Guía para principiantes: comprar una bici eléctrica urbana
En Maillot Mag defendemos que, como concepto, cualquier bicicleta es una buena opción para desplazarnos por la ciudad. Todo lo que sea cambiar hacia un modelo más sostenible ecológicamente y más activo como es una bicicleta frente al transporte motorizado es una buena opción.
El mercado nos ofrece una gran cantidad de posibilidades que, especialmente a los usuarios menos expertos, les puede complicar la toma de una decisión. Algo que si nos metemos en el segmento de las e-bikes urbanas se multiplica, tanto por la variedad de precios y montajes como por los diferentes tipos de asistencia: motor en la rueda trasera, en la delantera o en el pedalier. Sin entrar a valorar las prestaciones de la asistencia (que por otro lado está limitada por ley a 250 w y tiene que dejar de asistir cuando superamos los 25 km/h), vamos a ver algunos puntos que debemos tener en cuenta a la hora de elegir nuestra primera bici eléctrica para la ciudad.
En Maillot Mag ya tratamos la diferencia existente entre los motores en rueda trasera respecto al pedalier, las ventajas que tiene cada sistema frente al otro. Si atendemos a la oferta existente de bicicletas eléctricas en mercados alternativos, como tiendas de accesorios de coches, vemos que también hay modelos con el motor en la rueda delantera. Esta configuración libera de peso toda la zona de la transmisión, por lo que es más sencillo de comenzar la marcha, pero pasamos a un modelo de tracción delantera frente al de propulsión trasera, por lo que debemos modificar levemente nuestra forma de conducir la bicicleta, especialmente a la hora de pedalear en curvas.
Un aspecto importante que ya hemos tratado en ocasiones anteriores es la ubicación y tipo de batería, si es externa o interna; y en este caso si es o no extraíble. Esto es importante ya que en muchas ocasiones no tendremos un punto de carga cerca de donde podamos dejar la bicicleta, por lo que en este caso tendremos que primar la practicidad de poder quitar la batería y llevarla con nosotros hasta un enchufe frente a la mejor estética de las baterías integradas.
Un par de cosas que debemos tener en cuenta de las baterías de las bicicletas eléctricas es que, a mayor capacidad, mayor peso, por lo que tenemos que buscar el equilibrio perfecto entre autonomía y peso que necesitemos. Y la otra es que siempre que veamos un dato de autonomía en kilómetros es, en realidad, un dato estimativo, ya que la autonomía depende mucho de otros factores como nuestro peso, nuestro estilo de pedaleo, recorrido, desnivel del recorrido, temperatura ambiental…
Igualmente, si tenemos que subir o bajar la bicicleta por escaleras o en el ascensor, que el modelo elegido quepa sin problemas o que, al menos, sea manejable si tenemos que salvar tramos de escalones. Y lo mismo sucede con la forma del cuadro… un cuadro tipo “lowride” con el tubo superior bajo facilita mucho más el subir y bajarse de la bicicleta con determinada ropa (como faldas o trajes) así como poner los pies en el suelo cuando nos paremos sin tener que bajarnos completamente de la bicicleta.
Muy ligada a la forma del cuadro está la geometría y postura que adoptamos en la bicicleta. Si en una bici de carretera la prioridad es ir agachado para tener una posición aerodinámica, en una bicicleta urbana es más importante ir erguidos para tener un mayor campo de visión entre el tráfico y para que nos vean los otros usuarios de la vía. Además, una postura erguida es más cómoda para la espalda y el cuello.
Componentes y accesorios
El montaje y selección de componentes también es importante. Un buen sistema de frenos es fundamental, más aún en las bicis eléctricas, ya que tienen un mayor peso. La transmisión debe tener un rango de marchas que se adapte al terreno y tipo de bicicleta, ya que tienen la misma necesidad un ciclista de carretera que circula a velocidades más altas que un ciclista urbano que se ve obligado a parar y reanudar la marcha más veces por el tráfico y los semáforos.
Accesorios como los portabultos, en los que enganchar alforjas o pequeñas cestas para llevar la compra o el equipaje, y los guardabarros son también de agradecer en las bicicletas urbanas. Y es que, aunque luzca el sol, en las ciudades es habitual encontrarnos con obras, fuentes y riegos que salpican la calle, etc. y si estamos usando nuestra bicicleta para ir a trabajar (o incluso una cita), un guardabarros nos permitirá llegar sin manchas en la ropa.
Pero hay otros factores que podemos valorar a la hora de elegir una bicicleta eléctrica urbana, como unos puños y un sillín específicos, por lo general más cómodos, con un mullido superior (lo que nos evita llevar culottes con badana) aunque penalicen en peso respecto a los sillines de bicicleta convencional.
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