Test: Probamos la Trek Fetch+2, el "segundo coche" que siempre quise
La solución más inteligente en el mercado de la movilidad
Se que empiezo fuerte, que parezco un “ultra” de la bici urbana y la movilidad sostenible. No es el caso. Nunca he atacado las distintas formas de moverse por el mundo y por la ciudad, las respeto todas y creo que todas tienen su papel. Pero también tengo claro que lo que tenemos ahora no es sostenible.
Además, en los últimos dos años he visto de primera mano la “revolución” que se está viviendo en muchas grandes ciudades al norte de los Pirineos. En el caso concreto del centro de Europa, las cargo son protagonistas. Y es que en la edición de este año de Eurobike, las cargo bikes tenían casi un pabellón para ellas.
Lo sé, esto es un test de una bici concreta, pero como es la primera cargo que pruebo no puedo evitar incluir también comentarios que hacen que esta prueba vaya un poco más allá y sea también una prueba del propio concepto.
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La cargo revolución será eléctrica o no será
Sí, empezamos por el motor. Pero es que es esencial. Las cargo ya existían antes de que se popularizaran las bicicletas eléctricas. Pero ha sido la introducción de los sistemas pedelec lo que las ha convertido en una opción razonable para todo tipo de personas.
En este caso, la Trek Fetch+2 viene equipada con un sistema BOSCH Cargo Line especialmente diseñado para bicis de carga. Con 85 Nm de par nos asegura un buen “torque” en todo momento, pero es que además incluye opciones muy interesantes para una bici que pesa 31 kg sin carga ni accesorios. Una bici que, además, no se maneja como otras.
Podríamos decir que la configuración del motor hace que, precisamente, no notes una gran diferencia de conducción respecto a otras ebikes. Y eso tiene un mérito enorme para una bicicleta que, además del peso, tiene elementos diferenciales como una distancia entre ejes de 1,36 metros y un reparto de pesos llamativo.
Otro factor importante, es que tiene un “modo Cargo” especialmente pensado para situaciones en las que llevamos mucha carga. En ese modo, el motor llega a empujar un 400% respecto a nuestra potencia. Es como un “Turbo”, pero especialmente pensado para estas bicis.
Otra opción que tiene mucho sentido en esta bici es la combinación del mando con el soporte para smartphone BSP3200. Puedes utilizar tu aplicación de mapas favorita para moverte por la ciudad o conectarte a la aplicación eBike Connect de BOSCH que, además, sirve como ciclocomputador. Además, esta aplicación tiene opciones tan interesantes como el “eBike Lock” que bloquea tu bici en caso de robo. Eso sí, es una opción de pago. Un detalle que se ganó mi corazón de persona hiperconectada es que el soporte del teléfono lo carga de forma inalámbrica. Me daba la vida.
Respecto a la batería, contamos con una PowerTube de BOSCH de 500W. Más que suficiente para dos o tres días de movimiento rutinario por la ciudad. En el caso de los desplazamientos interurbanos sí que es probable que tengamos que hacer carga diaria. En todo caso, en esta bici es muy difícil hacer un cálculo exacto de autonomía. Si ya lo es en bicis normales, aquí es casi misión imposible. Y es que factores como la carga o el desnivel son determinantes, muy cambiantes y pueden afectar de forma más significativa que en otras bicis. No será lo mismo llevar a dos niños y carga variada que ir a trabajar con una mochila o repartir unos paquetes. Y no será lo mismo hacerlo por una ciudad plana que luchar con pendientes diariamente. Lo que sí está claro es que una batería de 500Wh es suficiente para la “lucha diaria” en cualquiera de estos escenarios.
Para la carga de la batería contamos con un conector muy accesible en el cuadro, pero también podemos extraer la batería y cargarla en casa. Algo que en Trek es más que fácil. Tiene extracción lateral y cuenta con un asa que nos permite sacarla y subirla a casa de manera muy cómoda.