Cinco cosas que debes cumplir para ser un buen ciclista urbano
Cualquiera puede pedalear por las calles de su pueblo o ciudad. No importa si llevas años montando en bicicleta, no importa la modalidad (montaña, carretera, gravel...) y no importa tampoco si la última vez que usaste la bici fue en tu pueblo, por allá por los años 80. Pero una cosa está clara; te incluyas en el grupo que sea, hay una serie de conocimientos (y hábitos) que deberías tener en cuenta para ser un buen ciclista urbano.
Sentirte seguro
No es lo mismo salir al monte a pedalear que introducirte en la jungla urbana. No es lo mismo una ciudad con una buena infraestructura ciclista, como puede ser Valencia, Barcelona o Vitoria, que ciudades en las que los carriles bici brillan por su ausencia. Menos aún se puede comparar una gran ciudad con un pueblo pequeño o mediano.
Por eso, es recomendable que al principio no te lances a compartir la vía con los coches, ni te metas en calles de cuatro carriles. Empieza poco a poco. Por carriles bici o parques donde puedas sentirte a gusto en bicicleta y, después, una vez que hayas superado lo que podemos llamar la primera fase, podrás pasar a la segunda. Esta consiste en, poco a poco, hacer simbiosis con los coches. Al principio por calles poco transitadas y, cuando te sientas lo suficientemente cómodo, en calles con más tráfico.
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Verás que lo que al principio te parecía un mundo e imposible de alcanzar, en muy poco tiempo será pan comido. Te habrás convertido en un ciclista urbano seguro de sí mismo.
Señalizar
¿Qué se te pasa por la cabeza cuando un coche no pone el intermitente para girar? Pues más o menos eso es lo que pensará un coche de un ciclista urbano cuando no señaliza en la ciudad, multiplicado por diez. Y como nuestro objetivo como ciclistas urbanos civilizados y con ganas de que cada vez seamos más es que los coches se acostumbren a nosotros, la recomendación es señalizar siempre.
Por supuesto, esto no solo lo haremos para que los coches no se enfaden, también para evitar accidentes. Señalar qué camino vas a seguir le permite al conductor que vaya detrás de ti anticiparse a tu movimiento. Es mucho más seguro. Así que ya sabéis a estirar el brazo que no cuesta nada.
Respetar los semáforos
Independientemente de si estamos o no de acuerdo en que los semáforos deben, o no, tener la misma duración para los coches que para las bicis. O si las bicicletas que vayan a girar a la derecha pueden saltarse el semáforo, como ocurre en países como Holanda. En España la normativa es la que es. Por cierto, las reglas cambian según la ciudad, por lo que es importante que conozcas cómo se rige la ciudad por la que pedaleas.
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Lo que no puede ser es que a los ciclistas urbanos se nos conozca por saltarnos todos los semáforos. Las normas, nos gusten más o menos, están para cumplirlas. Vamos a ser un ejemplo.
La prioridad en la vía pública
Algo muy importante a tener en cuenta es quién tiene la preferencia en la vía publica. La norma dice que el peatón tiene prioridad frente a cualquier otro medio de transporte por lo que siempre hay que cederle el paso a los peatones y, en caso de compartir espacio para circular, aunque en bici puedas ir más rápido, tendrás que disminuir la velocidad y no molestar. Por la acera, siempre andando a no ser que la normativa indique lo contrario.
También hay que tener en mente que si al ciclista urbano el coche le provoca miedo porque se siento más vulnerable, al peatón le pasa lo mismo con la bicicleta. Hay que respetarlos.
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Después del peatón, la prioridad la tiene el ciclista. Esto no significa que pueden hacer lo que quieran frente a los coches, igual que los peatones tampoco pueden hacerlo frente a las bicicletas.
Sonrisa
Por último pero no por ello menos importante, siempre tienes que llevar contigo una sonrisa. Esta es la 'norma' principal para convertirte en un buen ciclista urbano.
Seguro que te has percatado, cuando ves a gente pedaleando por la ciudad o el pueblo, el accesorio que siempre llevan con ellos es la sonrisa. Si no lo has hecho, fíjate. También puedes comparar la cara del que va dentro del coche y la del que va pedaleando. ¿Notas alguna diferencia? Sí, es la sonrisa.
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