5 consejos básicos para practicar ciclismo con nieve

Equipamiento para el ciclismo en días de nieve

Probablemente lo más importante es salir bien abrigado en días de nieve. Es imprescindible llevar capas térmicas. También llevar una chaqueta que abrigue bien y por encima de ésta un cortavientos/chubasquero. Para los pies, es recomendable llevar un calcetín gordo y botines, para evitar que se te calienten los pies y no se enfríen demasiado.

Para las manos lo mejor son guantes con buen grosor. En el caso que no sean impermeables, un truco es poner por encima un guante de látex para que no se moje el guante que abriga la mano. Es muy importante también llevar una braga y un sotocasco, para evitar que el cuello y la cabeza se nos queden fríos.

En el caso que tengáis que coger el coche para llegar al punto de salida de la ruta, coger ropa de recambio cómoda y lo más calentita posible y si no disponemos de neumáticos de invierno, nunca olvidarse de las cadenas, por si acaso.

Planificación de la ruta

Unas horas antes de salir o la noche previa, asegurarse de que las carreteras o caminos por los que vamos a ir son factibles para la circulación de vehículos. Es probable que muchas carreteras de montaña estén cerradas al tráfico o incluso que los quitanieves no hayan pasado por ahí. Por lo tanto planifica tu ruta antes de salir de casa.

Un consejo es que no hagáis recorridos con puertos, ya que por lo general tendrán más nieve, más frío y mayores riesgos. No hay que confiarse aunque haya salido el sol. Muchas veces las placas de hielo se originan porque la nieve se funde con el sol pero luego, debido al aire y/o las bajas temperaturas se congela, así que debemos extremar la precaución.

El tráfico, además, suele ser más peligroso ya que es fácil que encontremos algún coche cruzado de carril o situaciones inesperadas. Por todo ello es mejor realizar recorridos en lugares con menos altura, donde probablemente haga menos frío y haya menos nieve.

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Comida y bebida

Es muy importante comer e hidratarse durante la salida. Seguramente no tengas mucha hambre ni sed, pero hay que forzar al cuerpo. Es recomendable llevar un bidón con agua un poco caliente y comida que puedas comer sobre la marcha. Para no tener que parar y quedarse frío.

Otra opción es localizar un sitio donde te puedas tomar algo caliente, como un caldo, un chocolate, un café… Pero no te quedes mucho tiempo porque luego se te quitarán las ganas de seguir pedaleando y cada pedalada te parecerá que la haces cuesta arriba.

Precaución máxima

Hay que ir con todos los sentidos bien atentos, ya que puede haber peligros en todas partes. Hay que tener extremo cuidado con las placas de hielo que hay en el asalto. Una vez que tus ruedas estén encima del hielo lo siguiente que vas a saber es que estás en el suelo. También hay que tener mucho ojo con las rachas de viento, que en días así son muy comunes y te pueden dar algún susto.

También es recomendable ir siempre bien visible, con ropa reflectante y luces de día. Para que los conductores te tengan visualizado en todo momento.

Avisar a los seres más cercanos que ruta vas a hacer y cuánto vas a tardar, para que te tengan localizado y estén preparados para cualquier urgencia. Para ello deberás llevar el móvil bien cargado y en un lugar donde puedas darle algo de calor corporal, ya que algunos móviles o sus baterías se vuelven un poco locos con el frío.

Salir acompañado

Te diría que, sí o sí, salgas con un grupo de amigos, de lo contrario, haz una ruta básica cercana a tu casa y sin riesgos. Tener a más personas alrededor tuya que van pendientes de todos los riesgos que puede haber suma muchos puntos.

Además te podrán ayudar con cualquier problema y si tienes suerte te invitarán a un café al finalizar la ruta.

La nieve no tiene por qué echarnos atrás. Pero si hay que tenerle un respeto y saber bien cómo afrontar días con este tipo de condiciones meteorológicas.