Test: MMR Grand Tour 00
Gran Fondo para todos
Es raro ir por Asturias y no cruzarte con más de una MMR por la carretera (en realidad, cada vez es más raro no cruzarte con alguna en cualquier parte de España). El terreno astur es precioso, una región donde disfrutar de la bici y hacer “cosas bonitas” por los Lagos de Covadonga, Angliru, Gamoneteiro, Casielles, el Cordal…. Hay tantos y tantos puertos donde disfrutar bajando por sus sinuosas curvas, como disfrutar del espectáculo del paisaje verde en sus subidas.
MMR nació en los años 90, aunque ha sido en los últimos años cuando hemos visto cómo ha vivido una explosión y crecimiento continuo. Eso sí, desde siempre ha basado su política en ofrecer un producto de calidad, con un buen montaje, a un precio lo más ajustado posible. Y es que, aunque el disfrute del ciclismo se puede hacer directamente proporcional a la calidad de la bicicleta que llevemos, ya se sabe que, en realidad, “no importa cuánto vale tu bici, si no lo feliz que te hace”.
Y es que, actualmente, nos encontramos que una bicicleta de 6.000 € no suele corresponder a la gama alta, sino a un escalón intermedio entre la gama media y la superior. Por eso, encontrar una bicicleta que se adapte a nuestras necesidades reales y a un precio razonable, a veces se hace complicado, y las opciones se centran en pocos modelos.
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Como un buen ejemplo de estos modelos, la marca asturiana MMR nos ofrece probar la MMR Grand Tour, una bicicleta destinada a las jornadas más largas, en las que prima más la comodidad más que la aerodinámica y disfrutar de los recorridos más allá de la velocidad que invirtamos en ellos.
Definiendo la MMR Grand Tour
La MMR Grand Tour que nos encontramos está decorada en color azul metalizado con grandes logos de MMR en negro. No falta el detalle del discreto “Made in Asturias” impreso en el tubo vertical. En talla M, que nos deja un peso de 8.230 g sin pedales, que, sin llegar a ser un peso ligero, sí entra dentro de lo razonable.
Su geometría nos presenta un suave slooping del tubo superior que sí es más marcado que en su hermana más racing Adrenaline. La distancia entre ejes no llega al metro en talla M (poco más de 980 mm) y las vainas son de 410 mm, lo que nos anticipa que estamos ante una bici ágil. Pero si algo nos llama la atención desde el principio es su parte frontal, en la que no vemos ningún cable, ni siquiera los de frenos. Y podrás pensar que es algo normal en este acabado 00 con transmisión SRAM AXS inalámbrica, pero es que los montajes inferiores, con Shimano Ultegra y 105 mecánicos, ofrecen el mismo acabado por 1.500 € menos.
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