A la subida a Casielles se accede por un cañón estrecho, con una rampa de bienvenida que te empieza a indicar dónde te vas meter. Rodeado por montañas rocosas, se encuentra en lo alto de una de ellas el pueblo. Apenas una decena de casas, la parroquia y una iglesia. Carretera estrecha con sus primeros 300 metros en mal estado con algo de gravilla y un rampón inicial del 21%. Por suerte algo suaviza, pero 34x34, casi desde abajo hasta arriba. El neumático de 32mm, aunque pensemos que sea una barbaridad, lo cierto es que en estas situaciones es toda una garantía de tracción y confort. Coronado el nuevo puerto de Casielles, toca recuperar el aliento y deshacer el camino, porque no hay salida, a no ser que vayas con la bici de montaña.
Bajarlo es fácil, si vas con la bici adecuada. Y te aseguro que la Merida Scultura Endurance lo es. La frenada mejorada con los disipadores extra que monta Merida, mejora mucho el rendimiento de los frenos. Imagínate 23 curvas de herradura bajando por rampas de 18 y hasta el 21% . Soltar el freno y notar la aceleración como si fueras en moto. En todo momento tengo control total en la bajada tanto por la frenada como a la hora de trazar las curvas. Pese a lo irregular del suelo, puedes pensar y ejecutar esa trazada que te has propuesto sin problemas.
Si algo tiene Asturias, es que a poco te alejes de las carreteras principales, puedes descubrir “puertos” que no lo son, pero que por distancia y desnivel superan a muchos de los conocidos.
Lagos de Covadonga por ser otro de los míticos de la zona, también había que subirlo. Un puerto que ya conocía y en el que hay que regular lo más posible para subirlo dignamente. Con el 34 de plato desde abajo intentando guardar las dos últimas coronas para la recta de la Huesera y el Mirador de la Reina. Resaltar que la posición de escalada es muy cómoda, aunque me reafirmo que el tacto del manillar me resulta fino para lo grande de mis manos.
Coronar, foto de recuerdo y bajada. Una bajada súper controlada tanto por la frenada, como por la buena posición que aporta el tener una geometría más alta en su parte delantera. Después de rodar un poco de llano por la zona hasta completar casi 5 horas de bici llega el cansancio, pero ningún dolor postural, ni sobrecarga en la zona lumbar. Algo muy habitual cuando subes puertos de desnivel sentado, tirando de fuerza. Al día siguiente el plato fuerte. Después de subir el Puerto del Cordal por sus dos vertientes y Gamoneteiro, llega el Angliru.
Si un puerto se ha hecho famoso por su dureza, ese es sin duda el Angliru. Con una pendiente media que no baja del 10% y sus últimos 7 kilómetros que se endurecen con rampas de hasta el 23% en Cueña les Cabres. Todo un reto para ciclista y máquina. Te puedo decir que no es recomendable hacerlo con una bici cualquiera. Ya no solo por llevar unos desarrollos adecuados a la subida, que en mi caso los llevaba, aunque bien es cierto que todo lo que lleves se te quedara corto. Si no que deberás tener unos frenos acordes a la bestialidad de la bajada. Que si, que también se baja con frenos de zapata, pero no lo vas a hacer de la misma forma que con discos. Con zapata vas a bajar con una estampita de la Virgen de Covadonga en el bolsillo, rezando para que las zapatas no se sobrecalienten y se cristalicen.
Tras más de una hora de continuo ascenso, intentando dejar la corona de 34 para “lo duro”, te das cuenta de que “lo duro” comienza a 7 kilómetros de coronar. Ya no te queda otra que coger buena postura sobre la bicicleta y retorcerte hasta casi la extenuación. Pronto consigues ese “agradable” sabor a sangre en la boca, que a los que amamos este deporte nos gusta sentir de vez en cuando. Aquí no hay postureo. O aprietas o no subes. Chava, Contador, Heras, Simoni, … Grandes escaladores que han forjado aquí su leyenda vas viéndolos en grandes carteles junto a la carretera. Además, a la velocidad a la que vas subiendo te va dando tiempo de leerlos varias veces. 6, 7, 8 kilómetros por hora es la velocidad que desarrollas.
Coronar aquí es tocar el cielo con las manos. Y si encima puedes disfrutar del mar de nubes a tus pies, la experiencia, aunque sufrida, vale mucho la pena. Fotos y a bajar. De nuevo como el día anterior. Realizar la bajada con confianza plena en tus frenos, no tiene precio, bueno si, los cerca de 4.000€ que vale esta Merida Scultura Endurance 7000E.
Puedes dejar coger un poco de velocidad sabiendo que en todo momento los frenos van a responder. Aunque con la precaución de que un desnivel del 20% de bajada, la bici va a costar mucho más detenerla. No te flipes, por tu seguridad. En 2017, con la celebración de la etapa de la Vuelta España, una ciclista se dejó la vida bajando, al final de la recta de la Cueña les Cabres chocando contra una caseta. Otra jornada más de ciclismo asturiano con más de cinco horas sobre la Merida: dolor horrivle de patas y el cuerpo fatigado pero no dolorido.
Resumiendo, una experiencia increíble juntar buen tiempo, puertos míticos y la Merida Scultura Endurance.
La prueba del “Coffebike”
Como no hay cosa que más te ponga “pechopalomo”, que salir de tomarte el café con el resto de la grupeta, y que estén mirando tu bicicleta hice lo que le hago a casi todas las bicis que pruebo, el test del coffe-bike. Y es ver la reacción del resto de ciclistas ante mi nueva compañera. Si bien la Merida Scultura Endurance no llama especialmente la atención a nivel general, ya que sus formas y estética son más sobrias, sí que lo hace por lo generoso del neumático y la limpieza de cables del cuadro. El color azul puede parecer más atractivo, pero con el gris, podrás llevar ropa y complementos del color que quieras que no desentona.
Conclusión
Merida ha sabido dar en un clavo muy interesante con la Scultura Endurance. Es una gran bicicleta que se adapta, posiblemente la que mejor lo hace, a los nuevos tiempos de querer hacer todo y todo bien. Es cómoda, tiene el cableado interno, una aerodinámica cuidada, con ella se puede subir con facilidad, se baja muy seguro… y se pueden pasar horas y horas dando pedales. Incluso ¿por qué no? Se puede hacer algún viajecito de Bikepacking.
Con ella nadie te relacionará con el “hermano bastardo” de la carretera, el gravel. Es una bici de carretera “de verdad”, aunque con ella también podrás explorar este mundo por pistas sencillas y carreteras en mal estado o incluso hacer pinitos de bikepacking.
Cosas de familia Merida Scultura Endurance
La Merida Scultura Endurance está disponible en 6 tallas, desde la XXS a la XL, y en concreto la 7000E en dos colores: gris y azul. Precisamente la 7000E es el tope de gama de los 4 acabados disponibles de este modelo, cuyos PVP comienzan en 2.299 € de la Endurance 4000 con Shimano 105. Por 2.549 € encontramos la Endurance 5000 con un grupo mezcla de Ultegra y RS510 y ruedas Merida Expert. Por 2.899 € está la Endurance 6000 con Shimano Ultegra mecánico al completo y ruedas Fulcrum.