Test: Cinelli Nemo Tig
Calidad Original
Sobre el concepto original Súper Corsa de 1950, y las formas prácticamente idénticas que el modelo Láser de 1981, nace la nueva Cinelli Nemo Tig Disc, ahora con frenos de disco y una gran carga tecnológica en aleaciones y estándares actuales.
Yendo un poco en contra de mis propios hábitos, en esta ocasión me voy a ahorrar una larga revisión de toda la historia y legado sobre el legendario fabricante italiano, tan entrañable y valioso para la industria de la bici, como ha sido, es y será Columbus.
Lo voy a hacer, porque sinceramente, creo que a todo aquel al que una bicicleta como ésta le pueda interesar, posiblemente sepa hasta más que yo sobre una de las marcas más influyentes, que más sueños y satisfacciones ha dado a infinidad de ciclistas a lo largo y ancho de todo el mundo.
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Larga vida a Cinelli, larga vida a Columbus
Puede parecer una contradicción que una marca como Cinelli, hermanada con Columbus, que es capaz de hacer elementos de fibra de carbono de referencia mundial como su completa gama de horquillas y cuadros, siga creyendo firmemente en el acero.
Podría pensarse que es una manera de diferenciarse o bien para darle más recorrido a una línea de negocio que ya tienen consolidada. Alargando la conjetura, podría entenderse como el ofrecimiento de un producto sencillo de producir para cuatro extravagantes, para algunos románticos dispuestos a pagar un sobreprecio por un material que no lo vale, sólo por tener la excéntrica opción de pedalear sobre una bicicleta que rompe con las ya fatigantes tendencias actuales a la que hemos llegado con la fibra de carbono.
Aunque fuera así bien merecería el esfuerzo sólo por esto, que no sería poco, pero la realidad no tiene nada que ver con estos enrevesados propósitos.
En primer lugar, el acero ha demostrado ser un material sostenible y duradero, no hablo solamente de sus prestaciones técnicas, hablo de su realidad como estructura de calidad para dar forma a bicicletas de alto rendimiento, con una estética clásica y minimalista fascinante, que además tal cual lo conocemos tiene garantizada su presencia y evolución en el mercado de la bici para siempre.
Esto es algo de lo que por ejemplo el carbono actual no puede presumir, al menos entendido de la manera en la que lo recibimos hoy, con unos procesos de fabricación en grandes series en los que tanto el excedente que genera como las piezas inservibles resultantes, rotas o defectuosas, no tienen la posibilidad de ser recicladas de forma eficaz y por eso, aunque por supuesto seguiremos viendo carbono en el futuro, a largo plazo no será a buen seguro producido de la manera en la que lo encontramos ahora.
Por favor, que quede bien claro que esto no es una cruzada contra la fibra de carbono ni mucho me-nos, sobre todo porque es el material que nos ha permitido y permite disfrutar de las bicicletas vanguardistas y de alto rendimiento de las que disfrutamos ahora, con unos niveles de seguridad y capacidad de expresión creativa en términos de diseño que ningún otro material permite. Eso por no hablar de que en elementos tan críticos como pueden ser las horquillas rígidas de todas las disciplinas, se ha convertido prácticamente en la única opción segura para resistir el nivel de intensidad al que se someten actualmente a todas las bicicletas.
El acero no ha dejado de evolucionar, paso a paso, pero en todos estos años se ha considerado con sus aleaciones más básicas como el material a aplicar en bicicletas infantiles o como opción para unos pocos ciclistas estrafalarios en bicicletas de muy alta gama.
Así actualmente nos encontramos con aleaciones de acero inoxidable como la Columbus Omnicrom Spirit HSS de esta Cinelli Nemo Tig Disc que, en honor al primer modelo Super Corsa de 1950, persigue el objetivo de bici de acero radical y lo consigue, ahora con frenos de disco y ejes pasantes, con un comportamiento sólo al nivel de los mejores cuadros de alta gama de fibra de carbono.