Lo que no se ve del ciclismo en televisión
En el ciclismo no todo pasa delante de las cámaras.
Alrededor de la competición pasan muchas cosas: unas son curiosas, otras son bonitas y alguna que otra triste y desagradable. Es lo que mueve el ciclismo y lo que no siempre puedes ver a través de la televisión.

El avituallamiento es un momento importante. Hay que estar atento, no perder la bolsa y, sobre todo, no perder la oportunidad de alimentarte para no tener un desfallecimiento. Con la bolsa en la mano ahora tocan los malabarismos: beber, comer y procurar que nada se caiga. La bolsa lleva siendo casi igual desde hace décadas pero es muy efectiva: se puede llevar cogida, en bandolera pero, sobre todo, colgada del cuello para ir cogiendo lo que necesitas. Además es uno de los objetos de deseo de los fans en caso de que el corredor la lance o se le caiga.
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Asistentes y mecánicos trabajan de sol a sol. Muchas veces se levantan antes que los corredores y se acuestan cuando ellos ya llevan horas en la cama. Los mecánicos tienen que preparar las bicis, los asistentes los avituallamientos, el desembarco diario en un hotel diferente o atender a prensa y aficionados. A veces, hay tareas insospechadas: Peter Sagan acaba de vestirse de amarillo en el Tour de Francia y darle un toque amarillo a la bici del líder ya se ha convertido en casi una obligación en el manual de marketing de los equipos.
Un pinchazo, una avería: ¿Y el coche de equipo? Todo se viene abajo pero, por fortuna, el coche neutro está cerca. Muchos lo ven por la tele y piensan que son solo marketing sobre ruedas de Mavic y Shimano pero los coches y motos neutras son parte importante de la asistencia a los corredores. Están cuando el coche de equipo no puede y esa situación se puede dar en cualquier momento: un corte, una escapada… ¿dónde está mi coche? Toca esperar al amarillo o al azul.
Es la imagen de la agonía. Wout Van Aert llega a meta y se desploma. El motorista que está cerca de él se ofrece a ayudarle pero el corredor prefiere quedarse un rato en el suelo para recuperar el aliento y las pierdas. Ha llegado tercero en la Strade Bianche lo que es un gran resultado para un corredor que viene del ciclocross (es Campeón del Mundo) y empieza a probar el asfalto. Ha hecho lo que todo ciclista hace: vaciarse hasta el final.
Imágenes como esta son más habituales de lo que parece entre los que llegan primeros… y los que llegan después. El ciclismo es agónico y hay días en los que la meta marca el final de la tortura.Casi siempre no hay cámaras cerca y la agonía es íntima y anónima.
No es el día clave. Pero es la Paris-Roubaix. Los corredores viajan hasta el Infierno del Norte unos días antes para hacer el reconocimiento del terreno. Intentar memorizar cada charco, acordarse de la trazada buena en cada sector de pavés… hacerse una idea de los que les espera. Barro o polvo, peligro siempre. Casi siempre, los coches de equipo acompañan a los corredores en la labor de reconocimiento: a los directores, asistentes y conductores también les viene bien explorar el campo de batalla. Y también puede ser necesario que intervengan en caso de caída y avería.
Cuando la contrarreloj empieza muchos corredores ya llevan una buena cantidad de kilómetros en las piernas. Eso sí, son kilómetros sobre rodillo. Unos prefieren pasar el trance del calentamiento con música, otros aprovechan para charlar con los compañeros… depende del nivel de concentración que quieran alcanzar. En algunas contrarrelojes individuales los especialistas han convertido el calentamiento en todo un trance de concentración y visualización. Y todo esto lo verás si vas unas horas antes de que empiece la etapa porque se suele hacer junto a los autobuses del equipo con apenas una cinta para separar a los corredores de los aficionados.
Los helicópteros aportan conectividad, seguridad y son fundamentales para conseguir el nivel de las retransmisiones televisivas de hoy en día. Pero es que además son la banda sonora de los corredores durante muchos kilómetros. Una banda sonora que no se caracteriza por ser demasiado sinfónica ni mantener un volumen muy agradable.
El precio de ser uno de los favoritos. Acabas de terminar la etapa, han pasado cosas, estás destrozado, ni siquiera estás seguro de lo que ha pasado por delante y por detrás pero toca atender a la prensa. Hay que comentar lo ocurrido en la etapa pero también te preguntan por tu situación en el equipo y hasta en la vida. Ojo, hay que responder con tino y precaución para no convertirte en carne de titular y tweet. Con un poco de suerte tu jefe de prensa estará cerca para darte el dato que necesitas y evitar que estés toda la tarde respondiendo preguntas.
Un puerto de montaña de La Vuelta cerrado al tráfico. No tendrás la oportunidad de subir por un sitio así tranquilo y sin miedo en muchas ocasiones. Es también un buen momento para que tu hijo o tu amigo cumplan un sueño. Además, no te faltará motivación porque los primeros aficionados que ya están en la cuneta te animarán como si te estuvieras jugando la clasificación general y, con un poco de suerte, podrás cruzar la meta de la etapa con los brazos en alto.
La potencia y el tubo horizontal de la bici de un profesional pueden llegar ser como la mesa de Napoleón. En ellos hemos visto perfiles de etapa, puntos de avituallamiento e incluso indicaciones sobre las zonas de potencia del corredor.
No vas a ganar y hace tiempo que los favoritos pasaron por aquí. Pero la fiesta no cesa y cuando tienes a tu alrededor a la afición animándote como si llevaras el maillot rojo de líder no puedes hacer otra cosa más que contagiarte de alegría y agradecer su entusiasmo. Momentos felices y alegres a pesar del desnivel en los que te alegras de que en el ciclismo el aficionado pueda estar tan cerca de los profesionales.
Critérium del Dauphiné. El líder, Michal Kwiatkowski, se “ha caído sin consecuencias”. Es una frase habitual en estos casos. El mismo dijo después de la caída que “parece que todo está bien”. Pero sí que hay consecuencias y no todo está bien porque hay heridas y dolor. El maillot es el indicador de que esta noche tocará dormir mal, buscando la mejor posición e intentando olvidar el dolor. Quedan cinco etapas por delante.
No te pierdas: Así fue nuestra experiencia con los coches neutros (#CochesAzules) de Shimano en La Vuelta.
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