La breve, pero intensa historia del gravel

El gravel ha pasado en tiempo record de ser considerado una tendencia, a una disciplina como tal. Llevamos haciendo gravel muchos más años de los que creemos, pero con otro tipo de bicis.
La breve, pero intensa historia del gravel
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Autor Maillot Alberto Álvarez
Autor de la fotoArchivo / Linda Guerrett / Arjan Boldingh

Fecha de la noticia 16/04/2021


Tengo un amigo que dice que ‘cualquier bici, es una bici de gravel’. Y no le falta razón. Los que ahora hacemos gravel con una bici específica para ello, lo hacíamos ya hace más de 15 años con neumáticos lisos de 23mm, pedaleando por pistas que maltrataban nuestras queridas bicis de carretera. Lo que ahora es una disciplina con identidad propia, ha sido una evolución lógica de nuestras ganas de salirnos del asfalto cuando en teoría no debíamos.

Pero, si echamos la vista mucho más atrás, el gravel, que es ahora una modalidad, hace más de 100 años, era casi una obligación. Históricamente, los inicios del uso de la bici, tanto en competición, así como de medio de transporte, se hacía irremediablemente sobre caminos y carreteras sin asfaltar. Todos os acordaréis de las primeras imágenes del Tour de Francia o del Giro de Italia sobre caminos polvorientos y llenos de piedras, donde las bicis no tenían ningún componente específico para esas condiciones. Y este es uno de los motivos por los que el gravel se ha posicionado con tanta fuerza. La filosofía de este tipo de bicis, concuerda mucho con ese sentimiento básico de montar en bici sobre cualquier superficie, y con una sola bici que se pueda adaptar a casi cualquier terreno.

Más años de gravel de los que piensas

El gravel ni ha llegado de un día para otro, ni es una moda que se han inventado las marcas para renovar el mercado. Bueno, tampoco vamos a ser muy radicales con esto, porque sabemos que el todopoderoso marketing también tiene mucho que ver con las nuevas tendencias o disciplinas, pero si que es cierto, que el gravel ha llegado como una lenta evolución en la búsqueda de los límites de las bicis de carretera. Los eventos de larga distancia también han tenido mucho que ver, sobre todo en zonas como el estado de Kansas en USA, pionero en cierta manera de que las gravel nacieran en busca de la bici perfecta para esa zona del medio oeste americano.

Pareja montando en bici de gravel por pistas de tierra

El evento Dirty Kanza, que se comenzó a celebrar en 2006 con apenas unos cientos de participantes (en la actualidad ya va por más de 4.000 participantes), fueron pioneros a la hora que los participantes comenzaran a dar rienda suelta a su imaginación a la hora de llevar la bici más adecuada, para recorrer cientos de kilómetros por pistas de tierra, grava y asfalto. Hablamos de hace 15 años, momento en el que las bicis de carretera eran ‘demasiado de carretera’ con muy poco espacio para neumáticos más anchos, las bicis de montaña eran ‘demasiado de montaña’ para ir por pistas, y el mix entre touring, una ciclocross y una de carretera, parecía como el cocktail perfecto para las largas jornadas de pedaleo en pista.

Neumático trasero en una Ibis Hakka MX

Lo que se buscaba eran bicis con neumáticos más capaces para soportar la tierra, grava e irregularidades del terreno, manillares de carretera para ir más cómodos y poder ir cambiando de posición, resistencia para poder llevar bolsas de manillar, sillín y cuadro y unas relaciones de cambio más tirando a carretera que a montaña por la alta velocidad media y el escaso desnivel de las pistas.

La Salsa Warbird de 2012

Hay muchas marcas que han sido parte del inicio de las gravel como modalidad, pero recuerdo que mi visita al salón del Eurobike de 2012, fue un punto de inflexión, al menos para mi, en cuanto a la llegada de las gravel. La Salsa Warbird de 2012 (a la venta en 2013) ya se describía en dicho salón como una ‘gravel racer’. La Warbird estaba fabricada en aluminio Scandium, pero ya contaba con detalles como la horquilla Enve CX herencia del ciclocross, el tubo de dirección conificado y los frenos de disco. Además, venía montada con ruedas de 38mm de ancho. Incluso, incluía las roscas para los guardabarros y hasta 3 soportes para bidones. Estamos hablando de hace casi 10 años y una estética bastante actual, considerando lo que han evolucionado las gravel sobre todo en los últimos 5 años.

Modelo Salsa Warbird del año 2013

La Warbird resume muy bien lo que las gravel estaban poniendo sobre la mesa en el mundo de la bici. Espacio para neumáticos de 38mm, frenos de disco y estética de carretera con unos ángulos algo más relajados a nivel de geometría.

La ayuda inestimable de los frenos de disco

2015 fue un año muy importante para las gravel y para el ciclismo en general, porque la llegada progresiva de los frenos de disco en las bicis de carretera (en ciclocross ya iban por delante), cambió unos estándares clave, para que las gravel llegaran a escena más fuertes que nunca. Los frenos de disco relegaron los cierres rápidos para siempre y dieron la bienvenida a los ejes pasantes. Con ellos, a un ancho de ejes mayor, algo que permitió liberarnos de las ataduras de las llantas con pistas de frenado, lo que llevó como consecuencia a llantas y horquillas más anchas, perfectas para albergar neumáticos más anchos.

Imagen de unos frenos de disco con pastillas y disco Galfer

Esa evolución era perfecta para modelos de carretera gran fondo con neumáticos de 28 y 30mm, y perfecta a su vez para las bicis utilizadas en las clásicas de primavera, donde el ancho de la llanta y el neumático eran esenciales. Ese mismo 2015, ya vimos a algunos fabricantes apostar por modelos gravel con manillares abiertos, neumáticos de 35 y 38mm, frenos de disco y soluciones para aumentar el confort como tijas especificas.

Muchas de las marcas que en esa época comenzaban a definir el gravel, lo hacían también con modelos de ciclocross, que ya tenían frenos de disco, pero al tener cuadros y horquillas preparados para neumáticos anchos, fueron derivando en generaciones que, en uno y dos años, pasaron a considerarse modelos de gravel al 100%.

Foto de acción de una mujer montando en gravel por pistas de tierra

Muchos os acordaréis en 2016 del modelo Open U.P que era capaz de montar ruedas de carretera, gravel y mountain bike, con un solo plato y que sin duda marcó tendencia durante muchos años a un montón de fabricantes que tomaron inspiración total en muchos de los modelos que hemos visto en los últimos 5 años.

Modelo OPEN UP del año 2016

La evolución actual es imparable

Es difícil marcar un punto exacto en la historia de las gravel, que defina que modelo fue el primero. Las gravel son producto de la evolución de más de 15 años, pero como apuntábamos al principio, los eventos de larga distancia como la Dirty Kanza son quizá los responsables de tener las gravel que tenemos hoy. De alguna manera, es como cuando comenzó el mountain bike, modificando bicis tipo cruiser.

Vista frontal de un manillar de gravel de una Specialized Diverge

De una manera natural, hemos ido buscando bicis que se ajusten al tipo de ciclismo que nos gusta practicar. Y hace años cuando comenzamos a salirnos del asfalto con nuestras bicis de carretera porque queríamos explorar territorio, veíamos como ni los neumáticos, ni las ruedas, ni los frenos, eran suficiente. Esos límites son los responsables en parte de que el ciclismo avance. No sabemos que modalidad será la siguiente, pero será una más a sumar al gravel.

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