Por otro lado, precisamente la apuesta por el SRAM Force AXS marca un poco las características de la bicicleta, ya que monta el conjunto de platos 48/35 de la marca americana con un cassette 10-33. Hay que agradecer que MMR no haya apostado por los platos 46/33 para mantener el carácter exigente de esta bicicleta; aunque, no obstante, es probable que rodando en llano algunos ciclistas que prefieren llevar una cadencia más atrancada echen en falta un plato algo más grande que el 48 (no obstante, está demostrado que con la corona de 10 piñones se tiene el mismo avance que con el 53-11, aproximadamente 10,1 metros por vuelta completa de los pedales).

A la hora de subir, y esto es una gran ayuda en una bici que supera por poco los 8 kg y que tiene formas aero, el 35-33 equivale a rodar con un 34-32 aproximadamente, por lo que podremos escalar cualquier pared sin problemas.
Las ruedas DT Swiss Spine P-1800 con 24 radios y un ligero perfil de 32 mm también colaboran al buen equilibrio de la bicicleta, tanto dinámico como en peso. Eso sí, por su estética, quizá le sentaría mejor un mayor perfil que aumentase la imagen agresiva de la bicicleta, pero es cierto que romperían dicho equilibrio.
En acción con la MMR Adrenaline 00
Durante esta prueba incido en el concepto de equilibrio porque es lo que me he encontrado con la Adrenaline 00. También a la hora de rodar con ella. Es una bici que te evoca sensaciones deportivas, pero también ofrece una postura cómoda y agradable con la que rodar muchos kilómetros.
Se mueve con agilidad en todos los terrenos, demostrando que es una bici “para todo”. Escala razonablemente bien y a la hora de bajar también ofrece buenas sensaciones, ágiles y predecibles. Rodando en el llano su comportamiento es bueno; quizá se note algo más su peso (igual que subiendo), pero su comportamiento global lo compensa perfectamente. Más si su público objetivo está más orientado al cicloturismo que a la competición.