Tierra Estella Epic Gravel: Sentando las bases
El “subidón” que está experimentado el mundo gravel es muy grande. Y prueba de ello, es el aumento de eventos exclusivos para este nuevo formato de ciclismo. En alguna marcha de Mountain Bike, ya hay algún valiente, sin miedo a ser señalado con el dedo, que participa con bici de gravel. Incluso alguna prueba empieza a admitirlo como categoría. Pero Tierra Estella Epic Gravel, apuesta fuerte, junto con BH Bikes por algo exclusivo, algo único.
En la Tierra Estella Epic Gravel han optado por una fórmula que nunca había probado. Se trata de un formato “endurero” para los 60 km de recorrido por pistas, senderos y algún tramo de carretera. Y no decimos “enduro” por el tipo de camino o la dificultad técnica sino por la fórmula para crear las clasificaciones: Tres tramos cronometrados, donde cada uno es libre de apretarse a fondo o de seguir disfrutando de un bonito recorrido por tierras navarras.
La fórmula ha conseguido atraer a 300 participantes en una primera edición que es todo un punto de partida. Este tipo de competiciones son perfectas para los que buscan algo más que el ciclocross de dar vueltas una hora (muchas de ellas en un parque), la emoción del XC Maratón, pero con bicis algo más ligera y ágiles o para “carreteros” cansados de la rutina del asfalto. Todos, de una forma u otra pueden acabar siendo auténticos locos del gravel en cuanto lo prueben. Sin duda, una nueva modalidad que abarca muchas formas de interpretarla.
Alguno dirá que ya se han hecho otros eventos o pruebas gravel. Sí, pero creo que con este formato es pionera.
Tenemos la prueba y tenemos bici. Hace poco pudimos probar la última apuesta de BH para el Gravel: La BH GravelX Carbón 3.5. Una bici que, como ya os adelantamos, estaba hecha para ir rápido. Geometría más larga, peso más reducido, comodidad sobre sus 9.420 g de peso y Shimano GRX Di2. Sin duda, la compañera perfecta para esta aventura.
Comienza el reto
21 de febrero, a un mes de que acabe el invierno. Nos dan pronóstico de sol y 19ºC. Casi un tiempo primaveral donde debería haber frío y agua. Lo prefiero. Es mi primera experiencia en un evento gravel así que prefiero que sea con el mejor tiempo posible. Ya vendrán oportunidades para la épica y el dramatismo. En la línea de salida casi hasta sin frío, a pesar de los 8º que marca el termómetro. Será la emoción.
En la parrilla de salida muchos ciclistas de renombre. Ex-profesionales como Aimar Zubeldia, algún profesional del BH-Burgos como Carlos Canal, triatletas de larga distancia como Eneko Llanos e “influencers” como Valentín Sanjuán y otros ciclistas patrocinados por BH como Antonio Ortiz.
Entre ellos y casi desde el palco de las últimas filas, tomamos la salida. Una cuenta atrás final y arranca la Tierra Estella Epic Gravel.
Nada más salir, una larga recta en subida de asfalto, que termina en una pista ancha de tierra bien pisada que mantiene un 6-7% de desnivel. Esto hace que el pelotón, de casi 300 graveleros, se estire y empiece a colocar a cada uno en su sitio. Se marchan los que quieren ir a fuego y restregar sus cornamentas. Y se quedan los que prefieren disfrutar del sol, el terreno y rodar tranquilamente.
Pocos tramos de llano, en los que ir pasando gente hasta llegar al kilómetro 8,70, donde comienza el primer tramo cronometrado de la prueba. Dos subidas enlazadas por pista, bordeando el embalse de Alloz, donde nos ponemos de barro finos. Al más puro estilo CX belga, atravesamos unas praderas de barro y roderas, donde la pericia y el saber rodar sobre terrenos arenosos son importantes. Esta zona hace que se nos dibuje una gran sonrisa en la cara. Diversión al máximo.
Al borde de “besar el suelo”
El gravel es una sensación continua de ir al límite si vas rápido en un terreno impredecible. Ponerse pegado a rueda del que te precede puede ser bastante peligroso si te relajas en la conducción y te dejas llevar como en carretera. Piedras, agujeros, roderas... Ir rápido implica ir super concentrado en la pista. Esto hace que te pierdas el resto del paisaje. Cosa que empiezo a hacer al acabar el primer tramo cronometrado, en el km 15,30. Han sido 6´50 km a fuego exprimiendo la GravelX Carbon, que me sirve para darme cuenta de que su geometría es perfecta para esto.
La organización instala puntos de avituallamiento líquido y sólido, junto con asistencia mecánica al final de cada tramo. Poder terminar la tensión del tramo, si lo has disputado, y poder relajarte tomando un refresco y comiendo algo de fruta, mientras compartes sensaciones con el compañero es algo que se agradece. Ojo con los croissantcitos que son auténticas bombas de chocolate. Con una Coca-Cola, rellenaron mis depósitos desde el desayuno a las 8 de la mañana en el hotel.
La zona de Estella es famosa por sus zonas de escalada, y por un paisaje carente de llanuras. O subes o bajas, todo con suave pendiente pero que hace un paisaje similar al que se pintan en los cuadros con distintos planos de montañas.
Durante la prueba pude ver bicicletas de todo tipo. Mucha variedad de marcas y conceptos muy variados. Cuadros de aluminio, carbono y titanio. Algunas de ciclocross con sus frenos cantiléver y apenas 34 mm de neumático. También alguna mtb reconvertida a gravel con horquilla monobrazo y rueda de 26”. El concepto gravel a grandes rasgos está claro, pero luego cada uno, dependiendo de sus prioridades, del uso y velocidad que vaya a darle varía un tanto el tipo de “gravel “que va a llevar.
¿"A fuego" ó viendo el paisaje?
Volvemos al pedaleo. Atravesamos más pistas y algún sendero, accedemos a varios pueblos de la zona que nos enlazan con el segundo tramo cronometrado. De nuevo, con buenas piernas y recuperados del esfuerzo anterior y tras casi 7,90 km rodando relajadamente te tomas el tramo con más ganas. Más tarde nos comentaron que en los primeros grupos, apenas había diferencia de ritmo entre el tramo crono y el enlace. Se iba muy rápido todo el rato. Y, claro, que apenas te quedaban ganas de vivir después de ese infierno. Yo preferí la opción de disfrutar al máximo. Los tramos rápidos, los lentos, los avituallamientos las risas con los compañeros de ruta.
Sin darme cuenta, pasamos la alfombrilla del cronometraje y a levantar piedras “a toda leche”. Alguna curva roza el límite de la tracción de la bici. En esto influía el neumático casi liso de 38 mm montado de serie, que se ve algo justo de agarre en las curvas terreno suelto. Es como rodar en circuito de asfalto con el suelo mojado. La organización había colocado letreros avisando del peligro por curva o por exceso de grava en la pista. Todo un acierto.
Esta vez el terreno es “rompe piernas”, aunque más rodador que el anterior. Aquí sí puedo aprovechar la geometría de la GravelX Carbon. Aquí sí rueda bien el neumático de 38 mm. Casi liso en el centro y un minúsculo taco en forma de diamante en el lateral, sirve para que vuele sobre la pista y algún tramo de asfalto. Montado con cámara y llevando la presión más baja posible, buscando ese límite entre el agarre/amortiguación y el no dar llantazos en las zonas de piedra.
Lo suyo hubiera sido montar algo más de taco y por supuesto tubelizada. Pero es lo que tienen las bicis de test, que tienes que cambiarlas lo mínimo para tener la misma sensación que tiene el cliente cuando sale por la puerta de la tienda cuando la compra.
Ahora tocan largas rectas de meter la cabeza en el manillar y esforzarse al máximo, pero controlando en algunas curvas y cruces de caminos para no terminar rodando por el suelo. Fin del tramo cronometrado. Esta vez 9,60 km. Con avituallamiento al final para recuperar. Si ahora me meto otros dos croissants de chocolate sería gula. Recupero el aliento y sí acepto un par de vasos de Coca-Cola.
Ahora rodar tranquilo casi 20 kilómetros con una subida al alto de Itxurturia por medio. De nuevo charla, admirar el paisaje, comentar el tramo, bajar las pulsaciones y la adrenalina tras alguna curva rozando el desastre total. Caer con una gravel por una pista de estas a 40 por hora, no debe ser nada bueno. Y menos con una bici que no es tuya. Vamos a por el último tramo de crono. Arranca en el 51,90 y nos llevará hasta meta para completar los 60 km de recorrido total.
Toca apretar de nuevo, para exprimir la Tierra Estella Epic gravel hasta el último metro. Aunque, como ya os he comentado, si no quieres puedes hacer el recorrido tranquilamente sin calentarte la sangre, ni pegarte calentones a lo tonto. El ritmo y la velocidad los pones tú. No se llega a rodar en solitario, pero sí en grupos minúsculos. El terreno sube y baja con mayor o menor desnivel y deja que cada uno busque su cadencia adecuada.
Cuatro repechos más y estamos en meta. Los últimos 7,80 km se pasan volando incluso los dos últimos son casi en bajada. Hasta 68 km/h llegue a ver en el GPS. 40-11 dando pedales como una batidora. En el grupito final de cinco graveleros que nos juntamos, incluso hicimos un pequeño “sprint” en meta, no para disputar la posición, sino por arañar algún segundo al crono.
Volveremos
Pulsaciones a mil, sudor y un poco de barro. Recorrido de 60 km en dos horas y media a 24 km/h de media y con 1.163 m de desnivel. Bebida y comida en el polideportivo de Villatuerta con entrega de premios para categorías Elite, Máster, femenino y masculino.
En categoría masculina primer puesto para Julen Zubero con 46 minutos como resultado de la suma de los tres tramos cronometrados y un tiempo final de 2 horas. Y en féminas Muriel Bouhet con 54 minutos sobre un total de 2 horas 28 minutos.
En meta el comentario general es de muy buena experiencia con el recorrido, con la organización, las indicaciones en los cruces y señalización... Recomendaban llevar el track en el GPS, pero no hizo falta para nada. Prueba apuntada para el próximo año en el calendario.
Lo tengo claro: Tierra Estella Epic Gravel, va a ser sin duda el punto de partida y referente para el nacimiento de otras pruebas gravel.
Os dejamos con un vídeo resumen de cómo ha sido la Tierra Estella Epic Gravel:
¿Quieres estar al tanto de todas las novedades de Maillot Mag?
Suscribete a nuestro newsletter para no perderte el mejor contenido relevante, novedades, opinión, podcast, etc.
Relacionados