Test: Llave dinamométrica Syncros 2.0
Precio:
80€
| Distribuye:
SCOTT España
Tener una llave dinamométrica es fundamental en el taller particular de cualquier ciclista, practiques la modalidad que practiques, carretera, MTB, gravel… Da lo mismo, y si tu bici tiene carbono, entonces es obligatorio. Por suerte el mercado nos ofrece diferentes tipos de llaves dinamométricas, desde las que tienen un par de apriete predeterminado y saltan al alcanzarlo a las que cuentan con indicadores que nos dicen cuánto estamos apretando y somos nosotros los que paramos cuando lo deseemos.
Sin embargo, desde hace algún tiempo, se han popularizado las llaves como la Syncros 2.0 que probamos en esta ocasión: llaves de tipo “carraca” con diferentes puntas y con la que podremos apretar prácticamente toda la bicicleta. En ella podemos marcar el par de apriete que nosotros queramos para, así, poder repasar todos los tornillos variando según nos lo recomienda el fabricante. Desde el clásico 5 Nm de los tornillos de la potencia a los 12 o 24 Nm de puntos de giro de las bieletas o de algunos ejes de ruedas.
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Este tipo de llaves son las más recomendables, pues son las más precisas. De hecho, con esta Syncros 2.0 podremos regular el par de apriete en tramos de 0,2 Nm hasta 24 Nm. Y es que en MTBpro y Maillot Mag defendemos su uso para repasar nuestra bicicleta de una forma más segura, tanto para asegurarnos que la pieza queda bien sujeta (por ejemplo, que no se nos bajará la tija del sillín cuando comencemos a pedalear o no se nos dé la vuelta al manillar en el momento más inoportuno) como para no pasarnos apretando y llevarnos un disgusto al romper el carbono o abollar el aluminio y dejar un componente inservible. Imagina si estamos apretando la pinza de la tija del sillín y por pasarnos apretando rompemos la tija y/o el sillín.
Como decía, la llave dinamométrica Syncros 2.0 cuenta con todas las puntas necesarias para repasar nuestra bicicleta, un total de 9: torx T20, T25, T30, allen H3, H4, H5, H6, H8 y H10, así como un adaptador de cromo-vanadio que también nos sirve como llave de tubo de ¼” (25 mm) y un alargador, también de cromo-vanadio, de 75 mm. Como he dicho, la llave dinamométrica propiamente dicha nos permite un par de apriete entre 2 y 24 Nm y cuando llegamos al par de apriete que hemos marcado tiene un pequeño salto (que se oye y lo notamos en el mango) indicando que lo hemos alcanzado. Eso sí, podemos seguir apretando y superarlo si queremos (o no nos fijamos bien en lo que estamos haciendo).
La llave en sí es muy cómoda de usar, bastante ligera a pesar de su aspecto robusto y, gracias al acabado de su mango, con hendiduras y partes rugosas, el agarre es muy fácil y no se resbala. Este detalle parece nimio, pero tiene su importancia, ya que cuando estamos haciendo labores de mecánica es fácil que tengamos las manos manchadas de grasa o similar y las herramientas tiendan a resbalarse (esta observación también es válida para situaciones de calor-sudor, lluvia, etc.).
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Y es que esta llave dinamométrica, que viene protegida en una caja rígida con las puntas perfectamente sujetas, no sólo es perfecta para tener en casa en nuestro taller particular, sino que también es muy buena opción para llevar en nuestro set básico de herramientas a las carreras o en el coche los días que nos desplacemos para iniciar la ruta. Al venir perfectamente ajustada en una funda rígida podemos llevarla tranquilamente dentro de una caja de herramientas mayor o incluso en una bolsa o mochila. Y la propia funda tiene un detalle interesante, y es que cuenta con un orificio que nos permite ponerle un pequeño candado cuando la cerremos o atarla con un candado de cable para que no nos la roben si, por ejemplo, la tenemos en una carpa durante una carrera.
Quizá el PVP de esta herramienta pueda parecer elevado, sobre todo si vemos que hay otras opciones aparentemente similares por menos dinero, pero en este caso se puede decir que vale cada céntimo que cuesta. Y no sólo hablamos de la estética o la imagen, sino porque la calidad de la herramienta es sobresaliente, algo que cobra mucha importancia en detalles como las puntas, ya que es fundamental que no se echen a perder a la segunda vez que las usamos. En este caso puedo decir que la calidad de la Syncros 2.0 es mucho mejor que la media.
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