¿Por qué Bicimad funciona tan mal?

El pasado 7 de marzo, el Ayuntamiento de Madrid anunció que el servicio de Bicimad iba a ser gratuito hasta finales de julio. El objetivo de la campaña era promocionar el 'nuevo Bicimad': una ampliación y posterior cambio de sistema que conviviría unos meses con el antiguo.
Tras este anuncio podían pasar dos cosas: el aumento del uso de Bicimad y, por tanto, que las calles de Madrid se llenasen de bicicletas o todo lo contrario, que el servicio se cayese. Y nada más empezar, pudimos augurar que nada bueno venía. La aplicación se cayó y ningún usuario pudo utilizarla ese día.

Además, anunciaron que habría 611 estaciones que se convirtieron en 264 y 7.500 vehículos que finalmente fueron 2.964. A continuación, vamos a explicar detalladamente cuáles son los problemas que está viviendo Bicimad.
Falta de información
Se ha gritado a los cuatro vientos que el uso de Bicimad iba a ser gratuito y casi todos los madrileños se han enterado. Sin embargo, no se ha explicado cuál era el funcionamiento del nuevo sistema, si había cosas que iban a cambiar o había algo que los usuarios tuviesen que tener en cuenta.
Que no se haya explicado no significa que no exista, y esa falta de información ha sido el principal motivo del colapso. Hasta hace unos días, cuando abrías la aplicación te salía un mensaje anunciándote que el servicio era gratuito, pero no te indicaba cómo debías proceder para su uso. Ahora parece que se han dado cuenta y cuando la abrimos salta un mensaje en el que especifica que las bicicletas hay que usarlas de estación en estación.
La aplicación no funciona
Después de esa caída generalizada de la aplicación el primer día, ha seguido funcionado mal. Cientos de usuarios han visto en sus pantallas un mensaje cuando han intentado desanclar una bici en el que se puede leer “¡Vaya! Algo salió mal”.
Otra de las cosas que había que hacer para usar el nuevo sistema y que no se anunció a los usuarios era que había que migrar a Mpass, una plataforma de cuenta única para acceder a todos los servicios de la EMT (Empresa Municipal de Transportes). Sin embargo, muchos usuarios han intentado migrarse pero sigue dándole fallo y a día de hoy no han conseguido sacar ni una bicicleta de la estación. Me incluyo entre esos usuarios.
Bicimad tiene un servicio de atención al público vía telefónica las 24 horas del día que habitualmente funciona bastante bien. Ahora debe de estar, como el servicio en sí, colapsado. Y por mucho que llames para comunicar tu incidencia, nadie contesta al otro lado. Por lo que el usuario se encuentra vendido.
Las bicis no encajan
Algo cuanto menos curioso es que las nuevas bicicletas, de un color azul más fuerte, encajan en las nuevas estaciones, todas situadas en la periferia, pero no en las antiguas, que están situadas en el centro de la ciudad.
Entonces, ¿qué tiene que hacer un usuario si quiere ir, por ejemplo, de Chamartin a La Latina? Puede coger una bicicleta de las nuevas en Chamartín (si tiene suerte y la aplicación le deja), pedalear hasta La Latina y cuando llegue allí y encuentre una estación de las antiguas, tendrá que dejar la bicicleta sin anclar pero simulando que la introduce en el hueco de las bicis.
¿Qué pasa si haces esto? Anclar la bicicleta no implica solamente que esté segura y con un candado, cuando se anclan también se carga la batería. No olvidemos que estas bicis son todas eléctricas.
Además, si no la anclamos, queda desprotegida y cualquiera podría volver a cogerla sin tener que introducir su usuario (ahora aclaro esto, que tiene más miga) y encima no se cargará la bici por lo que la siguiente persona que la coja, es probable que a mitad de camino se quede sin batería.
En cuanto al anclaje, ahora todas las bicicletas vienen con un candado trasero que, cerrándolo, la rueda trasera queda fija por lo que la bicicleta no podría rodar. Pero qué pasa, que si eres usuario habitual de Bicimad sabes cómo funciona esto porque nos han estado bombardeando los últimos meses diciéndonos que, por favor, cerrásemos el candado trasero. Pero si eres usuario nuevo, que hay muchos con la nueva oferta, no tienes ni idea de que ese candado existe y lo dejas abierto porque, de nuevo, nadie te ha informado de lo que tienes que hacer.
Consecuencias
Todo este desbarajuste en el sistema de bicicletas ha traído consecuencias graves. El principal, que es prácticamente imposible utilizarlo y encontrar bicicletas disponibles.
Bicis por todos lados
¿Os acordáis de esas bicicletas naranjas que inundaron de un día para otro muchas ciudades de España? Pues bien. La situación es parecida. Ahora, vayas por donde vayas andando por Madrid, puedes encontrarte una Bicimad. Prácticamente todas sin batería.
Bicis desaparecidas
Las nuevas Bicimad, cuando se apagan, pierden el localizado, ¿qué ha implicado esto? Que hay muchísimas bicicletas desparecidas. La semana pasada El País citaba que había alrededor de 500 bicicletas ilocalizables. Este lunes El Diario asegura que no están localizados el 82% de los vehículos. Muchas antiguas pero, también, muchas nuevas. Esto podría salirle muy caro al ayuntamiento ya que cada una de las bicicletas nuevas está valorada en 2.410 euros.
Estaciones vacías
El elevado número de bicicletas desaparecidas implica que en estos momentos lo más habitual es ver las estaciones, habitualmente con una media de 7-8 bicicletas, completamente vacías. O con una o dos bicicletas que, lo más probable, es que no se pueda desanclar porque la aplicación de fallo o, si consigues hacerlo, no puedas después devolverla y te facturen un viaje de más de diez horas. Que eso también está pasando.
¿Por qué en Madrid pero no en otras ciudades?
Uno de los aspectos que más sorprende de la caída masiva del servicio público de bicicletas es que no es la primera vez que se hace. En ciudades como A Coruña, San Sebastián y Valladolid ya se ha migrado de un sistema a otro y ha funcionado. Y no solo en España, Nueva York, Buenos Aires o Toronto también han pasado con éxito por este proceso.
Aquí, en Madrid, el proceso se retrasó. Sin embargo, la inauguración del sistema se ha mantenido. Las elecciones están a la vuelta de la esquina y hacerse una foto con el nuevo servicio quedaba de maravilla para la campaña electoral.
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