¿Qué aportan las ruedas de perfil en la bici de carretera?

Las ruedas de carretera suelen clasificarse habitualmente en tres perfiles diferentes en función de su altura externa: bajo (25-35 mm), medio (35-45 mm) y alto (más de 45 mm). Pero cuando nos referimos a ruedas 'de perfil', hablamos normalmente de las que son de perfil medio o alto.
Hasta hace unos años, lo habitual era que todas las bicicletas de serie equipasen perfiles bajos y sólo las de contrarreloj o triatlón llegaran al cliente con ruedas de perfil medio o alto. Poco después, la proliferación de las bicicletas 'aero' hizo que la presencia de este tipo de ruedas en los montajes de fábrica comenzase a ser habitual.
Además, el uso generalizado de la fibra de carbono como material de fabricación de las ruedas, junto al menor peso que conlleva, hizo que los perfiles medios y altos empezasen a ser habituales en todo tipo de bicicletas. Incluso, cada vez más, se ven ruedas con cierto perfil en bicicletas puramente escaladoras y hasta de 'gran fondo'.
El asentamiento definitivo de los frenos de disco también ha permitido la aparición de perfiles y diseños mucho más definidos, incluso innovando con la forma, con un tamaño superior al usado hasta ahora, ya que los ingenieros ya no dependen de espacio dedicado a la pista de frenado en la llanta.
¿Pero realmente son necesarias? ¿Merecen la pena?

Peso vs Aerodinámica. El concepto DRAG
Las ruedas de perfil bajo, generalmente, son las más ligeras, ya que utilizan menos material en su composición. Sin embargo, en ciclismo ya no solo se tiene en cuenta el peso a la hora de fabricar cuadros y componentes, especialmente los más expuestos aerodinámicamente como las ruedas, tijas o manillares. La aerodinámica cada vez es más importante.
En concreto, hablamos del DRAG o coeficiente de arrastre y se utiliza para cuantificar la aerodinámica más allá de la capacidad de penetración al aire. Es decir, cuantificar la resistencia que ejerce un objeto en un medio fluido (como aire o agua) al movimiento. Para calcular el DRAG hay que tener en cuenta muchos factores, como la forma del objeto, la incidencia del aire, el coeficiente de penetración de dicho objeto en el aire o la velocidad.
Referido a las ruedas de bicicletas, puede significar que unas ruedas más aerodinámicas pero pesadas, a partir de ciertas velocidades, normalmente a partir de los 35 km/h, se muevan mejor que unas más ligeras en báscula y lo habitual es que la cifra venga expresada como los gramos de rebaja que implicaría.
También es cierto que en el ciclismo con las cifras en las que nos movemos, y siempre dentro de unos parámetros lógicos, la incidencia real del peso se 'percibe' más en los momentos de baja velocidad, es decir, en las subidas.
Ventajas e inconvenientes de las ruedas de perfil medio y alto
Con el concepto DRAG aclarado, la principal ventaja de las ruedas de perfil es su mejor aerodinámica, y cuanto mayor sea la velocidad a la que nos movamos, mayor incidencia positiva tendrá.
También tiene una longitud de radios menor, ya que la distancia de la llanta al buje es menor. Esto nos ofrece una mayor rigidez, por lo que la transmisión de la potencia al neumático es más eficaz, pero también menor capacidad de flexión y, por tanto, son más incómodas al rodar por asfalto en peor estado.
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Al tener más material también son más pesadas teóricamente, por lo que en las subidas de los puertos no serán tan eficaces. Al igual que sucede en las arrancadas, ya que cuesta algo más moverlas desde velocidades bajas o en parado.
Con viento frontal o trasero unas ruedas de perfil son un aliado perfecto, tanto por su mejor coeficiente de penetración en caso de viento frontal, como por el apoyo que supone con viento trasero y la mayor velocidad que nos ayudan a alcanzar. Sin embargo, si el viento rola a lateral son más peligrosas e incómodas, porque hay una superficie mayor en la que golpea el aire. En este sentido, cuanto mayor sea el perfil, más ingobernable será nuestra bicicleta con vientos laterales.
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Conclusión
A la hora de hacer una inversión tan importante como supone cambiar de ruedas hemos de dejar a un lado la estética, aunque ya sabemos que este factor siempre está presente en el momento de la compra.
Si nuestro uso es mayoritariamente en llano, buscando velocidades altas y mejorar las prestaciones, claro que merecen la pena una ruedas de perfil. Pero siempre y cuando hablemos de ruedas con peso contenido y formas definidas, acordes al uso que le vamos a dar. Una cosa es moverte por terreno llano y explotar tus virtudes de rodador... y otra es dedicarte a competir en triatlón y 'ironman'. De nada sirve si por querer unas ruedas aerodinámicas elevamos excesivamente el peso del conjunto.
Mucho menos nos servirán si además de ser pesadas, nuestra zona de entrenamiento es montañosa y/o sujeta a vientos racheados y constantes. Al igual que serán menos eficientes si no van acompañadas de un diseño del cuadro acorde, una geometría deportiva o no 'colaboramos' adoptando una posición aerodinámica con nuestro cuerpo, ya que las ruedas suponen menos del 10% de la incidencia final aerodinámica del conjunto del ciclista y la bicicleta.
Aunque en este sentido entran en juego otros muchos factores como los materiales, la construcción de la llanta o los radios utilizados, en general cuanto mayor es el perfil de las ruedas más rígidas son (menos longitud de radios), por lo que no deben ser nuestra opción si lo que buscamos es lo contrario, comodidad, o si rodamos generalmente por carreteras en mal estado.
Para la mayor parte de los usuarios un buen equilibrio está en las ruedas de perfil medio (sobre los 40-45 mm) ya que ofrecen el compromiso justo entre ligereza, confort y beneficios aerodinámicos, siendo una buena opción tanto para ganar algún segundo o vatio en el llano y no perder prestaciones subiendo puertos.
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