Por qué no nos gustan los tubulares
Los tubulares son unos de los componentes del ciclismo más controvertidos. Si durante mucho tiempo lo fueron los frenos de disco, los tubulares siguen manteniendo una situación de privilegio en el pelotón profesional, pero para el resto puede parecer una cosa de museo o algo demasiado anticuado. ¿Pegar el neumático a la llanta? Nos sigue sin convencer.
Pegamento y a rodar
Para los que no estéis muy familiarizados con los tubulares, son un tipo de neumáticos de carcasa completa, que llevan una cámara interior, pero que al ir cerrados por completo, se pegan literalmente a la llanta. Coges el pegamento, la brocha y lo pegas a la llanta. Si pinchas pues o te toca cambiarlo, o si eres muy manitas puedes abrirlo, repararlo y volver a coser, pero eso todavía es más cosa del pasado, además del peligro que supone abrirlo y coserlo de nuevo, literalmente.
¿Porqué se siguen usando? Pues porque los usan los pros. Ni más ni menos. A los ciclistas profesionales les gustan los tubulares porque pueden llevar presiones de más de 9 bares, les gusta la suavidad y absorción al rodar y por supuesto, si pinchan, tienen una rueda nueva en cuestión de segundos. Los profesionales tienen unos excelentes equipos de mecánicos que tienen a su disposición cientos de ruedas montadas con tubular para todas las carreras de la temporada. Además, aunque el proceso de montar un tubular es laborioso como os comentamos más adelante, los mecánicos profesionales lo saben hacer de manera muy efectiva.
El arte del pegado
Lo primero que nos viene a la mente al pensar porque los tubulares no tienen demasiados fans en Maillot Mag y MTBpro, es el hecho de que tecnológicamente nos parece muy arcaico tener bicis a un nivel tecnológico brutal, a las que tenemos que pegar los neumáticos.
Podría ser una cuestión de rendimiento, ya que hoy en día tienes neumáticos con cámara a un nivel muy similar al del tubular, y el tubeless ha evolucionado mucho como comentábamos, pero aunque a muchos pros el tubular les de seguridad incluso cuando se pincha, porque el pegamento hace que el neumático dure algo más de tiempo en la llanta sin aire, hemos tenido demasiados ejemplos en el pasado, con tubulares que se despegan a más de 60km/h bajando un puerto. Y esos accidentes a causa del tubular son difíciles de quitar de la cabeza.
Por suerte los frenos de disco eliminan el calentamiento de la pista de frenado como hace unos años en los frenos convencionales y con ello, la posibilidad de que el pegamento se caliente y despegue el tubular. Y por no ser tan negativos, las cintas de doble cara actuales para pegar los tubulares, se han demostrado súper seguras y muchísimo más fáciles de instalar y desinstalar que el pegamento convencional.
Llevar un tubular en el maillot
Otra cosa del pasado, que por suerte apenas se ve cuando salimos a entrenar, son ciclistas con tubulares en sus bicis que llevan un tubular de repuesto en el maillot. ¿Y el pegamento, pensaréis? Pues si, hace muchos años existía la costumbre de que si pinchabas con un tubular, lo sacabas sin más (si podías) y metías uno nuevo, sin pegamento extra ni nada. Es decir, que al final el tubular se aguantaba en la llanta por la propia presión del tubular inflado sobre la llanta. Un disparate.
La complejidad del montaje
Montar un tubular correctamente, tanto lo hagas con pegamento como con cinta de doble cara, lleva mucho tiempo, ya que el pegamento puedes dejarlo secar hasta 24 horas antes de pegar el tubular, o algunos tubulares los tienes que montar inflados sin pegar en una llanta, para que se estiren los suficiente antes de instalarlos al menos un día antes. También hay pegamentos que requieren otras 24 horas de secado una vez instalado el tubular para poder usarlos con seguridad.
Eso, y que si no eres muy fino con la brocha cuando aplicas el pegamento en la llanta, puedes dejar restos de pegamento por toda la llanta e incluso el propio tubular. La tercera parte del drama del montaje, es que no siempre los dejas recto en la llanta y si ya cuesta modificar la posición del tubular con el pegamento sin secar, si se seca no hay nada que hacer más que calentarlo y mover el tubular a mano y con mucha suerte, lo dejarás más o menos centrado.
Otro tema es el de cambiar el tubular y quitar el pegamento de la llanta sin dañar la misma. Da igual el tipo de disolución o líquido para quitar el pegamento viejo. Lleva mucho tiempo y lo tienes que hacer con mucho cuidado para no dañar el carbono.
¿Hasta que se imponga el tubeless?
Como ya os hemos comentado en Maillot Mag en alguna ocasión, el desarrollo tecnológico de los sistemas de llanta-tubeless para carretera, van evolucionando de manera tan rápida, que nos da la sensación de que en los próximos años, veremos a más equipos profesionales usando tubeless, no solo por la presión de las marcas de neumáticos que saben que es el futuro, si no porque el sistema funciona y es fiable. La fiabilidad y seguridad debe de ser lo primero.
Si pensamos en lo que pasó con los frenos de disco y lo que costó que los profesionales los llevaran, es posible que el camino sea el mismo en los próximos años. Muchísimos ciclistas no profesionales llevamos tubeless en todas nuestras bicis, sean de carretera, gravel o montaña desde hace mucho tiempo y su rendimiento no para de mejorar. A lo mejor algunos me comentáis que si, que mucho tubeless y todo lo que quiera, pero meter un líquido en un neumático también parece poco tecnológico. Puede que no nos falte razón, pero ese es otro tema…
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