Trucos y consejos para mejorar las bajadas con tu bici de carretera
Existen escaladores, sprinters, clasicómanos... pero como tal, en ciclismo de carretera no existen los “descenders”. Sin embargo saber bajar es algo fundamental.
Independientemente de tu nivel como ciclista, saber bajar es algo que tienes que hacer con confianza y para ello nada mejor que la práctica. Pero antes de que te lances puerto abajo emulando a Indurain, Valverde o Froome vamos a darte los cinco puntos clave, acerca de la postura sobre la bici, trazada... que harán tu próximo descenso mucho más agradable para ti... y para los que te sigan.
1. Agárrate a la parte baja del manillar
Utilizar la parte baja del manillar es algo a lo que se resisten, en principio, muchos ciclistas, sin embargo esta posición tiene más beneficios que inconvenientes. Agarrarse a la parte baja del manillar nos obliga a adoptar una postura mucho más segura.
Para empezar, baja nuestro centro de gravedad, con lo que hace más estable el conjunto bici/ciclista, y a la vez somos más aerodinámicos. Al principio podrá parecernos una postura forzada e incómoda, pero es cuestión de acostumbrarse.
Circular agarrados a la parte baja del manillar nos asegura que nuestras manos no se suelten al pasar sobre un bache en el asfalto y también que podremos accionar la maneta de freno de manera más efectiva y con mayor control que si estuviéramos agarrados a los “escaladores” o a la parte superior del manillar. Por lo que si tenemos que realizar una frenada de emergencia podremos hacerlo de manera rápida y efectiva.
2. Utiliza tu cuerpo para dirigir la bici en las bajadas
Los pies, las rodillas, la inclinación de la espalda y la cabeza. Como ves, utilizarás todo tu cuerpo para dirigir la bici y tomar la trayectoria más favorable y segura en tus bajadas.
Los pies: en las curvas, el pie que se quede en el interior siempre arriba. En la parte más alta del ciclo de la pedalada. Además de equilibrar nuestra postura, evitaremos que el pedal o la zapatilla golpeen con el suelo al inclinar la bicicleta.
Las rodillas: separa la rodilla del cuadro del lado hacia dónde se dirige la curva. Te ayudará a mantenerte estable en las curvas con cierta velocidad. Adoptar una posición “tipo moto” con la rodilla hacia fuera nos ofrece una sensación de equilibrio y estabilidad mayor. Con la velocidad que se alcanza en la bicicleta no es necesario hacerlo la mayor parte de las veces, sin embargo, y especialmente los ciclistas noveles, se nota una mayor seguridad al trazar las curvas.
La inclinación de la espalda: al igual que agacharnos nos permite ganar velocidad, elevar el torso hace que adoptemos una postura menos aerodinámica y presentemos cierta resistencia contra el aire. Esto ayuda a disminuir la velocidad sin tocar los frenos.
La mirada, y por tanto la cabeza: en las bajadas cuanto más lejos miremos, mejor. A mayor velocidad necesitaremos mayor distancia de frenado. Por lo tanto cuanto más nos anticipemos en la visualización de peligros u obstáculos en el asfalto, más tiempo y capacidad de reacción tendremos para sortearlos sin incidentes.
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3. Trazado de curvas
Antes de ir más o menos rápido, lo que tienes que saber es saber por dónde. Los descensos no son en línea recta, están plagados de curvas y saber por dónde trazarlas es la clave.
La distancia más corta y por lo tanto la trayectoria más rápida entre dos puntos es la línea recta. Aunque suene raro, la trazada más rápida y segura de una curva es la más recta… (sin hacer un recto). Dicha trazada es la que empieza por la parte exterior de nuestro carril, se cierra hacia el vértice interior en el punto medio de la curva y continúa abriéndose poco a poco hacia el exterior a medida que vamos saliendo.
Dirige tu mirada al vértice de la curva mientras la trazas. Asegúrate siempre de no salirte de tu carril y vigila el tráfico tanto que circula en dirección contraria como en tu misma dirección por detrás de ti. Ante todo seguridad y sentido común.
4. Cuesta abajo y sin (tocar) frenos... ¡se baja mejor!
Durante los descensos deberemos utilizar los frenos lo menos posible, sólo para ajustar nuestra velocidad y nunca mientras trazamos una curva. En caso de tener que accionar los frenos, deberemos hacerlo de manera suave, progresiva y antes de empezar a trazar la curva. Un vez que estemos dentro de la curva, suelta los frenos y dirige tu trazada como te decíamos en el apartado anterior, con la mirada al vértice de la curva.
Uno de los mayores errores que comenten los ciclistas que empiezan es clavar los frenos en las curvas cerradas, lo que puede provocar caídas propias al bloquear la rueda de nuestra bicicleta o que los ciclistas que circulan detrás de nosotros nos embistan. En el primer apartado de este artículo ya vimos cómo hay que accionar los frenos (aplicando un 70% de la potencia al delantero y un 30% al trasero) y algún ejercicio que nos puede ayudar a mejorar nuestra frenada.
Si no bajas con seguridad, no arriesgues, sigue la trazada de un compañero de grupeta (que te inspire confianza) concentrándote en adoptar la postura que te explicábamos más arriba, intenta relajar tus brazos y toca el freno lo menos posible. Sólo para ajustar la velocidad en las entradas de las curvas. Nunca mientras la trazas.
5. Para aprender a bajar hay que... bajar... bajar... bajar...
Por muchos consejos que te demos, por mucha teoría que estudies... a bajar se aprende bajando. Lleva tus pulsaciones al límite en la subida y una vez hayas admirado las vistas, abróchate bien la cremallera de tu maillot, colócate bien las gafas y… disfruta la bajada.
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Último consejo
Cuando bajamos en pelotón es muy importante saber buscar nuestro sitio. De hecho, si la bajada se va a hacer más o menos agrupada, al igual que hacen los moteros cuando van en grupo, el que mejor baja debe ir en el segundo lugar, ya que es el más crítico (a fin de cuentas el primero tiene la mejor visión de la carretera y tiene más fácil la trazada, mientras que el segundo tiene que estar pendiente de evitar posibles errores que cometa el primero).
Si no somos buenos bajando, lo mejor es que comencemos en la parte trasera para evitar que otros ciclistas tengan que adelantarnos en situaciones menos seguras y que nunca tratemos de superar nuestros límites. Además, de esta forma podremos observar mejor las trazadas y puntos de frenado de otros compañeros más experimentados. Si bajamos bien y vemos que un colega sufre, podemos bajar el ritmo y tratar de adecuarnos a su nivel.
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