¿Es Madrid una ciudad para el ciclismo urbano?
Para que una ciudad sea amigable para el ciclismo urbano se tienen que dar muchos factores, ¿los cumple Madrid? Analizamos en este artículo cómo es pedalear por las calles de la capital.
Cuando se analiza si una ciudad es apta para el ciclismo urbano es inevitable hacer comparaciones. Si comparamos Madrid con Ámsterdam o Copenhague... Podríamos afirmar que deja mucho que desear en cuanto a infraestructuras. Si la comparamos con Barcelona, Zaragoza o Valencia... También.
Infraestructura ciclista en Madrid
Las infraestructuras ciclistas de Madrid escasean. Existen muy pocos carriles bici y, los que hay, o están muy desgastados y cuentan con numerosos baches, o en su trazado incluyen curvas cerradísimas imposibles de coger con la bicicleta, o de repente desaparecen en mitad de una rotonda y te quedas completamente desprotegido o todo a la vez. Además, los carriles bici son bastante estrechos y coincidir dos bicicletas, una en cada sentido, se puede convertir en un juego peligroso.
A eso hay que sumarle que no exista una red de carriles bici en Madrid que conecten unas zonas con otras. Hay unos carriles bici por aquí, otros carriles bici por allí y, para ir de un sitio a otro, puedes más o menos empalmar algún tramo. Hay veces que ni siquiera eso.
Compartir espacio con los coches
Si queremos movernos en bici por Madrid, o por cualquier ciudad, una de las opciones es pedalear por carriles bici y, la otra, compartir el espacio con los coches. La tendencia de Madrid ha sido limitar la velocidad de un carril a 30 kilómetros por hora para los coches y que ese espacio lo compartan con las bicicletas.
De este modelo surgen diversos problemas: el primero, que la mayoría de los coches no respetan el límite de velocidad. El segundo lo encontramos en las calles con más de dos carriles para coches. En el primer carril irían los autobuses y las motos, en el segundo las bicis compartiendo espacio con coches que supuestamente no pueden superar el límite de velocidad de 30 kilómetros por hora y, en los sucesivos, coches que pueden superar los 30 km/h. Vaya, que la bici se ve rodeada de coches por la derecha, izquierda, delante y detrás. Y cómo estarás pensando, no genera un ambiente de confianza para el ciclista. El tercer problema tiene lugar en las calles con dos carriles de un mismo sentido: el de la derecha estaría reservado para autobuses y motos y el de la izquierda para bicicletas. Os podéis imaginar a todos esos conductores nerviosos porque la bicicleta va, obviamente, más despacio que ellos. Te pitan para que vayas por el carril de la derecha o te adelantan ellos por ese carril, sea como sea, cualquiera de las dos alternativas van en contra de la ley.
Clima
Madrid tiene un clima extremo. Mucho calor en verano y bastante frío en invierno. Sin embargo, el clima no debería ser una excusa. Al principio del artículo decíamos que es inevitable comparar. En Ámsterdam las temperaturas en invierno son mucho más frías que en Madrid y la gente se mueve a diario en bicicleta. Aquí el truco está en llevar la ropa adecuada para pedalear y, si lo necesitas, llevarte una camiseta de recambio al trabajo para cambiarte.
En verano, si aprovechas para hacer el desplazamiento a primera hora de la mañana conseguirás una temperatura agradable para moverte por la ciudad. Intenta evitar, como para todo, las horas centrales del día. En invierno solo tendrás que abrigarte algo menos. Puede ser una buena idea llevar el abrigo en las alforjas y ponértelo una vez que llegues a tu destino.
Desnivel
Madrid es una ciudad con desnivel, eso es cierto. Aquí, si la comparamos con Valencia, Barcelona, Zaragoza, Ámsterdam... son todas ciudades más llanas y ante eso no hay nada que se pueda cambiar. No podemos luchar contra la orografía de la ciudad.
Sin embargo, sí que existen multitud de opciones para que te resulte más sencillo pedalear en las cuestas. Puedes optar por bicicletas eléctricas para la ciudad o por bicicletas con un desarrollo mayor. Salvo alguna excepción, las cuestas de la capital no son extremadamente empinadas y no te costará pedalear por ellas.
Conclusión
A pesar de que en el ámbito de las infraestructuras ciclistas a Madrid todavía le queda mucho por hacer y debería hacer una apuesta en firme por una red de carriles bici que conecten toda la capital y, a pesar también de que el modelo de carriles 30 solo permite que circulen en bicicleta unos pocos, sólo aquellos que se sienten muy seguros en bicicleta, Madrid sí es una ciudad para bicis. Hay cuestas pero no son excesivas y el clima nos acompaña. Solo hay que poner un poco de interés o ganas para empezar a movernos por la ciudad en bicicleta. Cuantos más ciclistas haya pedaleando por la ciudad, más acostumbrados estarán los coches a ellos.
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