¿Cómo mantener impecable la transmisión de tu bici de carretera o gravel en invierno?
Víctor Marcos 
Archivo 
26/11/2025
En otras ocasiones hemos hablado de cómo preparar tu bici para los meses invernales, así como la mejor forma de equiparse para seguir disfrutando del ciclismo en esos días de climatología adversa.
Pero ahora nos vamos a centrar exclusivamente en la zona de la transmisión porque, sin duda, es una de las más ‘engorrosas’ de mantener en perfecto estado durante esta fase del año. Porque, de ello va a depender no solo nuestro rendimiento, sino también la longevidad de los componentes.
Aquí tienes una guía con los pasos clave para proteger la transmisión de tu bici de carretera o gravel a lo largo del invierno de una forma sencilla y efectiva.
1. Limpieza inmediata
El error más grande es dejar que la mezcla de agua, barro y sal se seque sobre la transmisión. Esta combinación actúa como un abrasivo potente y corrosivo. Por eso, tan pronto como llegues a casa, usa una manguera de baja presión o un cubo de agua para eliminar el grueso de la suciedad, especialmente de los platos, cassette y desviador.
A continuación, aplica desengrasante específico para bicicleta, sobre todo en la cadena y el cassette. En este punto, puedes utilizar un limpiacadenas con cepillos interiores y cepillos duros para el cassette. Haz girar la cadena en sentido contrario durante unos minutos para que el desengrasante penetre en los eslabones.
Finalmente, enjuaga bien para eliminar todo rastro de desengrasante. Eso sí, intenta no dirigir chorros de alta presión hacia los rodamientos del pedalier o los bujes, ya que podrías desplazar la grasa protectora.
2. El secado, clave contra la corrosión
El agua residual, especialmente en el interior de los eslabones de la cadena, es la principal causa de óxido. Para evitarlo, seca la cadena y el cassette a conciencia con un paño de microfibra limpio.
Otra opción, más ‘pro’, es utilizar aire comprimido o una bomba de pie con adaptador para dirigir el aire a los eslabones y los huecos del cassette, asegurando que se expulsa toda la humedad.
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3. Lubricación de invierno
El lubricante es el escudo protector de tu transmisión. En invierno, por norma general (aunque dependerá también de las condiciones reinantes en tu zona), debes cambiar tu lubricante de verano (seco o dry) por uno de invierno (húmedo o wet).
El lubricante húmedo resiste ser arrastrado por la lluvia y las salpicaduras de agua. Permanece en los eslabones más tiempo y ofrece una capa protectora más gruesa que minimiza la fricción.
Aplica el lubricante eslabón por eslabón en la parte interior de la cadena. Gira los pedales varias veces. Y después de unos minutos para que el lubricante penetre, retira el exceso con un paño limpio. Dejar lubricante en la superficie exterior solo servirá para atraer más suciedad y barro, creando una pasta abrasiva.
4. Mantenimiento profundo
Aproximadamente, una vez al mes, es recomendable realizar diversos chequeos, como el estiramiento de la cadena, la limpieza de las roldanas del cambio trasero, el desmontaje y limpieza del cassette (sobre todo si montas mucho en condiciones de barro, para limpiar las uniones y el cuerpo del buje libre) y la inspección de posibles restos de la sal esparcida en las carreteras, y que las ruedas lanzan hacia la transmisión y el pedalier. La sal es un elemento altamente corrosivo y puede generar puntos de óxido rápidamente.
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