Test: Lapierre Pulsium 900 FDJ Ultimate
Alfombra Mágica



La vimos en acción en las clásicas de primavera, fue protagonista en la siempre infernal y exigente Paris-Roubaix donde un inspirado Arnaud Démare, del equipo FDJ, firmó un excepcional sexto puesto, consiguiendo que muchos de los aficionados pusieran "el foco" en la nueva Lapierre Pulsium que hoy os presentamos.
Además, su impactante estética tricolor, con el azul metalizado exclusivo en la horquilla y en la parte delantera, no te dejará indiferente (existe una versión en gris oscuro elegante y más discreta) para los que no les gustan las bicis "réplicas" de equipos.
No es ningún secreto que de un tiempo a esta parte el segmento del "gran fondo" ha experimentado un auge imparable, prueba de ello es que desde hace varias temporadas ya no queda ninguna de las grandes marcas que no tenga en su gama uno o incluso varios modelos enfocados a un ciclismo más cómodo y racional que las bicis ultra racing de puro rendimiento solo aptas para pros.
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Mejorando las líneas que ya conocíamos
Estéticamente la Lapierre Pulsium sigue las líneas marcadas por su hermana Xelius, aunque con una geometría adaptada a una bici Endurance. En cuanto a la geometría, y si solamente hacemos caso a "las cifras", podríamos decir que la Pulsium es una bici con un claro enfoque "relajado", vainas de 412 mm (415 mm en la versión Disc), un ángulo de dirección de 71.5º y de 74º en el tubo del sillín, junto a un reach y un stack de 373 mm y 546 mm respectivamente, más una generosa pipa de 145 mm (datos en talla S).
Sin embargo, en su construcción no sólo se ha buscado el confort como único objetivo. En Lapierre han querido diseñar, además de una bici cómoda, una bici divertida, rápida y rígida que ofrezca sensaciones "de verdad" y que realmente transmita deportividad al rodar tanto hacia arriba como bajando.
Para ello nada mejor que poner toda la tecnología y los materiales que Lapierre emplea en sus bicis racing, como la Aircode o la Xelius, al servicio de la Pulsium.