Porque precisamente el manillar plano es otra de las señas de identidad de muchas bicis urbanas y, junto a los puños con Syncros con acabado en forma de apoyo o acople, de la familia Metrix. Y es que, aunque muchos lo hacen, circular en la ciudad con manillares de carretera no es recomendable. O al menos es mejor hacerlo con manillares planos, ya que son más anchos que los de carrtera (podemos hacer más palanca para girar) y nos permiten una posición más erguida y cómoda. Un dato, una bicicleta talla M (54) como la Metrix que pruebo, con una configuración pura de carretera, tendría un manillar de 420 mm de ancho. En este caso nos encontramos 580 mm.
Además, incluye unos puños Syncros que acaban en un acople de goma con una parte plana para apoyar la palma y poder agarrar la bici “por los cuernos”, como se hacía con las viejas MTB de los 90. Esto, que se ha perdido en la disciplina de las ruedas gordas, mantiene su sentido en las bicis urbanas, ya que los manillares son estrechos para los estándares del MTB y nos ayudan mucho a salir de parado, por ejemplo cuando tenemos que reanudar la marcha tras un stop o un semáforo.

Además, el poder modificar el agarre del manillar es algo que se agradece si circulamos unos cuantos kilómetros en asfalto urbano (pensad la cantidad de veces que se cambia el agarre en una bicicleta de carretera de la parte superior, a los mandos, a la parte media de la curva o incluso a la parte baja).
Normalmente deberíamos hablar de elementos como el manillar en el apartado asignado a los componentes y el equipamiento, pero en este caso es una característica del tipo de bicicleta y de la familia Metrix más que un componente propiamente dicho. Es algo que forja una idea general de la bicicleta y que la orienta hacia un segmento u otro, por lo que, aunque se puede cambiar si se quiere, lo ideal sería mantener ese mismo espíritu.

El montaje de la SCOTT Metrix 30 EQ
Como decía al principio, la SCOTT Metrix 30 EQ es un modelo económico (799 €) así que no podemos encontrar grandes alardes en su equipamiento. Sin embargo, posiblemente no los necesite. Y es que al principio miraba con cierto recelo la transmisión. Y con un recelo doble, primero por el nombre, Shimano Claris de 2x8 (siempre asociado a una gama demasiado baja con la que hace muchos años que no tengo contacto) y segundo por la configuración: doble plato en configuración compact (50/34) con un cassette 11-32.
Mis primeras dudas fueron, evidentemente ¿necesito este desarrollo? ¿voy a subir puertos de montaña? Y otras más que ponían al Claris bajo sospecha. Sin embargo, y empezando por el final, he de reconocer que me he tenido que tragar mis palabras y reconozco que el Claris me ha sorprendido con una fiabilidad asombrosa. Vale, no es tan suave como un Dura-Ace, ni tiene un escalado de las coronas tan conseguido, pero viendo objetivamente que es para una bici de ciudad, que probablemente sufra un mayor maltrato al dejarla aparcada en sitios menos recomendables, que las calles suelen estar peor que las carreteras (baches, etc.) igual es una opción más aconsejable.

En cuanto al 50/34, me debato entre si no sería mejor opción un monoplato con, por ejemplo, un 40, o reconocer que es un acierto total. Buscando una mayor sencillez mecánica te diría que es mejor el monoplato, pero pensando en que a veces tendremos que alcanzar velocidades interesantes y otras subir calles que parecen puertos (hay ciudades con desniveles considerables), posiblemente el doble plato compact sea la opción ganadora. En mi caso he de reconocer que el 90% habré usado el “plato grande” jugando con todo el rango del cassette, pero tampoco se me han caído los anillos si necesitaba meter el 34 para ir más tranquilo mientras subía alguna “cota”.
Otra cuestión interesante es la de los frenos de disco, y es que es muy destacable que una bici de este PVP mantenga este sistema de frenado en lugar de recurrir a los antiguos v-brake o lo que sería peor, cantiléver, para salvar los guardabarros. Incluso a frenos de disco mecánicos (que algunos modelos llevan y cuya efectividad es mucho menor). En este caso nos encontramos uno de los modelos más sencillos de Shimano, con discos de 160 mm en ambas ruedas, pero que se han mostrado más que suficientes para el uso más relajado que le damos a una bici como la Metrix.
El diseño y la ergonomía de las manetas es sobresaliente (pese a ser de la gama BL- MT201) y cuenta con la posibilidad de modificar el alcance de la maneta para adaptarse mejor a nuestras manos. La verdad es que es un conjunto al que es muy complicado ponerle alguna pega, y más por el precio de la bici.

Otro aspecto que se puede destacar de la Metrix es el sillín Tofino Regular 2.5, que no pertenece a la gama Urban de Syncros, sino a la de carretera (otra concesión al aspecto más fitness de la bicicleta), pero que igualmente se ha mostrado bastante cómodo y que incluye un ligero canal central para aliviar presión de la zona prostática. El material con el que está confeccionado y un diseño microperforado en la zona de los apoyos hace que no nos resbalemos cuando pedaleamos.
Por las calles
Es hora de lanzarnos a la jungla de la ciudad. Y la SCOTT Metrix 30 se desenvuelve en ella como pez en el agua. Las medidas compactas ayudan a los ciclistas más acostumbrados a las bicicletas de carretera a moverse con soltura, mientras que el agarre amplio y la posición erguida nos permiten una buena visibilidad y sensación de seguridad.
Hay que entender que no podemos valorar una bicicleta como ésta en términos de rendimiento, sino en términos de comodidad y manejabilidad, de capacidad para moverla entre el tráfico y, un aspecto importante, de tener un buen reparto de pesos que nos permita subir y bajar cómodamente tramos de escaleras con ella, meterla en el ascensor, etc. (ojo a esto, el guardabarros roza en el suelo si la ponemos en vertical, así que hay que tener mucho cuidado con ello).

Hasta ahora no había hablado de los neumáticos, pero son otro elemento muy importante para una bici de este tipo (en realidad para cualquier bici, pero en este caso nos definen el carácter y uso de la Metrix). Son unos Schwalbe G-ONE de 700x35 mm que nacieron como neumáticos específicos de gravel y por ello son ideales para este tipo de bicicletas que tienen que lidiar con los terrenos cambiantes de la ciudad (asfalto, obras, hormigón, parques…) y nos permiten aventuras por otros terrenos. Además, ofrecen un balón generoso que colabora a tener un mayor confort mientras pedaleamos.
Cualquier ciclista urbano (también quien quiera aumentar su rango de acción) encontrará dos grandes aliados en los puños con acoples Syncros en esas cuestas con más desnivel que nos piden ponernos de pie. También, como decía antes, cuando tenemos que salir desde parado.
Por todas estas características, la Metrix es una bici que también puedes utilizar en tus vacaciones para recorrer pueblos o ciudades si la cargamos con bolsas (ojo, no tiene para incluir portabultos en la horquilla o el cuadro, sólo podríamos montar uno trasero).

Conclusión
En definitiva, si estás buscando una bicicleta que te sirva para moverte por la ciudad, para descubrir el ciclismo urbano, pero también para disfrutar del ciclismo de una forma tranquila, excursiones en familia, recorrer ciudades y pueblos en vacaciones… y todo ello por un precio económico, la Metrix es lo que buscas. Cómoda y práctica a partes iguales, la SCOTT Metrix 30 EQ sorprende por todo lo que da por un precio tan atractivo.
Cosas de familia: SCOTT Metrix
La familia de bicicletas urbanas de SCOTT es enorme: 24 modelos (para público masculino y femenino) sin contar las e-bikes o las de gravel. Las Metrix son las que más orientadas están a un uso fitness en lugar de 100% urbano y son tres modelos los que encontramos desde los 799 € que cuesta esta Metrix 30 EQ.
El modelo superior Metrix 10 (1.999 €) está fabricado en fibra de carbono HMF y su montaje está orientado a sacarle un mayor rendimiento en carreteras y caminos en buen estado.
