Descubriendo ‘La Muralla China’
La Sierra Norte de Madrid está plagada de subidas que, sin ser grandes puertos, te pueden pasar factura si no llevas la bici adecuada por la acumulación de kilómetros. Además, hasta mis oídos ha llegado el nombre de una subida de la zona: ‘La Muralla China’.
Ubicada entre los pueblos negros (así llamados por estar en la ‘Sierra Negra’) de Corralejo y Campillo de las Ranas (Guadalajara) y cruzando el rio Jaramillo se encuentra este tramo de carretera que serpentea adornada con losas de pizarra negra que le dan ese aspecto tan especial. Las piedras del arcén le dan, visto a lo lejos, esa imagen parecida a la Muralla China. Si bien no es un puerto, sí puede llegar a hacerse tan duro, o más, que otros puertos de la zona.
La carretera que te acerca a ella es solitaria, estrecha, pero con buen asfalto. Hasta que llegas a Corralejo que es como viajar 50 años atrás en el tiempo; entonces te encuentras una carretera estrecha con asfalto malo y, de repente, hormigón rallado en el suelo. Con rampas del 20% que me obligan a sujetar los frenos para evitar que se me lance mucho la bici. El terreno es bastante irregular y si coges velocidad, te será bastante difícil parar la bici. Aunque bajes con una Mountain Bike y aprietes sus frenos de disco, no se detendrá o tardara muchos metros en hacerlo. Así que es mejor bajar controlando.
Las llantas de carbono no son las ideales en este terreno. El freno no pierde eficacia, pero sí empieza a chirriar. El descenso incluye un par de curvas de 180 grados que hacen que al final de la bajada la llanta desprenda mucho calor. Han sido tres kilómetros largos de tensión agarrado a la parte baja del manillar. Pero el sistema SAVE de sus vainas y su tija de 25,4 mm han aportado la comodidad necesaria para no perder el control de la rueda trasera.
Se cruza el río y entonces toca subir por el otro lado todo lo que has bajado. Aunque sólo tiene un kilómetro, se mantiene una pendiente media del 11% con alguna curva con una rampa que puede llegar al 20%. Pero no sólo en la inclinación radica la dificultad de este tramo, el rallado irregular del hormigón te obligan a concentrarte al máximo buscando la trazada buena. El plato de 34 con una corona superior de 30 da para mucho, pero eso no quita que tengas que buscar el lado más abierto de la curva para reducir en lo posible su desnivel.
La Muralla China va pasando a cámara lenta. La cadencia baja casi a 60 pedaladas por minuto y los vatios se disparan. Casi 7 minutos subiendo con la SuperSix Evo, sacándola las tripas de lado a lado. O ella a mí, que muchas veces no sabes quién exprime a quién. Se acaba la subida y es tocar el cielo con las manos. 8 kilómetros hasta el pueblo de Campillo de Ranas, agua en la fuente y vuelta por el mismo sitio. Esta vez un kilómetro de bajada y luego otros 3 de subida.
En la bajada voy alternando el freno delantero con el trasero. El riesgo de destalonar la cubierta está presente si se sobrecalienta la llanta de carbono. Los neumáticos montados de serie, unos Vittoria Rubino Pro Speed de 700x25mm tienen el ancho justo para amortiguar y poder tener un mejor agarre, aunque son un poco blandos. Durante todo el test, más de un mes, cinco fueron los pinchazos. Los días de lluvia, en los que la arenilla de la carretera parece alfileres, toca rezar para no pinchar.
Llegada al final de la bajada y me esperan otros tres kilómetros de vuelta por el hormigón. Esta vertiente es algo más suave, pero aun así tiene rampas del 18% y el firme me obliga a buscar la trazada por el canalón del agua. Si estáis por la zona centro y podéis ir a ver este espectacular tramo, hacerlo. Sin duda saldréis enamorados del terreno.
Ya en terrenos más tranquilos puedo decir que en el llano se rueda muy cómodo con la Cannondale SuperSix EVO Carbon. Si quieres rodar rápido, no tendrás ningún problema, pero tampoco esperes una ayuda extra con la mejora aerodinámica que ha recibido. Aplanar algún tubo y estrechar la dirección no es sinónimo de conseguir una bici increíblemente más rápida.
En los puertos largos es fácil y rápido encontrar una posición cómoda en la que poder estar un buen rato dando pedales. Sus desarrollos son cómodos y con un cassette de 30 podremos enlazar puertos sin problemas. Además, si estás muy fuerte y lo que quieres es subir dando caña a tus compañeros, el plato de 50 te facilitara el poder subir con más desarrollo, pero sin que se te atasquen las piernas.
Para las bajadas de puertos largos el freno tradicional sigue siendo una opción. Si hasta hace unos poquísimos años, era lo que había y bajábamos a fuego. Pero aun así no conviene que ‘te flipes’ y arriesgues. Si mantienes las llantas de carbono limpias y las zapatas en buen estado, ni el puerto más revirado será un problema. Eso sí, ten mucho cuidado de no sobrecalentar la llanta. Si eres reticente a los frenos de disco, que sepas que Cannondale sigue apostando por ofrecer sus bicis con puente de freno tradicional, aunque también podrás optar a los frenos de disco con la SuperSix Evo Carbon Disc.
Trazar las curvas sobre la SuperSix Evo, es coser y cantar. Una posición de conducción relajada te permitirá bajar más tranquilo que con una posición más agresiva. Como bajar con una moto Cruiser o hacerlo con una MotoGp.
Mis sensaciones personales de la Cannondale SuperSix
Durante el tiempo que duro la prueba, cerca de un mes, no tuve ningún problema con el grupo Shimano Ultegra R8000. Como es habitual con este grupo, los cambios son precisos y no tuve ningún desajuste. El sillín Prologo, aun sin ser de mis favoritos, he de decir que no me dio ningún problema su forma con canal central. Puedo dar fe de que va bien después de unas cuantas jornadas de hasta cinco horas ‘non-stop’.
En este tiempo el neumático Vittoria Rubino Pro Speed de 25 mm no termina de hacer justicia al resto de la bici, le iría mejor algo más orientado a la lluvia.
Cuando te pares al café, no esperes que tus amigos se echen las manos a la cabeza o te hagan la ola. Solo mirándola con detenimiento podrán empezar a percibir toda su “Evolución”. La salida del cable de freno trasero, su geometría y tubo horizontal, su estrecha tija y las vainas aplanadas, el potenciómetro.
Tal vez no sea la bicicleta más espectacular a primera vista, pero sí va a ser bicicleta que vas a poder tener tiempo sin que pase de moda. Otras marcas van dando bandazos en los diseños pese a ser el mismo modelo. Modelos que, al final, solo tienen la unión de llamarse igual, pero son totalmente distintas de una temporada a otra. Cannondale sigue esa “Evolución” y su modelo SuperSix va adquiriendo mejoras pero manteniendo su base.
Conclusión
La tecnología en el cuadro SuperSix está cada vez más evolucionada, mejorando el sistema Speed SAVE de sus vainas traseras y ofreciendo, junto a la tija de 25,4 mm, comodidad y confort de marcha óptimos, lo que nos lleva a disfrutar aun en terrenos rugosos.
La Cannondale SuperSix EVO es para el que busca una bicicleta atemporal y para todos los terrenos, aunque con cierta tendencia a las subidas. Esto lo consigue gracias a su ligereza y rigidez y a un comportamiento muy noble bajando.
Cosas de familia Cannondale SuperSix EVO
La familia Cannondale SuperSix la forman tres acabados: SuperSix Evo Hi-MOD (2 modelos), SuperSix EVO Carbon (6 modelos) y SuperSix (1 modelo). Entre ellos encontramos la SuperSix EVO Carbon Women’s con transmisión Shimano 105 por 1.999 €. La gama EVO Carbon es la más numerosa, incluyendo también una versión con frenos de disco con un montaje muy similar al que hemos probado por 2.999 €.
Cannondale SuperSix EVO Carbon Disc RED eTAP – 5.499 €
Cannondale SuperSix EVO Carbon Dura-Ace – 4.499 €
Cannondale SuperSix EVO Carbon Ultegra Race – 3.699 €
Cannondale SuperSix EVO Carbon Disc Ultegra – 2.999 €
Cannondale SuperSix EVO Carbon Ultegra – 2.599 €
Cannondale SuperSix EVO Carbon Women’s – 1.999 €