te adelantamos que estás ante una de las mejores opciones que podrás encontrar en el mercado. Veamos porqué.
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El cuadro, piedra angular
El cuadro de la SuperSix EVO SE es, como decíamos, descendiente directo del modelo de carretera. Carbono de la más alta calidad, tirantes bajos y perfiles aerodinámicos en zonas estratégicas de los tubos nos hablan a las claras de las intenciones de Cannondale con esta bicicleta. Con una geometría muy similar a la de su hermana de ruedas finas, la principal diferencia la encontramos en un ángulo de dirección más relajado, a 71 grados, que da paso a la contundente horquilla de carbono, diseñada expresamente para este modelo, y que influye en gran medida en el comportamiento de la bici.
Hablamos de lo que en Cannondale han llamado geometría OutFront, donde un ángulo de dirección relajado, combinado con un trail corto y sus vainas de 422 mm, hacen de la SuperSix EVO SE una bicicleta ágil en bajas velocidades -increíble como tracciona en las subidas- y muy estable cuando llega la hora de aumentar revoluciones o descender, gracias al protagonismo de su conjunto dirección-horquilla.
Cierto es que no se trata de un cuadro especialmente absorbente -en este sentido, hay que encomendarse a la labor de la preciosa tija de carbono HollowGram 27 SL KNØT y la presión de los neumáticos- pero recordemos que no estamos ante una bicicleta gravel relajado sino ante una máquina enfocada hacia el rendimiento y la competición. De hecho, no encontraremos aquí roscas portabultos o anclajes para bolsas, como en los citados modelos Topstone.
El cableado interno y el amplio paso de rueda -hasta 45 mm- completan un cuadro que enamora a primera vista -al menos, en nuestra opinión- con su atractivo color verde 'mint' -única opción disponible- y sus gráficos minimalistas.