Test: Probamos la Trek Madone SL 7 Gen 7, velocidad en estado puro

Situada por debajo de los montajes SLR, la nueva Trek Madone SL acerca el espectacular concepto aero de la marca a un mayor número de usuarios.

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Autor Maillot Víctor Marcos
Autor de la fotoDavid Agüero

Fecha de la noticia 04/10/2023


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La séptima generación de la Trek Madone, tanto en sus versiones SLR como SL, es más ligera y rápida que su predecesora, con el valor añadido de ofrecer una estética aero brutal. Una máquina enfocada a todos aquellos ciclistas que priorizan el rendimiento por encima de todo.
Probamos la Trek Madone SL 7 Gen 7, velocidad en estado puro
Aerodinámica, reactividad, ligereza... todo en la Madone está pensado para 'jugar a ser ciclista' con sprints explosivos y velocidades medias de vértigo.
La tecnología IsoFlow no nos ha parecido tan absorbente como el IsoSpeed regulable de la generación anterior. Y el precio final, a pesar de ser la versión SL, sigue siendo elevado.

La Trek Madone siempre ha estado en el top de las bicicletas aero de carretera. Una categoría que se ha ido 'domesticando' con el paso de los años, ofreciendo actualmente bicicletas más ligeras, algo más confortables y, valga la redundancia, más aerodinámicas. 

Pero lo cierto es que la marca de Wisconsin dio un golpe en la mesa el año pasado, con la presentación de la séptima generación de la Trek Madone. Una Madone, que ya se había dejado ver en competición algunas semanas antes, y que llegaba a las tiendas en su versión SLR (carbono OCLV 800), mostrando su revolucionario e impactante IsoFlow, nueva seña de identidad del modelo, y del que hablaremos más adelante.

Además, Trek lograba rebajar el peso total del cuadro SLR respecto a la generación anterior en unos 300 gr, alcanzando unas respetables cifras de 1.050 gr para el cuadro y 418 gr para la horquilla. El nuevo diseño aerodinámico del cuadro la convertía también en una bicicleta más rápida que su predecesora. 

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Probamos la Trek Madone SL 7 Gen 7, velocidad en estado puro
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Un año después, llega la versión Trek Madone SL, con cuadro construido en carbono OCLV 500, con la misma geometría, filosofía y finalidad de su hermana mayor... pero con un precio que, aún siendo elevado, acerca la Madone a un número algo mayor de usuarios. Usuarios, eso sí, que busquen el máximo rendimiento y velocidad en sus salidas, o que les guste competir. Porque la Trek Madone SL Gen 7 que hemos podido probar es una auténtica máquina de guerra.

Apuesta clara por el concepto aero

En unos tiempos en que las fronteras entre categorías se difuminan, y las bicicletas escaladoras son cada vez más aerodinámicas, y las aero cada vez más ligeras y cómodas, podemos decir sin temor a equivocarnos, y después de rodar unos cuantos días con la Madone SL 7, que Trek se mantiene firme en su apuesta por el concepto aero.

Probamos la Trek Madone SL 7 Gen 7, velocidad en estado puro

¿Quiere decir esto que la nueva Madone no se 'retroalimenta' con otras familias de la marca como la escaladora Émonda o la gran fondo Domane? Por supuesto que no. De hecho, esta bici también ahorra 300 gr de peso respecto al cuadro de la generación anterior: hablamos de 1.200 gr para el cuadro y 475 gr para la horquilla, elaborados en carbono OCLV 500

De igual forma que sigue apostando por tecnología que reduzca el sufrimiento sobre el sillín, en busca de un punto adicional de absorción, en este caso, a través del nuevo IsoFlow que, como veremos, realiza un doble trabajo.

Pero, a la hora de la verdad, las sensaciones que transmite la Madone Gen 7 probablemente sean las más puramente aero dentro de este segmento actualmente. Y en ello tiene mucho que ver la concepción del cuadro y su geometría.

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Hablamos de una bicicleta completamente rediseñada, y que desde el principio tuvo en cuenta la posición del ciclista sobre la misma, y cómo el conjunto de bicicleta+ciclista impacta contra el aire al avanzar. Fruto de estos estudios es la posición más elevada del pedalier, un conjunto de potencia-manillar rediseñado (tanto en versiones SLR como SL), los tubos con formas Kammtail del cuadro, además de la incorporación del IsoFlow.

Esta peculiar unión de los tirantes traseros con el tubo superior, evitando el tubo vertical, está pensada para que el aire, al golpear con la parte frontal (en este caso la zona del tubo de la dirección) recorra la parte inferior del tubo superior y encuentre una salida fácil y directa a través de los tirantes, sin golpear con el tubo vertical, evitando también las turbulencias que de otra forma se crean en torno a la rueda trasera.

Probamos la Trek Madone SL 7 Gen 7, velocidad en estado puro

Como tarea adicional, y fruto de su peculiar configuración (y de la capacidad de flexión del carbono), el IsoFlow también aporta una pequeña capacidad de absorción en la zona del sillín, ahorrando además unos gramos en comparación con el sistema anterior, el IsoSpeed, presente todavía en modelos como la Domane. Aunque, desde nuestro punto de vista, y una vez probados ambos sistemas, el resultado a nivel de confort no es el mismo. Ya profundizaremos en ello más adelante.

En cuanto a la geometría, y al igual que en la gama SLR, se repite lo que Trek denomina categoría H1.5 orientada claramente a la competición, y con números ciertamente combinados para ello (como se puede apreciar en la tabla de medidas adjunta). La posición encima de la bici es exigente, no vamos a negarlo, y exige de cierta adaptación para los que -como yo- no estamos acostumbrados a rodar tan agachados. Pero es que, repetimos, estamos ante una bicicleta de rendimiento y competición. 

Probamos la Trek Madone SL 7 Gen 7, velocidad en estado puro

Mención aparte merece el excepcional trabajo de pintura que Trek ha aplicado a este modelo, tónica habitual en la marca de Wisconsin, y que hace inevitable que todas las miradas se giren para contemplar la belleza de este cuadro. Un cuadro que, como decíamos, no solo ha adelgazado de forma real, sino que muestra unas líneas algo más esbeltas que la generación anterior, configurando una de las bicicletas más espectaculares que, sin duda alguna, podemos encontrar en estos momentos en el mercado.

El sello Bontrager

Es prácticamente imposible desligar la marca de componentes y accesorios Bontrager de la 'casa madre' Trek. Y, en cierto modo, se trata de algo injusto, pues la calidad alcanzada por los productos Bontrager a lo largo de los últimos años le ha hecho ganarse un prestigio y una entidad propias. Prueba de ello es que ya no es tan raro ver por la carreteras bicicletas que no son Trek, y que sus propietarios han mejorado con ruedas, neumáticos, sillines o manillares Bontrager.

Un buen ejemplo lo encontramos en el conjunto de potencia-manillar que equipa la Madone SL 7, con potencia RCS Pro de aluminio (con -7 grados de inclinación) y manillar RSL Aero de carbono. Vale, no es el cockpit integrado de la versión SLR, pero cuadra a la perfección con la filosofía de la bici y, además, la hace más asequible. 

Además, si lo deseamos, el cockpit integrado de la SLR se puede montar en los cuadros SL, así como cualquier otro tipo de potencias estándar de 31,8 mm. Basta con solicitar a Trek los rodamientos y espaciadores específicos para ello. 

Probamos la Trek Madone SL 7 Gen 7, velocidad en estado puro
Probamos la Trek Madone SL 7 Gen 7, velocidad en estado puro

El sello Bontrager aparece de nuevo, como no podía ser menos, en el conjunto de ruedas de la Madone SL 7, unas Aeolus Pro 51 TLR de carbono, situadas un escalón por debajo de las tope de gama RSL, pero algo más pesadas (725 gr la delantera y 865 gr la trasera). Con un ancho interno de 23 mm y un perfil externo de 51, ofrecen el compromiso ideal de velocidad, resistencia y calidad de funcionamiento, algo en lo que tienen mucho que ver los bujes DT Swiss 350, los radios Aerolite y las cabecillas Pro Lock de la misma marca.

Además de los neumáticos Bontrager R3 Hard-Case Lite de 700x25, resistentes, ligeros y con buen grip en la mayoría de circunstancias, Bontrager también firma el magnífico sillín Aeolus Comp de 145 mm de ancho, 'hermano pequeño' del Aeolus RSL que probamos no hace mucho en Maillot, y que contribuye a que la exigente posición del ciclista sobre la Madone sea más llevadera.

Probamos la Trek Madone SL 7 Gen 7, velocidad en estado puro

Si a todo ello le sumamos una transmisión Shimano Ultegra Di2, cuyas virtudes hemos alabado en no pocas ocasiones, el resultado final es una Trek Madone SL 7 de poco más de 8 kg de peso (8,11 kg para ser exactos), en la talla 56 que hemos probado. Una cifra contenida, sin duda, para una bici aero incluida dentro del segundo escalón de la familia Madone y que, sobre la marcha -y esto es lo más importante- se comporta como una montura más ligera de lo que marca en la báscula.

La Trek Madone SL 7 en acción

Cuando se presentó este verano la séptima generación de la Madone SL decíamos esto: "Para los amantes de los números, la nueva aerodinámica, el conjunto de manillar y potencia y el nuevo cuadro hacen que la Madone SL Gen 7 sea 54 segundos más rápida por hora, a 45 km/h, que el modelo precedente", siempre según los datos proporcionados por Trek.

Ya hemos dicho en alguna ocasión lo complicado que resulta trasladar y verificar estos datos en la carretera. Pero lo que sí te podemos decir es que la Madone SL 7 es una bicicleta rápida, muy rápida, de las que te piden más y más, en cualquier circunstancia. Basta contemplar el GPS tras realizar una de tus rutas habituales para comprobar como la velocidad media se ha elevado 3 o 4 km/h, así como el tiempo empleado para realizarla se ha reducido en unos cuantos minutos.

Probamos la Trek Madone SL 7 Gen 7, velocidad en estado puro

En primer lugar, por la posición que adoptamos nada más subirnos a ella. Una posición de ataque que te vuelca ligeramente sobre el manillar y te coloca en una postura sobre el eje de pedalier idónea para exprimir al máximo todas tus fuerzas. Además de las evidentes ganancias aerodinámicas que proporciona dicha posición sobre la bicicleta.

Y en segundo lugar, por una rigidez a prueba de bombas, especialmente palpable a través de su musculosa caja de pedalier y de un tren delantero que no permite concesiones a la comodidad, salvo por el rendimiento del magnífico manillar RSL Aero, donde nuestras manos siempre encontrarán el lugar adecuado.

Probamos la Trek Madone SL 7 Gen 7, velocidad en estado puro
Probamos la Trek Madone SL 7 Gen 7, velocidad en estado puro

Las vainas de la Madone SL 7, de 410 mm (idéntica medida a la de su hermana 'escaladora', la Trek Émonda), se encargan de que la reactividad sea la adecuada cuando se trata de arrancar y esprintar, a pesar de no encontrarnos ante una bicicleta especialmente ligera. Su comportamiento es, sin duda, más ágil de lo esperado.

Nos tocará sufrir un poco, eso sí, cuando el firme de la carretera empeore, por no hablar de los tramos adoquinados que podamos encontrar a nuestro paso. En este sentido, y a pesar de que el IsoFlow también trabaja en favor de la comodidad, más allá de su función aerodinámica, las sensación de absorción es menor que la percibida con el sistema IsoSpeed. Las dimensiones de los neumáticos (700x25), además, tampoco contribuyen a ello, aunque esto tiene fácil solución. Nosotros, personalmente, montaríamos 28 mm, al menos detrás.

Probamos la Trek Madone SL 7 Gen 7, velocidad en estado puro

En definitiva, estamos ante una Trek Madone SL 7 rápida, ágil... y estéticamente espectacular, pero también exigente. Sus mejoras aerodinámicas, respecto a la versión anterior, se reflejan en la carretera, tal y como nos contaba Juanpe López, el ciclista andaluz del Trek-Segafredo (ahora Lidl-Trek), durante la entrevista que le hicimos en plena pretemporada. Aún así, el propio Juanpe confesaba que durante el Giro 2022 apenas había utilizado la Madone en un par de etapas. Para el resto de jornadas, y durante la mayor parte de la temporada, pedalea sobre la Émonda, más ligera, polivalente y acorde a su estilo. De ahí la importancia, como hemos dicho en más de una ocasión, de encontrar la bicicleta que realmente se adapte a tus necesidades y circunstancias como ciclista.

Por tanto, si te gusta rodar a bloque, exprimiendo vatios, picarte con los amigos en cada repecho o puerto, o competir a nivel amateur o máster, sin duda, tienes ante ti una gran candidata. Tendrás que estar a la altura, eso es cierto. Pero la Trek Madone SL 7 te devolverá el esfuerzo en forma de máximo rendimiento a cada pedalada.

Probamos la Trek Madone SL 7 Gen 7, velocidad en estado puro

Cosas de familia Trek Madone SL Gen 7

La gama Trek Madone SL Gen 7 se compone únicamente de dos modelos, aunque la marca mantiene en catálogo algunos modelos de la generación anterior. En cualquier caso, nada como recurrir al Store Locator de la marca para saber la disponibilidad exacta de montajes, modelos y tallas, en las tiendas que mejor te vengan.

Trek Madone SL 6 Gen 7

Trek Madone SL 7 Gen 7, velocidad en estado puro

Transmisión: Shimano 105 Di2. Ruedas: Bontrager Aeolus Elite 50. Precio: 5.999 euros.

Trek Madone SL 7 Gen 7

Trek Madone SL 7 Gen 7 Velocidad en estado puro

Transmisión: Shimano Ultegra Di2. Ruedas: Bontrager Aeolus Pro 51. Precio: 7.999 euros.

Detalles de la bici

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Transmisión

Nada que objetar ante un Shimano Ultegra Di2 que tiene en la suavidad y precisión su mayor virtud, con una calidad de funcionamiento prácticamente idéntica a la de su hemano mayor. Lo mismo podemos decir de los frenos, equipados en este caso con discos de 160 mm (quizá con 140 mm hubiera sido suficiente). Eso sí, como buena bici enfocada a la velocidad y el rendimiento, los desarrollos son exigentes: 52-36 en platos y casette de 11-30.

Probamos la Trek Madone SL 7 Gen 7, velocidad en estado puro
Cockpit

Sin duda, una de las agradables sorpresas que presentan los montajes SL es la combinación de potencia RCS Pro de aluminio y manillar RSL Aero de carbono. Una buena forma de 'compensar' la ausencia del cockpit integrado de las versiones SLR y de reducir el coste final. Nos ha encantado, además, el diseño del manillar, más estrecho en la zona de las manetas y con un poco de 'flare' en la parte inferior. Muy cómodo en cualquier circunstancia. Y con un guiado de cables hacia el tubo de la dirección limpio como pocos.

Probamos la Trek Madone SL 7 Gen 7, velocidad en estado puro
Ruedas

No vamos a insistir, de nuevo, en la calidad de las ruedas Bontrager con las que Trek equipa prácticamente todas sus bicicletas, desde las gamas de acceso hasta los montajes más top. En este caso, contamos con unas Aeolus Pro 51 de carbono, obviamente, que cuadran a la perfección con la filosofía aero de la bicicleta, sin llegar a resultar excesivas en su perfil, y que ofrecen un rodar muy fino y polivalente. 

Las Aeolus vienen 'calzadas' con unos neumáticos Bontrager R3 Hard-Case Lite en una medida que prácticamente teníamos olvidada; 700x25C. La idea está clara: velocidad y más velocidad. Aunque, quizás, con unos 28 (al menos en la parte trasera), obtendríamos un puntito extra de confort sin perjudicar el rendimiento. De hecho, el cuadro admite neumáticos de hasta 32 mm.
 

Probamos la Trek Madone SL 7 Gen 7, velocidad en estado puro
Tija y sillín

La tija integrada de carbono Madone es la misma que la empleada por las versiones SLR, con una cuña reversible que permite un mayor rango de ajuste en la altura del sillín, algo siempre de agradecer en este tipo de bicis, donde siempre hay que hilar muy fino con las tallas. 

El sillín, un Bontrager Aeolus Comp con raíles de acero y un ancho de 145 mm, quizá no sea el más ligero pero desde luego nos ha resultado muy cómodo y efectivo a la hora de aplicar toda nuestra potencia sobre los pedales sin 'movernos del sitio'.

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Precio

7.999 euros


Peso

8,11 kg (talla 56)

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