Vestirse por capas, la clave para montar en bici en otoño
En otoño, igual que sucede en primavera, los días comienzan muy fríos y húmedos y según avanzan las horas, la temperatura comienza a subir hasta alcanzar temperaturas más agradables para luego volver a bajar, casi de golpe, cuando el sol comienza a ponerse. Por no hablar de la irrupción de las primeras lluvias persistentes, ante las cuales te recomendamos seguir estos consejos a la hora de salir a rodar bajo el agua.
En cualquier caso, a veces es complicado saber con qué ropa debemos empezar a montar. Y para ello lo mejor es seguir la teoría de la cebolla o vestirse por capas.
Capas de ropa para ciclismo en otoño
En otoño (y en primavera) se da la circunstancia que vemos ciclistas con indumentarias de lo más variopintas. Desde el valiente que sale en manga corta arriba y abajo, con el gran riesgo de pasar mucho frío, al que sale vestido como en lo más crudo del invierno, también con riesgo de pasar un calor excesivo y sufrir las consecuencias de una sudoración excesiva.
Para ello lo mejor es vestirse por capas y con complementos de forma que, según avance el día y suban las temperaturas, nos podamos ir quitando algunas de ellas para adaptarnos al aumento de la temperatura. O, por el contrario, ponernos más prendas si salimos por la tarde y las temperaturas comienzan a bajar.
En Maillot Mag defendemos el uso de camisetas interiores o baselayer que ayudan a mantener la temperatura corporal al tiempo que evacúan el sudor. Este tipo de prendas las encontramos específicas para invierno, verano o entre tiempo.
Si tenemos un maillot de manga larga, perfecto, si no, siempre podemos acudir al combo maillot + manguitos, que son un complemento ideal para no pasar frío en los brazos a primera hora o durante los descensos y que son muy fáciles de poner y quitar y se guardan con facilidad en cualquier bolsillo del maillot.
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Lo mismo sucede con los culotes, aunque en este caso hay que tener en cuenta que al poco tiempo de que empecemos a mover las piernas cogeremos temperatura en ellas, por lo que es posible que no necesitemos ningún añadido. No obstante, los días algo más fríos o húmedos, pero no lo suficiente para usar un culote de invierno, podemos apostar por las perneras, que hacen la misma función y tienen las mismas características que los manguitos y que incluso podemos utilizar si tenemos por delante un descenso prolongado y queremos evitar que se nos queden las piernas muy frías.
Otro elemento muy práctico y útil son las chaquetas ligeras o los chalecos, prendas muy finas, con un buen nivel de protección térmica y transpirabilidad pero que, al ser más finas, podemos quitarnos y llevar dobladas en los bolsillos del maillot. Estas prendas nos protegerán en las primeras horas del día, pero también en caso de que nos sorprenda una lluvia ligera o algunas rachas de viento.
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Por último, hay otro accesorio muy práctico, el pañuelo tubular que nos sirve para protegernos la garganta y/o las orejas, dos zonas muy sensibles a las temperaturas más bajas. Incluso se pueden usar por debajo del casco a forma de bandana para protegernos la cabeza en caso de que nos sorprenda mucho frío.
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