Comparamos frenos de disco con frenos de llanta: La hora de la verdad

Mismo día, mismas bicicletas, mismas condiciones... enfrentamos a los frenos de disco con los de llanta.

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Autor Maillot Iñaki Gavín
Autor de la fotoShimano España

Fecha de la noticia 12/04/2018


La misma carretera, el mismo día, dos ciclistas, cuatro bicis, dos con "disco" y dos con "zapata"... Un test real con sensaciones reales y algo más. ¿Quieres saber lo que pasó?

Hola, Iñaki. ¿Cómo estás?, soy Josu Moral, de Shimano España. ¿Tienes libre el próximo jueves? Me gustaría contar contigo para un test muy especial, es algo que nunca hemos hecho y seguro que tú tampoco, estoy convencido de que la idea te va a gustar. Además de pasar un poco de frío, se trata de probar dos bicis iguales, una montada con freno de disco y otra con freno de zapata, el mismo día, el mismo puerto, haces varias bajadas con cada una de ellas y me cuentas tus sensaciones… Lo del frío lo arreglamos luego tomando un chocolate caliente en el primer bar que pillemos mientras me cuentas tus impresiones... ¿Te apuntas?

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Frenos de disco vs frenos de llanta: La hora de la verdad
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Ocasiones como ésta no se presentan todos los días, para mí es un test perfecto. Llevo muchos años dando pedales y, sinceramente, recuerdo muy pocos avances en el mundillo de las bicis de carretera que haya generado tanta diversidad de opiniones y controversia como la llegada de los frenos de disco a nuestras bicis. Podríamos hablar y hablar durante horas, o días… podríamos seguir teorizando y argumentando sobre los pros y los contras de cada una de las dos opciones que el mercado nos ofrece a la hora de frenar, podríamos preguntar a las marcas, a los fabricantes, también a los usuarios, a los que utilizan frenos de disco y a los que no… Sin embargo a la gente de Shimano se le ha ocurrido hacer algo aún mejor.

Dos bicis exactamente iguales, una con frenos de disco y otra con freno "tradicional", un exigente puerto de montaña, el mismo día, las mismas condiciones… Gas a fondo y ¡a bajar! 1, 2, 3 veces…

¿Y ya que estamos puestos por qué no hacerlo aún mejor y que sean dos los probadores que hagan el test y así obtener el doble de información? Dicho y hecho, los chicos de Shimano España decidieron "doblar" la apuesta e incluir en el test dos bicis más, también iguales, una de ellas con "disco" y otra con frenos de zapata y vuelta a empezar…

Shimano Experience

Como ya te he comentado antes, tanto la idea como la logística y la invitación a participar en esta prueba "sin trampa ni cartón" parte de Cristóbal Pérez y de Josu Moral, de Shimano España. Ellos lo tienen claro, para que el test sea real y las sensaciones 100% fiables las condiciones también deben serlo.

Para evitar "suspicacias" y hacerlo de una manera transparente, Shimano España invitó a varias marcas no vinculadas a su grupo a participar en esta experiencia. La única condición que les pidió es que las bicis fueran de estricta serie, como las que podemos encontrar en cualquier tienda, y que las dos fueran iguales. La única diferencia es que una debería ir montada con frenos de zapata y la otra con frenos de disco.

Trek y Pinarello aceptaron "el reto" y enviaron dos Emonda SLR6 y dos Dogma F10, la Trek montada con Shimano Ultegra y la Pinarello con Dura Ace, de esa manera también podríamos comprobar el rendimiento y las sensaciones con dos grupos diferentes.

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Frenos de disco vs frenos de llanta: La hora de la verdad
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Para tener una información lo más aséptica y neutral posible, tanto Josu como Cristóbal deciden que los "probadores" que intervengan en el test sean dos personas vinculadas a la bici, que no tengan nada que ver con Shimano pero que a la vez sean ciclistas habituales, con criterio, experiencia contrastada y conocimiento sobre el tema. Y aquí es donde entro yo, mi "cometido" en este interesante, pionero y a la vez enriquecedor test, será la de hacer varias bajadas a Morcuera, tantas como nos dé tiempo y luego transmitirles mis sensaciones, intercambiar impresiones y "mojarme" con una conclusión una vez finalizada la prueba.

De manera excepcional mi compañero de "equipo" será Joaquín Calderón, compañero de profesión y probador habitual de la revista Ciclismo a Fondo. Joaquín es un probador consolidado en el mundo del ciclismo, tiene muchos años de experiencia, además de buen tipo, como ciclista tiene un nivel físico muy alto, es rápido bajando y tiene un perfil más racing y agresivo que yo en bicis de carretera, un placer "trabajar" junto a él en esta ocasión.

...subir, bajar, subir, bajar...

Después de los típicos ajustes y aprietes dejamos las bicis preparadas y nos abrigamos para empezar a bajar. Antes de ponerme en marcha unifico las presiones de las dos Pinarello F10 que voy a utilizar y pongo 6,5 kg delante y 7 kg detrás. La primera pasada la haremos a ritmo tranquilo, las recientes nevadas y la temperatura ambiental tan baja aconsejan no "pasarse" de listo hasta no comprobar el agarre y el estado real del asfalto que a estas horas de la mañana aún está muy frío y húmedo.

Morcuera es para mí un puerto conocido, lo subo y lo bajo muchas veces durante todo el año, tampoco es la primera vez que utilizo frenos de disco. Lo que sí es una experiencia nueva es poder comparar y alternar un sistema de frenado y otro en "tiempo real". Además con la ventaja añadida de conocer la carretera podré concentrarme en las sensaciones que me van a transmitir ambos sistemas, que al final es el objetivo de este test.

Empezamos a bajar y poco a poco vamos ganando confianza, en cada pasada que hacemos vamos apurando más la carretera y también la frenada a pesar de que el día y el asfalto tampoco están para "rebañar el crono" y para arriesgar demasiado. El frío que acumulamos bajando se nos pasa en cuanto llegamos al punto pactado para dar la vuelta y volvemos a subir hasta la cima.

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Frenos de disco vs frenos de llanta: La hora de la verdad
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En lo que todos estamos de acuerdo

El día se va terminando y después de varias bajadas, alguna con susto incluido, voy acumulando sensaciones y sobre todo voy confirmando y ordenando todos los "inputs" que a lo largo de todo el tiempo que llevo probando por separado, bicis con freno de zapata y bicis con freno de disco, me han ido aportando.

Los frenos a la llanta no están estancados, lógicamente evolucionan, como cualquier componente mecánico cada temporada mejoran sus prestaciones y la frenada de los Dura Ace de última generación que monta la F10 de este test es más estable, predecible y es muy superior a la frenada de un puente de hace 2/3 temporadas. En los próximos años veremos avances, pero mucho me temo que no van a revolucionar el mercado ni va a cambiar el concepto.

Últimamente, además de la llegada de los frenos de doble pivote, los principales avances han venido fundamentalmente de la mano de los compuestos de las zapatas y de los tratamientos de las zonas de frenado de las llantas. Hasta hace muy poco, haber bajado un puerto como Morcuera con unas llantas full carbon con la carretera mojada hubiera sido misión imposible. Digamos que es una "tecnología" que está en la recta final de su desarrollo aunque se van produciendo avances.

 La hora de la verdad

A favor de los frenos "tradicionales" está su menor peso, mayor rapidez de regulación, el cambio de rueda es más sencillo y un buen comportamiento mientras la carretera esté seca. Sus principales desventajas son su baja capacidad de frenada en mojado, la mayor tensión muscular y mayor desgaste del tren superior del ciclista al tener que hacer más fuerza y aguantar sobre las manos y tren superior el peso de la inercia del cuerpo al frenar, y el sobrecalentamiento de la llanta a gran velocidad, que hace que aumente la distancia de frenado con respecto a los frenos de disco.

Los frenos de disco llevan poco tiempo en las bicis de carretera, la primera generación de "discos" para carretera fue una evolución de los grupos de montaña, los frenos de hoy en día ya son componentes específicamente diseñados para las bicis de carretera. Digamos que es una tecnología nueva con un margen de desarrollo y recorrido enorme en lo que lo mejor está aún por llegar. A favor está su mayor potencia de frenado, que nos permite frenar más con un menor esfuerzo, también nos va a permitir un mejor control, ya que con los discos el tacto es más suave, predecible y dosificable que con los tradicionales de zapata, pero lo más importante es la seguridad y estabilidad que nos aportan, ya que su rendimiento es el mismo desde el primer kilómetro hasta el último por muy largo que sea un puerto y sin que le afecte la climatología o el estado de la carretera.

En contra de los frenos de disco está su mayor peso (entre 300 y 400 g) frente a los tradicionales de zapata. Pero la llegada de los discos ha supuesto la desaparición de la banda de frenado de las llantas y gracias a esto han aparecido aros mucho más ligeros y con menor efecto giroscópico que los tradicionales. Por decirlo de una manera entendible, los frenos de disco son más pesados pero el aumento de peso está situado en el punto "menos malo" (físicamente hablando) de la rueda, que es el punto más cercano al eje.

Sensaciones reales en situaciones reales

Cuando un lector o un amigo me pregunta acerca de los frenos de disco siempre respondo lo mismo: pruébalos. Desde que probé los primeros frenos de disco en una bici de carretera lo vi claro, son el futuro, ahora ya son el presente. Yo no tengo dudas, personalmente mi balanza se inclina del lado del disco. A veces tengo la sensación de estar viviendo la misma situación que cuando aparecieron los discos en mountain bike, el sector más inmovilista decía que no eran necesarios, que la maniobra de quitar/poner la rueda era complicada, que eran más pesados… Al final el tiempo siempre acaba poniendo las cosas en su sitio.

Con respecto al test, mi punto de vista no es "bueno o malo", no se trata de vencedores ni vencidos, personalmente creo que se trata de aprovechar todas las ventajas que las nuevas tecnologías nos ofrecen y adaptarlas a nuestro deporte, sobre todo cuando hablamos de palabras tan importantes como seguridad, confianza, respuesta en mojado.

Frenos de disco vs frenos de llanta: La hora de la verdad

Aquí te dejo, de manera un poco desordenada, mis principales sensaciones durante el día del test:

- A igual velocidad mis referencias de frenado antes de entrar en la curva son mucho más cortas con los frenos de disco. Al principio necesitarás un pequeño tiempo de transición/adaptación ya que posiblemente no estés acostumbrado a tanta potencia de frenado y llegues más lento de lo esperado a la entrada de la curva. En las bajadas que hice con los frenos de zapata siempre tenía que llevar la maneta "preparada" con cierta tensión por si tenía que frenar inesperadamente algo que con el freno hidráulico no es necesario. Con la bici de disco el dedo simplemente va "apoyado" en la maneta pero no va con tensión. Los que tenéis las manos talla small/medium seguro que sabéis lo que es estar con los dedos estirados en máxima tensión y haciendo fuerza durante un largo descenso…me apuesto a que a más de uno le ha pasado o le sigue pasando y que muchas veces habréis tenido que dejar de frenar para evitar dolor o calambres en esa zona algo que con la mayor progresividad y suavidad de los frenos hidráulicos no ocurre.

- A partir de la segunda bajada el "estrés" muscular de mis brazos y la tensión de las manos también son menores que con las zapatas a la hora de apurar la frenada y trazar una curva, lo que te hace poder llegar más descansado al final del puerto o simplemente poder llevar las manos en la parte alta del manillar y bajar "modulando" la velocidad con un solo dedo sin apenas desgaste muscular ni tener que variar tu postura sobre la bici, algo impensable con los frenos de zapata.

 La hora de la verdad

- Un aspecto importante que ha supuesto un gran avance con respecto a los primeros mandos hidráulicos es que la ergonomía actual de los mandos es la misma en ambos frenos, algo que con los primeros mandos hidráulicos no ocurría ya que eran demasiado anchos con respecto a los tradicionales.

- ¡Seguridad! Ya sé que hablo de sensaciones y que es imposible cuantificar ciertos aspectos, pero el componente psicológico de saber que la frenada está asegurada y que en caso de imprevisto podrás detener la bici en un espacio menor te da un punto "extra" de confianza que personalmente es súper importante. También hay que destacar que el día de la prueba hizo un día especialmente malo y había tramos de la carretera que estaban completamente mojados, lo que hizo que las diferencias fueran aún mayores.

- La combinación que considero más equilibrada, que más me ha gustado y que tiene la mejor relación estética/peso/potencia de frenada es 160 mm delante y 140 mm detrás. En bicis que se supone se van a mover sobre todo en terreno llano y poco técnico con los discos de 140 mm o con frenos tradicionales van más que de sobra.  

- Otra de las sensaciones que más he notado bajando es el mayor aprovechamiento de la potencia de frenado de los discos con cubiertas de 25 a 28 mm. La tendencia actual de los fabricantes de aumentar la sección de las cubiertas es un enorme aliado y juega a favor de los discos, ya que permite un mayor aprovechamiento de esa potencia aportando más seguridad. Una de las situaciones donde más notarás esto es al rectificar la trazada en plena curva, con el balón del neumático "trabajando a pleno rendimiento" frenas con el neumático completamente apoyado y ves que no pasa nada. Puedes notar perfectamente como la bici se "deja hacer" sin latigazos o extraños de ningún tipo, algo que con las cubiertas de 21 mm de antaño te hubieran supuesto un susto importante o un más que seguro arrastrón.

 La hora de la verdad

- Algunos tramos rápidos en los que llegamos a rodar muy juntos me sentí muy cómodo, seguro y me gustó la sensación de poder controlar con tan solo un leve toque del dedo en la maneta la distancia con Joaquín y a veces también con el coche del fotógrafo. Puede parecer una tontería pero ese tacto y esa respuesta contundente te aporta mucha seguridad y control en una bajada en la que todo sucede muy deprisa. Con los frenos de zapata no me atrevía a apurar tanto y marcaba mucho más la distancia.

- Hice varias bajadas, unas más agresivas buscando apurar la frenada y otras más de sensaciones, los frenos de zapata siempre me ha parecido que funcionan bien, sobre todo en los últimos años han conseguido una frenada mucho más estable y fiable. El único problema es que ahora existen los frenos hidráulicos y cuando los comparas con la frenada de un disco, el sistema tradicional no está a la misma altura… Si a eso le añadimos unas condiciones invernales y de humedad, las distancias en rendimiento aún se hacen mayores.

- En términos de seguridad, potencia, progresividad, confianza, tacto y rendimiento cuantas más bajadas hice más me reafirmé en mis convicciones. Sin duda creo que el futuro pasa por los frenos hidráulicos. Frente al comportamiento "siempre igual" del disco los frenos de zapata se muestran demasiado "influenciables" y vulnerables a la climatología.

El tiempo empeora por momentos y parece que el cielo tiene ganas de guerra, empieza a nevar con fuerza. En la última bajada el viento nos ha dado un aviso y decidimos dar por terminada la prueba. Con el último "resol" nos hacemos la foto de "familia" y corremos a la furgoneta a buscar algo de abrigo y bebida. Ha sido un día diferente, interesante y muy productivo.

Conclusión ¿son mejores para todos?

La pregunta del millón. ¿Los frenos de disco son la mejor opción para todos? Desde mi punto de vista, y teniendo en cuenta que este test va dirigido a ciclistas aficionados de cualquier perfil y nivel y no a corredores profesionales que viven en un universo paralelo con unas necesidades muy concretas que poco tienen que ver con el resto de los "mortales", mi opinión es que sí. Los frenos de disco son superiores en rendimiento a los frenos de llanta y aportan más ventajas que desventajas. Es más, en mi opinión la única desventaja real de los frenos de disco frente a los frenos de llanta es el peso, el resto de argumentos juegan a favor de los discos.

Aun así, si eres un corredor máster que cada domingo se pone el dorsal ya sabes lo que toca, no tienes elección, hasta que el reglamento lo permita no podrás elegir, tendrás que utilizar frenos tradicionales. Si eres un aficionado que no hace carreteras de montaña, que cuando llueve o hace malo se queda en casa, que solo monta por carriles bici, terreno llano o suave y en condiciones climatológicas buenas entonces entiendo perfectamente que no encuentres argumentos "contundentes" como para tener que pasarte a los discos. Si eres un obseso del peso imagino que la diferencia actual a favor de los frenos de zapata de 300/400 g, son un motivo más que suficiente como para no plantearte la posibilidad de elegir un modelo con disco.

Frenos de disco vs frenos de llanta: La hora de la verdad

Ahora bien, para aficionados de nivel medio con ciertas limitaciones técnicas a los que no les gusta bajar los frenos de disco serán su gran aliado. Gracias a la mayor calidad de frenada y a su mejor tacto y progresividad, los discos les ayudarán a suplir esas pequeñas carencias técnicas y seguro que acaban hasta sintiéndose cómodos y disfrutando bajando un puerto de categoría. Para todos los demás ciclistas, sin duda, los discos nos harán el día a día en la carretera más seguro y fácil.

Espero que todas estas reflexiones en voz alta te hayan servido para algo. No dejan de ser sensaciones y opiniones reales vividas en primera persona y contadas de la manera más horizontal y a nivel usuario que he podido. Posiblemente Joaquín Calderón tenga otra visión diferente de la mía. Es posible que tú también, pero afortunadamente el mercado nos permite elegir entre dos buenas opciones, cada una de ellas con sus pros y sus contras. Lo importante es saber qué tipo de ciclista somos y qué es lo que queremos.

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