Cinco señales de que algo va mal en tus frenos de disco (y cómo solucionarlo)

Los frenos de disco son nuestro mejor aliado en cuanto a la seguridad, pero la puesta a punto es fundamental. No olvides revisarlos si notas alguna de estas señales.
Cinco señales de que algo va mal en tus frenos de disco (y cómo solucionarlo)
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Autor Maillot Alberto Álvarez
Autor de la fotoArchivo / Park Tool

Fecha de la noticia 19/02/2024


En MaillotMag siempre hemos sido defensores del uso de los frenos de disco para carretera. Pero aún siendo conocedores de todas las ventajas que ofrecen, con la seguridad como punto más representativo, sabemos que el mantenimiento y los pequeños problemas que pueden surgir, a veces no son fáciles de solucionar. En MTBpro ya hemos hablado de ello, con lo que no hemos querido dejar de pasar la oportunidad de ofreceros soluciones para carretera y gravel, cuando algo indica que tus frenos no están como deberían.

1. Rozamiento de pastillas

Es el más habitual y el que de alguna manera nos saca a todos un ‘poco de quicio’. Rodar con el ruido del rozamiento del disco en alguna de las pastillas, es algo que puede tener muy fácil solución o que puede ser que tengas que sangrar y limpiar el sistema de frenado por completo. Lo más habitual si tus frenos son más o menos nuevos, es que la pinza de freno esté mal alineada. Esto hará que las pastillas no estén paralelas al disco y en algún momento alguna de las pastillas o las dos, rocen el disco. Afloja los tornillos de la pinza y ajusta el espacio existente entre las dos pastillas y el disco, para volver a apretar los tornillos de la pinza.

Cinco señales de que algo va mal en tus frenos de disco (y cómo solucionarlo)

Si aún así sigues teniendo rozamiento, también puede ser porque el disco esté torcido y en algún momento del giro, roce con alguna de las pastillas. Hay una herramienta específica para poner el disco recto y es más que recomendable tenerla en casa. No lo hagas con las manos (al menos sin guantes limpios) porque podrías contaminar la pista de frenada. Y siempre que lo hagas, hazlo con suavidad, porque los discos se doblan con facilidad y puedes empeorarlo más que mejorarlo. Aprovecha también a reapretar los tornillos del disco por si acaso.


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2. Recorrido inusual de la maneta

Hay muchas ocasiones en las que la maneta tiene mucho recorrido antes de que empieces a frenar en condiciones. Esto se suele deber a que el sangrado no está hecho correctamente, o simplemente tienes aire en el circuito. Te toca sangrar todo el sistema, con el procedimiento y aceite recomendado por el fabricante y siempre con el kit de sangrado adecuado. Dependiendo de la marca, no siempre obtendrás un buen resultado con el primer sangrado y lo mismo te toca repetir. Sino estás seguro de como hacer el proceso correctamente, lleva tu bici a un taller profesional.

Cinco señales de que algo va mal en tus frenos de disco (y cómo solucionarlo)

Ojo con el sangrado y con la elección del aceite correcto, porque elegir el aceite incorrecto, puede derivar en un daño irreparable de todo el sistema de frenos e incluso el fallo y posible accidente.

3. Endurecimiento de la maneta

A veces en un descenso largo, notamos como la maneta se va endureciendo a medida que pasan los kilómetros. Esto suele ser habitual si abusamos mucho de los frenos en descensos pronunciados y rápidos, ya que el aceite, el disco y la pinza alcanzan unas temperaturas demasiado elevadas y los pistones no son capaces de regresar a su sitio o incluso el aceite con tanta temperatura, puede crear alguna burbuja de aire que arruine nuestra frenada.

Cinco señales de que algo va mal en tus frenos de disco (y cómo solucionarlo)

Pero si por otro lado, notas este endurecimiento sin necesidad de hacer ningún descenso, se puede deber a que el sistema necesita un sangrado porque tenga aire, o simplemente porque el aceite esté muy degradado con el paso del tiempo y no fluya de la misma manera. Si al sangrar los frenos ves que el aceite está de color gris o incluso casi negro, es que hace tiempo que deberías de haberlo cambiado. En estos casos es recomendable un doble sangrado, para que no queden restos del aceite viejo y solo fluya aceite nuevo por el sistema.


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4. Pistones bloqueados

Este va en relación con el primer punto, porque hay muchas veces que aunque la pinza esté bien colocada y el disco esté recto, verás como la distancia entre el disco y las pastillas es tan mínima, que no hay espacio y notas el rozamiento. Esto se suele deber a que los pistones no se retraen correctamente a su posición inicial y las pastillas dejan poco espacio al disco. Cuanto más ‘viejos’ son los frenos, más suele pasar.

Pistones de una pinza de freno

Para solucionarlo, quita las pastillas de freno, limpia la pinza y los pistones con un limpiador especial para frenos, y con cuidado ve pulsando un poco la maneta de freno para que salgan los pistones; no demasiado, porque si se salen por completo tendrás problemas para volver a meterlos y además te tocará sangrar todo el sistema. Una vez con los pistones un poco fuera (que veas unos 3-4 mm de pistón), con un poco de aceite (mineral o DOT, dependiendo del sistema o marca) pon unas gotas alrededor de cada pistón.

Con la herramienta adecuada, empuja muy poco a poco los pistones en su sitio y limpia el aceite sobrante con el limpiador específico de frenos. Si empujas los pistones con mucha fuerza o muy rápido, puedes dañar las juntas del sistema de frenos, al tener el sistema cerrado y no abierto como cuando se sangran. Después instala las pastillas y la rueda, pulsa unas cuantas veces la maneta de freno y normalmente obtendrás un mejor resultado y los pistones volverán mejor a su posición inicial.


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5. Ruido en la frenada

Hay muchos motivos por los que puede haber ruido en la frenada. Quizá demasiados. En condiciones de agua suele ser habitual, pero desaparece cuando se va secando el agua del disco y las pastillas. En otras ocasiones el ruido puede provenir de las propias pastillas de freno que vibran durante la frenada, o que incluso las pastillas estén muy gastadas y estés frenando con el soporte de las mismas. Esto es más habitual de lo que parece… También la superficie de las pastillas se suele cristalizar con el tiempo (tienen como un brillo cuando las sacas) y conviene de vez en cuando quitar esa superficie brillante con un papel de lija muy fino.

Cinco señales de que algo va mal en tus frenos de disco (y cómo solucionarlo)

Sino ruedas en zonas de agua y condiciones climatológicas muy adversas, puedes optar por las pastillas de compuesto orgánico, que son algo más blandas que las de compuesto sinterizado y aunque duran menos, son menos propensas a los ruidos.

Recuerda revisar el espesor de los discos de freno, ya que suelen tener un espesor mínimo de unos 1,5mm dependiendo de la marca y por debajo de esa medida, no es seguro en absoluto frenar con ellos.

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