Acompañando al cuadro encontramos a uno de los grupos más exquisitos, si no el que más, del mercado, el Shimano Dura-Ace Di2 9150. Este conjunto viene rematado por unas manetas en fibra de carbono preciosas y ligeras y una configuración de la transmisión muy exigente y claramente enfocada a los usuarios más agresivos y competitivos: platos 52/36 con un cassette 11-25. Lo bueno es que simplemente cambiando el cassette por un 11-28 tendremos algo más permisivo que nos permitirá afrontar cualquier puerto de montaña aunque estemos en un estado de forma algo peor.
Para que la frenada sea perfecta, las pinzas de frenos son de anclaje Direct Mount, lo que minimiza las flexiones propias del cuadro en la frenada y mejora la potencia y tacto. El delantero tiene un diseño asimétrico que mejora la frenada y, como he dicho antes, el freno trasero no se ve afectado pese a la ubicación de la pinza (debajo de la caja del pedalier) por muy rápido que vayamos, al menos en mi caso con 66 kg de peso.
Otro de los elementos que eleva el nivel de la Alto Prestige, y con el que KTM ha dado un gran salto en este modelo, es en las ruedas, apostando por unas DT Swiss PRC 1400 Spline de fibra de carbono y 35 mm de perfil. Además del rodar suave de sus bujes y su ligereza (menos de 1,5 kg el conjunto), se beneficia de la rigidez que aporta su cuerpo de carbono y los radios rectos y del ligero perfil que, ayudando en el llano, no penaliza en las subidas.