Test: Specialized Turbo Creo SL Expert EVO
La reina
La Specialized Turbo Creo es y será la que marcó el camino a seguir dentro de Specialized para otros segmentos como el de las e-bikes ligeras, híbridas, o cómo se acaben llamando, de montaña. Cuando alguien os diga que la Specialized Turbo Levo SL fue la primera bici “híbrida” o “e-bike ligera” de Specialized recordadle que no, que fue la Turbo Creo la que estrenó el concepto, la que montó por primera vez el motor SL 1.1 y una batería de 320 Wh, la que quiso que nos olvidáramos de que llevábamos un motor y una batería… La que dio un puñetazo en la mesa en un segmento en el que otras marcas ya estaban marcando el camino pero en el que la Specialized Turbo Creo ha adelantado a todos.
Cuando mi compañero Daniel Hernández volvió de la presentación de la bici en Cham (Suiza) ya nos lo avisó: esto es otra cosa. Y ojo, que Daniel no es un tipo dado a los halagos y se siente más cómodo en el escepticismo que en el jolgorio que rodea cualquier novedad. Poco después, Specialized Iberia nos ofreció la versión Evo, la gravel. Y, eso hizo que pasara a formar parte de mi negociado inmediatamente.
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Integración total
Parece claro que, en la mayoría de los casos, una e-bike con un diseño muy parecido a una bici normal tiene todas las de ganar. Si es algo que pasa en el ciclismo de montaña, es fácil imaginar que en carretera o gravel ocurrirá lo mismo. Incluso es probable lo haga mucho más.
La Specialized Turbo Creo SL Expert Evo está muy bien integrada, con un motor compacto y una batería que intuimos y que no vemos ni veremos salvo que trabajemos en el taller de una tienda de bicicletas. Pero es que, además, está muy bien diseñada, tiene un acabado espectacular y una pintura difícil de describir pero espectacular en las distancias cortas. La Specialized Turbo Creo SL Expert Evo es una bicicleta bonita.
Si nos fijamos más en los detalles veremos una buena integración del sistema FutureShock 2.0, del puerto de carga y, sobre todo, de la botonera con la que controlamos empuje y autonomía. La tenemos en la parte superior del cuadro, muy accesible y muy discreta.
Otra de las “primeras sensaciones” que tengo con la Turbo Creo es cuando toca subirla al portabicis. Mi cerebro ya ha aprendido a detectar una ebike y se prepara de forma subconsciente para su manejo. Siempre esperando el doble de peso del normal. Pero esta vez, casi lanzo la bici contra el techo: son trece kilos y medio. El equivalente, a algunas bicis trail y enduro. Manejarla con soltura sabiendo que hay dentro hay una batería y un motor no deja de ser una experiencia nueva y gratificante.