Test: PRO Vibe Carbon (manillar y potencia)

Potencia PRO Vibe Alloy

La potencia de PRO Vibe de aluminio 7075 mide 100 mm y cuenta con una angulación de -10º (aunque también está disponible en una versión más agresiva de -17º). Está decorada en un discreto, pero elegante, color negro mate con logos en negro brillo. Hasta aquí es una potencia como muchas otras que hay en el mercado. Pero su principal característica viene en su parte delantera, con el montaje de los tornillos por la parte “trasera” del frontal dejando una imagen mucho más limpia y aerodinámica, decorado con una enorme “V” en color plata.

El montaje del manillar se hace sin problemas, pues los tornillos de titanio llevan un ligero ángulo para facilitar el apriete sin que la llave dinamométrica toque con la potencia. La tapa para la dirección tiene una forma de gota siguiendo las líneas ligeramente aerodinámicas de la potencia. La imagen es impecable, pero en contrapartida no podemos dejarnos ningún espaciador en la parte superior de la potencia ya que queda muy poco estético. La tapa queda perfecta a ras de la potencia. El peso real de la potencia PRO Vibe Alloy de 100 mm es de 141 g y el de la tapa de dirección con forma de gota 10 g.

Manillar PRO Vibe Carbon

El manillar PRO Vibe Carbon es de tipo Compact con 420 mm de distancia de centro a centro de las manetas, un “Drop” (diferencia altura parte alta a parte inferior) de 130 mm y un “Reach” (avance hasta la maneta) de 80 mm. Este manillar está preparado para llevar el cableado de frenos y cambio por su interior, con cuatro agujeros que dejan pasar los cables sin estrecheces. Además, incluye un guiado milimétrico para el correcto posicionamiento de altura de las manetas.

La curva superior del manillar lleva un refuerzo INNEGRA para resistir impactos de pequeñas caídas o en el transporte. Pero no por ello el peso queda comprometido, dejando la báscula en 225 g.

Montaje y acción con el pack PRO Vibe

El montaje del manillar y la potencia PRO Vibe queda perfecto y el cableado interno se instala sin mayor problema, ya que un par de guías internas nos facilitan el trabajo para llevar los cables. Coloco y ajusto ambos componentes y sólo me queda montar la cinta PRO Vibe Silicone que me entregan con el pack VIBE Carbon. Una cinta de silicona, con 3 mm de grosor y también en color negro. Desde el principio se aprecia que tiene muy buen tacto y mejor agarre.

Puesto en marcha sobre él, el confort que transmite es excelente. Las manetas no quedan muy lejos del alcance con las manos en la parte superior. El agarre en la parte inferior nos permite acceder al freno con un solo dedo. Siendo una curvatura compact no hay necesidad de doblar mucho la espalda para rodar agachado. La curvatura de la parte superior se hace más marcada de lo habitual. Si sacas las manos hacia los extremos, terminas por sacar un poco los codos al estilo Chris Froome.

El ángulo de -10º de la potencia ya nos indica sus intenciones “racing”. Aunque no es una medida exagerada, está algo por encima de la media. No obstante, como es habitual, dependiendo de la geometría de la bici y el número de arandelas de dirección podremos llevar una posición más o menos agresiva.

PRO ha creado una serie de productos periféricos, que están a la altura del mejor montaje, sin entrar en estridencias de diseños ni colores. Han buscado en la serie Vibe Carbon la efectividad y alto rendimiento. Los precios de estos componentes son: potencia (109,90 €), manillar (289,90 €) y 27,95 € la cinta PRO Silicone Race Comfort.