Test: Race test: Specialized Roubaix SL8 Expert en la Granfondo Serra d’Ossa

Granfondo Serra D'Ossa ofrecía en su primera edición tres recorridos, decantándonos en nuestro caso por el Medio Fondo de 114 km y 1.530 metros de desnivel. Ya soy 'perro viejo' y en estos casos prefiero pecar de precavido, ajustarme a un trazado en el que pueda disfrutar realmente, en lugar de tirarme a la piscina del Gran Fondo y sufrir más de lo deseable. Y una vez finalizada la prueba, os puedo confirmar que la decisión fue acertada.

Sin grandes puertos en su perfil, pero con un continuo sube y baja, fueron 114 km exigentes, no solo por el desnivel acumulado y el calor reinante (hasta 34 grados). Y es que, desde la primera curva, todo el mundo iba con el 'machete en la boca'. Y ya sabemos lo que suele pasar cuando te 'tocan las palmas': que a pesar de no ser uno especialmente competitivo, acabas entrando al trapo. Y así fue.

Muy pronto tuvimos que emplearnos a fondo para no perder rueda a la salida de cada curva, con látigos constantes que nos obligaron a ponernos de pie y realizar cortos pero potentes sprints, a los que la Roubaix SL8 respondió con solvencia. Eso sí, deberás acostumbrarte al ligero 'hundimiento' que se produce en el Future Shock cuando agarras fuerte el manillar de abajo y aplicas toda tu potencia. 

El inicio del recorrido, siempre con tendencia favorable, nos permitió afrontar rápidos tramos de descenso a gran velocidad y curvas rápidas con total confianza. La postura de conducción y la estabilidad que aporta su cuadro son sinónimo de seguridad en estas circunstancias, sin que esto repercuta en la velocidad que permite alcanzar.

Porque a la hora de rodar a bloque y en terreno llano, la Roubaix saca a relucir buena parte de sus virtudes, derivadas en parte de las ganancias aerodinámicas que ha experimentado en esta última generación y, sobre todo, de una posición sobre la bicicleta donde comodidad y rendimiento se dan la mano.

La Granfondo Serra D'Ossa, además, cuenta con numerosos tramos adoquinados, sobre todo al paso por la mayoría de las poblaciones. Un terreno donde pudimos sentir realmente cómo funciona el After Shock trasero y, sobre todo, el Future Shock 3.2. Bastaba con mirar al resto de participantes, como literalmente pedaleaban 'botando' sobre sus bicicletas, mientras la Roubaix SL8 filtraba en buena medida esas irregularidades, sin perder adherencia sobre el pavé, lo que aporta un plus de confianza a la hora de afrontar curvas y descensos en tramos con firme complicado.

Además, con el paso de los kilómetros, y a pesar del consiguiente dolor de piernas, pudimos comprobar como cuello, brazos y manos se resentían mucho menos que con otras bicicletas de perfil más racing. Otra cosa son las 'posaderas', pero ya sabemos que el tema de los sillines es muy personal y, en nuestro caso, no terminamos de acostumbrarnos al Power Expert que, sin llegar a ser incómodo, sencillamente, no es 'nuestro sillín'.

Durante la ascensión más importante de la prueba, en la parte final del recorrido, la Roubaix SL8 se reveló como una más que solvente escaladora. Y eso, a pesar de contar con una generosas vainas traseras de 420 mm en la talla 54 que probamos. En este sentido, no encontrarás la reactividad que ofrecen los 410 mm de la Tarmac SL8. Pero si lo tuyo es subir a ritmo constante y regular, no podrás ponerle ninguna pega a la Roubaix SL8.

Por cierto, hablando de la Tarmac SL8. Dado el nivel de competitividad presente en la Granfondo Serra D'Ossa, en más un momento del recorrido se me pasó por la cabeza la posibilidad de realizarla algún día con la bicicleta de carretera 'racing' por excelencia de la marca (de hecho os puedo asegurar que vimos unas cuantas Tarmac a lo largo del día). ¿Iríamos más rápido? ¿Haríamos mejor tiempo? Difícil saberlo... pero lo que es seguro es que acabaríamos con un nivel de fatiga corporal mayor.

Conclusiones

La Specialized Roubaix SL8 sigue siendo, con esta última generación, una de las mejores 'gran fondo' de la categoría. Un segmento donde cada marca apuesta por unas soluciones determinadas a la hora de hacer más confortables las horas de pedaleo. Y todas ellas tienen sus pros y sus contras.

En el caso del Future Shock 3.0, es indudable que supone un ligero incremento de peso y que imposibilita el cableado totalmente interno desde el manillar, algo que ya conocíamos de versiones anteriores. Sus beneficios, sin embargo, se notan desde la primera hasta la última pedalada del día, algo que, desde nuestro punto de vista, compensa esos 'peros' iniciales.

El comportamiento en marcha de la Roubaix SL8 es muy equilibrado y eficiente en todos los terrenos. Ojo, tanto si queremos rodar a ritmo tranquilo como si somos de exprimirnos o, incluso, competir a cierto nivel. No olvidemos que el montaje S-Works marca 7,3 kg en la báscula (talla 56).

En este sentido, si vas a rodar principalmente por asfalto, generalmente en buen estado, y te gusta hacerlo rápido, nosotros optaríamos por montar neumáticos de 28 o 30 mm máximo. Los Mondo de 32 mm son excelentes -incluso algún compañero de expedición se atrevió a 'gravelear' con ellos por algunas pistas-, pero para un uso eminentemente carretero, preferimos algo más estrecho.

Ahí reside otra de las grandes virtudes de la Roubaix SL8, una bicicleta tan apta para competir en formatos Granfondo como para disfrutar del bikepacking a un ritmo más relajado. Y esto, sinceramente, no es tan fácil de encontrar.