Dentro de los aspectos que pueden influir de manera directa en el comportamiento dinámico de la bici están el cuadro que ya lo hemos visto, la horquilla que ahora la veremos y la geometría, que es realmente inteligente para gravel.
Como ya sé que cuando entro muy a saco en temas de geometrías, todo se vuelve un poco barroco, resumo de salida y explico después: la GT Grade es larga de vainas con 44,5 cm, ajustada de tubo horizontal, con un tubo de sillín agresivo de 74,5º, igual que su dirección de 72,3º, que todo resulta en una distancia de ejes generosa de 105,5 cm. Eso significa una bici particularmente segura y al tiempo ágil de mover, con lo que GT ha resuelto bien esa ecuación de la excesiva pachorra asociada a las bicis estables.
Así, en la Grade vas sentado un poco adelantado respecto al pedalier para que puedas pedalear con potencia, cortita de parte central con la que llegas al manillar con facilidad y puedes tirar con fuerza incluso agarrado a las manetas, una dirección rápida que permite girar con más vigor y por detrás, un tren trasero largo que mantenga pegada la bici al suelo aun en los tramos más empinados y que consiguen que sus neumáticos WTB Nano que de por sí agarran bien, consigue que agarren más.
Con todo esto unido, a velocidades más que aceptables la bici es divertida y segura, todo con el añadido de una construcción formidable y que filtra más de lo que puedas suponer, pero que llegado el caso de que necesites más estabilidad delantera, siempre le puedes dar la vuelta al casquillo de la horquilla que avanza hasta 1,5 cm.
Eso es un gran cambio hacia una bici que ya te permitiría una conducción más agresiva y alta velocidad, pero que en mi caso lo he dejado con el ajuste corto, porque la zona por la que me suelo mover no lo pide y porque la ruta de bikepacking que íbamos a hacer tampoco dibujaba escenas de acción fulgurante, sino más bien todo lo contrario cargando el equipaje necesario para 4 días durmiendo en camas bajo techo.
Con esto GT sí que ha hecho el esfuerzo de darle ese toque técnico añadido, porque muy coherentemente es algo que se le puede llegar a pedir a la Grade y marca una buena diferencia.
Claro, podéis decirme, “Antonio, todo lo dicho en relación a qué”. Pues para que nadie se sienta ofendido, por ejemplo, tomando una Cannondale Topstone Carbon 5 de 2.999 € que queda bajo el mismo paraguas de Cycling Sports Group (Cannondale, GT y Fabric) a nivel de geometría y en la misma talla tiene el alguno de dirección 1,1º más tumbado, 1,4º más tumbado el tubo del sillín, unas vainas 3 cm más cortas y unas distancia de ejes 1,5 cm más corta, cuyo test también puedes leer en las páginas de Maillot Mag.
La elegida
Podría tirarme el rollo diciendo que elegí esta unidad Carbon Expert después de haber revisado la gama, que ya de salida me pareció la más adecuada… y os estaría mintiendo vilmente.
De la misma forma que la mayoría de las veces siempre se me consulta, en esta ocasión me encontré la bici de frente y me dijeron “Antonio, te toca probar esta para entregar la prueba en el número de Septiembre”.
La verdad es que, pese a no ser precisamente millonario, sí que suelo hacer esfuerzos para llegar a la mejor versión, sobre todo cuando en esta bici el escalonamiento es tan bueno porque la gama Carbon se segmenta en pasos de 400 en 400 euros. Eso a título personal, pero en el caso de las pruebas siempre me gusta dejar que las bicis se expresen en el mejor escenario, en su versión más alta de gama.
Sin embargo, agradezco que en esta ocasión me haya venido impuesta, porque que pese a que la Carbon Pro de 3.399 € estéticamente “full black” con monoplato, telescópica y componentes nominalmente más prestacionales y me parece impresionante, creo que el nombre Carbon Expert rinde con total justicia el resultado de la bici.
La tija telescópica no la iba a usar mucho la verdad y en un sentido práctico creo que llevar doble plato 40/30 con casete 11-34, para un uso más lento y pesado, combinado con muchos tramos de carretera, me ha hecho un gran favor tener mejor progresión de desarrollos que un 40x11-42 y poder elegir la combinación adecuada de plato grande o plato pequeño para poder llevar siempre la cadena lo menos cruzada posible.
Eso también, en parte, porque el cambio que monta esta bici, Ultegra RX 800 con tecnología Shadow Plus, sujeta la cadena de maravilla y no he escuchado ni un “cadenazo” de más sobre la vaina derecha, teniendo en todo momento pasos de cadena híper silenciosos, incluso siendo una KMC X11, de acción suave, rápida… vamos, mejor imposible y en todo tipo de circunstancias, muchas muy forzadas.
Los frenos GR400 con discos de 160 mm, y os doy mi palabra de que en Montañas Vacías hay puertos largos de una pendiente muy considerable, nunca han dado síntoma de fatiga, frenando con un dedo mientras grababa con la otra mano, es decir asumiendo el delantero todo el “marrón”.
La tija de carbono de esta unidad tiene todo el sentido, más que la “pija” llegado el caso, que potencia, aún más, el efecto de flexión del triple triángulo y a poco cargada que lleves la bolsa trasera, en este caso una Ortlieb Seat Pack como la que llevé, de 16,5 litros y cargadas a reventar, a poco que la apretaras contra el suelo, podías ver como la tija y la trasera de la Grade fletaban de forma acompasada.
Manillar de aluminio perfecto, con una apertura de las curvas de 16º, estaría muy bien que para poder meter bien las manos al centro llevando el acople PRO que monté para la ocasión, fuera al menos 2 cm más ancho para que dejara algo más de espacio en el agarre de la cruceta. Sólo es un apunte a tener en cuenta por si también lo vas a montar y poder descansar los brazos y la espalda en los tramos fáciles y llanos.
El resto impecable, una bici blindada que de serie pesa 9,6 kg en talla 58 y que, por sacarle algún defecto absurdo, no sería mala cosa que las múltiples roscas de anclaje que trae en la horquilla y el cuadro ya vinieran tapadas con sus respectivos tornillos, cosa que ya hice yo, o que los neumáticos tubeless de compuesto magnifico y dibujo super eficaz en todo tipo de situaciones, en ligar de la versión Light fueran algo más reforzados.
Digo esto porque en el gravel en general y en estas aventuras en particular, unos gramos de más no van a ningún lado y esa sensata fiabilidad aplicada que nos he enseñado y demostrado la Grade Carbon Expert, te pueden llevar a lugares tan bellos y lejanos que nunca antes podrías haber ni imaginado.
Cosas de familia GT Grade
Creo que queda bastante claro que nuestra versión favorita de la gama es esta Carbon Expert testada de 2.899 €, que por 100 euros menos se puede decir que ofrece algunos detalles extras mejores que bastantes de sus competidoras directas de esos 2.999 € que detiene la barrera psicológica al límite del desembolso importante para ya pasar a la categoría de dineral para much@s usuari@s.
Por encima de esta versión testada encontrarás la versión Carbon Pro, que por 500 euros añadidos da acceso a algunos detalles de mayor calidad una estética más racing y agresiva y justo por debajo la versión Elite que, siendo técnicamente una bici muy similar, si le vas a dar un uso intensivo, de la misma forma que entre y la Expert y la Pro esos 500 euros podrían relativizarse, los cuatrocientos de diferencia nos llevan a remoce darte la versión que hemos probado para vosotros. Ya en las dos versiones de aluminio tienes las versiones Expert de 1.799 € y el modelo de en rada en gama Elite por muy meritorios y seductores 1.099 €.