Test: Trek Checkpoint SL 5
Pistas, asfalto, senderos… la reina del Gravel



El Gravel es una disciplina en auge, eso es innegable. Y aunque en realidad se trata de un retorno a los orígenes más básicos del ciclismo, es decir, tener una bicicleta que te permita circular por carreteras pero también hacerlo cuando salgas de ellas, todavía se están definiendo muchos aspectos. El objetivo es lograr una bicicleta cuyo comportamiento en carretera se asemeje lo máximo posible a una “flaca” convencional pero que se mueva en pistas con soltura y seguridad dignas de una MTB.
Y aquí es donde la Trek Checkpoint aparece dando un golpe sobre la mesa y poniendo muchos argumentos en juego para hacerse valer como una alternativa muy interesante y con muchos papeles para convertirse en la reina del Gravel. Tiene un cuadro de fibra de carbono con muchos anclajes para alforjas, tiene el IsoSpeed para ofrecerte una gran sensación de confort y control fuera del asfalto. Y tiene una geometría y montaje con el que podrás “volar” en carretera.
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De hecho, originalmente la Trek Checkpoint SL5 viene equipada con unos neumáticos Schwalbe G-One All-Round de 35 mm, unos neumáticos para Gravel con un balón bastante redondeado en el que sus pequeños tacos están dispuestos casi con dibujo slick. He probado estos neumáticos y tanto en pista como en caminos compactos se comportan bastante bien. El salto del asfalto a la tierra es genial, porque permiten rodar en carretera bastante raudo y mantener ese ritmo rápido y endiablado cuando sales de ella.
Pero en Maillot optamos por darle un punto de vista “más Gravel” a la Trek Checkpoint y los cambiamos por unos WTB Nano de 40 mm, un poco más de anchura y un taqueado más profundo para tener más agarre en terrenos rotos, piedras y raíces. El objetivo era explorar un poco más a fondo las aptitudes Gravel de esta bici, buscar sus límites fuera del asfalto.