Test: BMC Teammachine SLR01 TWO
Precisión radical
Sería muy necio y arrogante por mi parte decir que uno ya sabe cómo va a ser una bici en dos pedaladas, precisamente porque cuanta más experiencia acumulas en este trabajo, más consciente eres de que más allá de lo obvio, hay que vivir esa bici no sólo en todo tipo de recorridos, ritmos y condiciones, sino en distintos estados de ánimo.
Sin embargo, con esta nueva BMC Teammachine SLR01 lo que de primeras sí puedo afirmar sin fallo, yo y cualquier ciclista al que le corra algo de sangre caliente por las venas, es que casi sin ni siquiera haber terminado de enganchar la segunda cala, ya se sabe con total claridad cómo no va a ser, que es algo tan importante como definir sus principales cualidades.
Desde luego, esta joya suiza no es, ni nunca va a ser, pausada; no es, ni se siente, precisamente pesada; e irradia calidad real la mires por donde la mires. Una clara candidata a ser la mejor bici del año, y eso sí que lo sabes nada más verla y tocarla, y todo en una temporada en la que se han presentado auténticas misiles para pedalear sobre del asfalto.
En el caso concreto de esta nueva entrega de la Teammachine para 2020-21, precisamente por esto que os comento de saber mantener una distancia emocional, hay una historia personal detrás de la que, siendo totalmente consciente, me he obligado a dar dos pasos atrás para que, por mucho que me guste esta pieza maestra, no estar condicionado por un deseo personal previo y ser lo más objetivo posible.
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El caso es que esta bici debería de haberla estrenado directamente en Suiza, dentro del super evento que BMC había programado para su puesta en escena: el Chasing Cancellara, desde Zurich a la cima del Zermatt, en un palizón de los más pardos que uno se pueda imaginar. Ir a una cita así sin estar bien entrenado es una irresponsabilidad, no tanto por pretender acabar en puestos de honor, cosa impensable porque uno ya no está para semejantes alardes, sino sencilla y llanamente para terminar.
Y lo cierto es que me preparé lo mejor que pude. Tuve esta bici en mi cabeza mientras me “secaba vivo” pedaleando bajo el duro sol, visualizándome con ella mientras intentaba reproducir y simular los muchos momentos tan duros como bellos que sabía que esperaban.
El caso es que por motivos más que obvios, con la situación actual al final me tuve que quedar en casa, fastidiado no por el proceso de preparación previo, que es algo que te llevas en el cuerpo en forma de disfrute, sino por no haber podido hacer realidad ese sueño, tanto por estrenar la bici como por el reto de la prueba en sí mismo.
Quiero decir, que cuando recibí la nueva BMC Teammachine SLR01 ya había muchas emociones contenidas previamente y eso es “peligroso” a la hora de ser objetivo, en todos los sentidos, sobre todo porque de manera inconsciente había creado unas expectativas muy altas.
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