Test: MMR Adrenaline SL 50
Grandes sensaciones



MMR ha hecho un gran trabajo en lo que se refiere a la segmentación de sus modelos de carretera, con el concepto Adrenaline para los modelos de rendimiento (Adrenaline y Adrenaline Aero) y Grand Tour para el modelo orientado al Gran Fondo. En Maillot Mag hemos dado buena cuenta de la mayoría de ellos, como el test que le hicimos a la Grand Tour, la Adrenaline 00 o las Primeras Pedaladas de la Adrenaline Aero; y ahora nos toca analizar el modelo tope de gama de la escaladora, la Adrenaline SL, la versión con el cuadro con fibras de ultra alto módulo y módulo intermedio.
El objetivo de MMR con la Adrenaline SL es ofrecer una bici de alto rendimiento, por ello es, también, la bicicleta oficial (junto a la Adrenaline Aero y la Blade de contrarreloj) del Caja Rural-Seguros RGA. Y lo ha conseguido con muy buenos argumentos, como un cuadro bastante ligero y rígido y una aerodinámica muy cuidada, tanto a nivel de diseño de los tubos como por la limpieza conseguida con el sistema ACR del manillar, potencia y dirección, con los cables de frenos ocultos durante todo su recorrido y gracias al nuevo Shimano Ultegra Di2 sin cables.
Antes de entrar en detalle de este modelo, y como ya dijimos en el test de la Adrenaline 00, MMR lo que ha hecho es desdoblar este modelo en dos versiones del cuadro que comparten las mismas formas y molde, por tanto, la misma geometría, pero usando distintos tipos de fibras de carbono en su fabricación. En el caso de las versiones SL se utilizan fibras de alto módulo (HM) en las zonas que exigen una mayor rigidez; estas fibras son más rígidas y permiten usar menos material en dichas zonas, rebajando así el peso global; las versiones normales (sin SL) utilizan fibras de módulo intermedio en todo el cuadro. Estas fibras ofrecen un plus de confort en algunas zonas (son algo más flexibles) pero necesitan de más material en las zonas de mayor estrés, siendo el resultado un poco más pesado.
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MMR Adrenaline Aero

Geometría y formas de la Adrenaline SL, diseñada para algo más que competir
La geometría de la MMR Adrenaline SL es lo que la marca asturiana define como G2, un buen equilibrio entre confort de rodadura, pero con reacciones deportivas cuando se lo exigimos. Las vainas miden 410 mm y el ángulo de sillín es bastante vertical (73,5º), lo que nos sitúa en una posición bastante centrada para rodar de forma ágil. El ángulo de la dirección también es vertical, 72,5º, un buen compromiso entre estabilidad y rapidez de reacciones en los cambios de dirección. El Reach y el Stack son de 383 mm y 551 mm respectivamente y el tubo de la dirección de 150 mm, lo que nos permite ir algo más erguidos y cómodos. Ojo, las medidas son de la talla M que he probado, en otras tallas difieren ligeramente, pero nos sirven para hacernos una idea del comportamiento general de la bici.
Estos números, trasladados sobre el terreno, se traducen en un comportamiento que, además de ofrecer sensaciones de competición (con una buena capacidad de reacción y aceleración fruto del trabajo hecho en la zona de la caja del pedalier y el triángulo trasero) ofrece un punto de confort que nos invita a prolongar nuestras salidas unos cuantos kilómetros más.
Al igual que sucede en el test de la Adrenaline 00, cabe señalar también el diseño de la horquilla con bastante lanzamiento. Esto nos permite varias cosas, la primera es aumentar la distancia entre ejes (más estabilidad a altas velocidades) sin tener que aumentar el Reach (por lo que no tenemos que tumbarnos más sobre el manillar/rueda delantera); pero también permite usar neumáticos de mayor balón, como son los neumáticos de 28 mm que calza de serie.
En cuanto a la aerodinámica, son tres factores los que debemos tener en cuenta. Comenzando desde la parte más frontal, el primero es el diseño ACR de FSA que permite una ocultación total de los cables (en este caso sólo de freno) por el interior de manillar y potencia, entrando al cuadro por la zona de la dirección y sólo saliendo del mismo junto a la pinza de freno. Cabe señalar el buen enrutado interior del cuadro. En este caso no contamos con cables de cambio pues la Adrenaline SL 50 equipa, de serie, el nuevo grupo Shimano Ultegra Di2 sin cables desde las manetas.
El segundo punto que destacar es la forma trapezoidal de los tubos, incluidos los de la horquilla, con la parte gruesa en el exterior y la más delgada en el interior. Esta forma permite una mejor gestión de la rigidez (torsiones) y circulación del aire al golpear con la bicicleta. La pipa de la dirección también cuenta con una forma particular, con la parte superior más ancha y la parte trasera acabando en un corte plano que da continuidad a los tubos superior y diagonal.