Test: Cannondale Synapse Carbon 2 RL
La evolución de la especie
Cannondale es, sin duda, una de las marcas con mayor personalidad dentro del mercado. La firma estadounidense siempre ha sido valiente a la hora de innovar, tanto desde el punto de vista del diseño como de la tecnología ¿Quién no recuerda sus rompedores cuadros de aluminio, empleados por el Saeco de Mario Cipollini en los 90? ¿O, en el terreno del MTB, su horquilla de suspensión Lefty? Y es que, a pesar de no ser ajenos a las tendencias generales del sector, el atrevimiento les ha llevado siempre a marcar su propio camino en esto del ciclismo. Y la nueva Cannondale Synapse Carbon es un buen ejemplo de ello.
Hace 15 años, Cannondale fue una de las firmas pioneras -por no decir la primera- en instaurar una nueva categoría de bicicletas de carretera, denominada endurance o 'gran fondo' y que, por aquel entonces, nos sonaba un poco a chino. Pero detrás de aquella categorización había algo real: un nuevo concepto de bicicleta, de alto rendimiento, con cuadro de fibra de carbono de alto módulo, inspirado en las duras condiciones de las grandes clásicas ciclistas del centro y norte de Europa (Roubaix, Flandes... ), donde la comodidad y el confort para soportar horas y horas encima del sillín adquiría especial protagonismo, sin olvidar prestaciones de competición.
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El trabajo y la ubicación de las fibras de carbono en el cuadro, la geometría y la forma de los tubos... todo redundaba en una bicicleta posturalmente muy cómoda, 'flexible' y absorbente en los momentos requeridos, sin perder por ello la 'chispa' y agilidad de su hermana más racing, la Cannondale SuperSix. No obstante, SuperSix y Synapse se han ido retroalimentando mutuamente con sucesivas mejoras a lo largo de estos años, lo que explicaría, en gran medida, la nueva identidad de la gran fondo de Cannondale.
La última versión de la Cannondale Supersix, presentada hace unos tres años, ya se beneficiaba de las tecnologías anteriormente testadas -con éxito- en la Synapse, como la tecnología SAVE, aplicada tanto en el cuadro -vainas y tirantes, principalmente- como en el manillar o la tija de sillín. Si a ello se sumamos la capacidad de albergar neumáticos de hasta 30 mm de ancho, nos encontramos con una SuperSix abierta a un público más amplio, pero que no ha perdido la chispa y reactividad de antaño. Vamos, que salvo por la geometría, Supersix y Synapse compartían ya bastantes similitudes.