Shimano Ultegra Di2 11v
Una transmisión revolucionaria, sin duda. Como no hay duda de que Mavic ya trabajó en ello hace una veintena de años, aunque el proyecto quedara abandonado por cuestiones de fiabilidad. Y como no hay duda de que Campagnolo primero y Sram después y en versión inalámbrica también tienen ya sus grupos electrónicos.
Pero de lo que no hay duda alguna es de que la revolución real en la bicicleta de carretera llegó de la mano del gigante japonés Shimano y su ya famoso Di2 (Digital Integrated Intelligence).
Y como en Maillot no nos queremos privar de nada, para disfrutar y exprimir a tope la transmisión Ultegra Di2 de 11 velocidades, hemos dispuesto de una flamante Trek Madone 9 con la que poder hacer cientos de kilómetros.
Probarlo es adoptarlo
La noción de integración alcanza una dimensión extraordinaria con la nueva Madone. Incluida en la categoría de bicis «aero», hay que reconocer que el trabajo desarrollado para su diseño es impresionante. Frenos específicos integrados con deflectores móviles que permiten facilitar su instalación y reglaje. Un tubo diagonal con el «centro de control», en el que se ubican los componentes electrónicos de la transmisión o las ruletas de ajuste de los cables para transmisión mecánica.
Porque ya hablemos de la versión con sistema electrónico como ésta con el Shimano Di2 o de versión con transmisión tradicional, todo va por dentro de los tubos de la Trek. Y el combo de manillar y potencia, escondiendo todos los cables de las manetas hacia el cuadro, como guinda sobre el pastel de un conjunto con muchos más detalles «aero». Una bici de ensueño, una auténtica Fórmula 1.
¿Qué decir?
Si nunca has probado una transmisión electrónica Shimano en tu bici de carretera, las primeras sensaciones son impactantes e inmediatas. Desde los primeros kilómetros puedes apreciar y disfrutar de los cambios de marcha ultrarrápidos y precisos, sin saltos de cadena ni ruidos sospechosos. El sistema es extremadamente silencioso, su uso es fácil y su tacto agradable a medida que pasan los kilómetros.
A nivel de mandos, al primer contacto tus manos se habitúan al cambio de marcha con un simple y puntual accionamiento de las levas para saltar de una velocidad a otra sin necesidad de ningún movimiento brusco o forzado. Parece que acariciaras un piano. Y con esa suave melodía, las marchas se suceden con una rapidez increíble, instantánea.
Es sorprendente también la alineación automática del desviador delantero cuando efectúas los cambios entre plato grande y pequeño. A tu suave toque en la maneta, el desviador responderá con un decidido y rápido movimiento para variar de plato evitando cualquier roce de cadena en función del piñón que lleves. Con la misma pulcritud se mueve el cambio trasero, respondiendo a tus órdenes y alineándose al instante independientemente de que le hagas trabajar hacia arriba o hacia debajo de la piñonera.
Y cuando buscas los límites de la transmisión, cruzando la cadena (solo para probar), esprintando en las subidas más fuertes, en cualquier circunstancia…, nada le perturba, puedes seguir accionando tus cambios en cada una de esas circunstancias, que todos los elementos siguen respondiendo con la misma facilidad.
Yo ya había disfrutado de la primera generación del sistema Ultegra Di2 de 10 marchas en mi bici personal, pero esta segunda generación de 11 velocidades aporta algunas mejoras que me gustaría destacar.
Cambio y desviador son aún más refinados: los motores que los accionan son aún más pequeños y se hace difícil pensar que puedan mejorarse en el futuro, salvo que se cambie totalmente la arquitectura de los cambios.
Cura de adelgazamiento: no es que tuvieran sobrepeso, pero esta nueva versión se ha aligerado en casi doscientos gramos, lo que supone acercar aún más el peso de este Shimano Ultegra Di2 al de su versión mecánica.
Una marcha más: algo que agradecerán por ejemplo los más cicloturistas, pues con platos compact 50/34 puedes ir ahora con 11 velocidades y un casete 11/28, por ejemplo, teniendo un abanico más rutero sin renunciar a un piñón grande para la montaña.
Flexibilidad: no sólo porque todo el cableado sea más flexible en sí, sino porque la centralita está formada ahora por cinco conectores con cables separados, de modo que se compatibiliza el Ultegra con el nuevo Shimano Dura Ace 9070. Y es más fácil ahora acoplar periféricos como los pulsadores E-tube que tanto les gustan a los esprinters o los mandos remotos para los acoples de triatlón o contrarreloj.
Cambiar de marcha es tremendamente sencillo. Cada maneta de cambio está compuesta de dos botones. Digamos que, donde en la maneta tradicional había una leva para bajar, ahora hay dos botones.
Para bajar un piñón hay que pulsar el más exterior, de tacto liso, mientras que para subir tendrás que presionar el botón más interior que está acabado con un tacto rugoso. Esta diferencia de acabados en los botones, liso y rugoso, y el propio tamaño y forma de los mismos son suficientemente ergonómicos como para que no haga falta tener que mirar para cambiar. La adaptación es inmediata. Más fácil, imposible.
Sólo hay que tener en cuenta eso, que el sistema mecánico bajabas con la leva y subías presionando toda la maneta. Ahora bajas con un botón y subes con otro, sin necesidad de accionar la maneta. Los dos botones están integrados en lo que venía siendo la leva anterior.
Y lo mejor, que ahora puedes cambiar muchas marchas seguidas sin necesidad de pulsar varias veces. Simplemente manteniendo una presión sobre el botón correspondiente las velocidades suben o bajan de manera continuada.
El pequeño motor del desviador sigue siendo visible. Dada la fuerza que tiene que ejercer para efectuar el cambio de plato, será difícil ver mejoras de tamaño.
El cerebro de todo el sistema está en este desviador. Eso y la necesidad de alojar un potente servo-motor es lo que explica su tamaño. Aunque ha mejorado en esta segunda versión, es inevitable que desaparezca sea así porque no se puede utilizar un cambio trasero Shimano Di2 sin emplear este desviador delantero.
Es, por ejemplo, el responsable de que si se te pasa cargar la batería y ésta se va agotando, lo primero que haga el sistema sea colocarse en plato pequeño, permitiendo que sigas utilizando un tiempo el cambio trasero y todas sus velocidades y puedas llegar a casa.
Está diseñado para platos grandes de 46 a 53 dientes. Su punto fuerte es sin duda la facilidad con la que engrana el plato grande sin necesidad de que cedas en tu empuje sobre los pedales. Además, alinea inmediatamente la línea de cadena para evitar que haya roce alguno, incluso si cruzas la cadena en el piñón más grande o el más pequeño.
No hay grandes cambios en la nueva generación de cambio trasero. Es algo más compacto y ligero, pero lógicamente el motor sigue ocupando la mayor parte del tamaño del cambio, como lo hacía en la primera versión Shimano Di2.
En lo que concierne al paso de unas velocidades a otras en relación a los primeros grupos Shimano Ultegra, se puede hacer un «barrido» pasando de manera instantánea del piñón más grande al más pequeño, y viceversa, con sólo mantener apretado el botón correspondiente de la maneta.
Esto es un gran ventaja, por ejemplo, para responder a un «ataque» por sorpresa, porque la velocidad de cambio de muchas marchas seguidas con una sola pulsación es realmente extraordinaria y bate por goleada a la transmisión mecánica, claramente en desventaja en este punto.
En cualquier caso, gracias a este posibilidad «multishifting» puedes escoger la velocidad de cambio entre las marchas entre cinco niveles, desde un cambio más lento a uno más rápido. Pero esto es solo una de las muchas posibilidades de configuración.
Se nota el trabajo de Shimano con los corredores profesionales del pelotón para lograr muchas de las modificaciones y mejoras que se han ido introduciendo de cara a mejorar el rendimiento del Shimano Di2.
Las pinzas de freno montadas en esta Trek Madone son una versión específicas para bicis «aero», y en este caso posibilitan la integración perfecta dentro del cuadro. Incorporan un tornillo que permite ajustar de manera independiente la distancia de cada patín de freno a la llanta, mejorando y personalizando así el control de la potencia de frenado. Esto da la posibilidad de llegar a mejorar esa potencia en la frenada en hasta un 20%.
Para desmontar las ruedas, simplemente hay que levantar la palanca para abrir la mordaza de cada una de las pinzas. ¡Sencillo!
En la nueva versión Shimano Ultegra, el paso a las 11 velocidades ha supuesto tener que revisar el casete y su dentado. La unidad de pruebas venía equipada con un casete 11/28, que como su denominación indica incorporaba 28 dientes en su piñón más grande.
Los piñones dentados son de similar tamaño que en la versión de 10 velocidades, pero en esta ocasión los espaciadores entre los distintos piñones son ligeramente más pequeños, lo que en conjunto deja un casete 1.85 mm más ancho, en el que una cadena de 11 velocidades engrana a la perfección.
Otras opciones disponibles son los desarrollos 11/23, 11/25, nuestro 11/28, 12/25 y 12/28.
El nuevo conjunto de bielas Shimano Ultegra con tecnología Hollowtech de Shimano está equipado con un brazo derecho diseñado con una araña de 4 brazos en lugar de los 5 brazos que había hasta ahora. El desarrollo de estas nuevas bielas ha llevado tres años hasta lograr una mayor ligereza y una mejora en la rigidez, a pesar de haber perdido ese quinto brazo.
La disposición de estos brazos está en función de las zonas más críticas y ha sido clave para poder mantener los estándares de rigidez logrando una mejora en peso. Desde luego, yo no he apreciado ninguna falta de rigidez en el conjunto.
Un buen detalle es que tanto si de trata de la versión doble estándar como de la versión «compact», la distancia entre los anclajes de los platos es siempre de 110 mm. Por tanto, para cambiar de una versión a otra basta con sustituir los platos, algo que agradecen los que suelen alternar los terrenos más rodadores con la montaña. Lo mismo es válido para quienes quieran adoptar una configuración intermedia 52/36.
La centralita, que indica el nivel de carga de la batería, va incorporada en esta Trek Madone dentro del tubo diagonal.
Levantando una tapa y pulsando un botón de la maneta podemos comprobar el estado de la alimentación del sistema, con una luz LED verde que nos indica que el nivel es del 100% si se mantiene fija encendida, o de entorno al 50% si se mantiene verde pero parpadeante. En caso de ser de color rojo y fija, indica que estamos entorno al 25%, siendo rojo parpadeante cuando nos acercamos al 0% de alimentación.
Sin embargo, cuando la luz roja comienza a parpadear, al menos podemos recorrer unos 250 km, lo que debería ser más que suficiente para que puedas llegar a casa y «enchufarte».
Dado que el desviador delantero requiere más energía, será el primero en dejar de funcionar, pasando al plato pequeño para protegerte frente a fuertes desniveles, y permitiendo aún en torno a los 180 cambios de marcha traseros hasta agotarse. Un margen de seguridad más que importante para completar tu vuelta a casa.
La autonomía de la batería depende de la frecuencia con la que cambies de marchas y otros factores como el frío. Shimano habla de unos 1.600 km de media, pero en mi caso alcanzo normalmente los 2.000 km antes de tener que recargar, aunque depende de la época del año (en invierno me dura un poco menos). De acuerdo al fabricante, la batería funciona perfectamente entre 35º bajo cero y 50º grados sobre cero. Yo me alegro de no haber tenido que probarla en esas condiciones.
El tiempo de recarga es de 1:30 horas y Shimano garantiza al menos 500 cargas completas, lo que viene a ser la posibilidad de rodar sin problemas unos 800.000 km con la media establecida por carga (ya te digo que mi experiencia es aún mejor).
Nada que ver con los móviles y los portátiles actuales, que parecen ser efímeros al lado de nuestro Shimano Di2. O eso, o que nos intentan empujar a renovar muy fácilmente de móvil, pero de lo que ni tendrás que preocuparte en principio es de la batería de tu Shimano Ultegra electrónico. Creo que antes cambiarás de bici.
La batería está disponible en dos versiones, para montaje interno y externo. Es más común en las bicis actuales la de montaje interno, que se efectúa en el tubo de sillín acoplada a la tija, como en nuestra Trek Madone.
Por último, en caso de algún fallo basta conectar un ordenador con un software específico de Shimano para localizar el problema inmediatamente. El mismo programa que permite personalizar algunos parámetros con la mencionada velocidad de cambio entre marchas o la posibilidad de invertir la indexación de las marchas cambiando el orden de subida y bajada en las manetas.
Conclusiones
Quizá te parezca que yo pienso que hay que utilizar la transmisión electrónica a toda costa, y te surja preguntarme: ¿qué beneficios reales tiene? Veamos…
Los cambios de marcha son más rápidos y son siempre constantes. Olvídate de que la fuerza de tu mano tenga que accionar una palanca que tira de un cable… Da igual si tus manos están frías o cansadas. Cambiar de marcha con el Shimano Di2 es siempre igual de fácil e igual de efectivo.
En condiciones extremas de frío, lluvia e incluso barro (en ciclocross) los cambios de marcha no se ralentizan ni dependen de un cable mecánico que puede perder tensión o acumular suciedad. Los servo-motores son más potentes que los elementos.
El desviador delantero se ajusta automáticamente, de manera que evita cualquier roce con la cadena, incluso cruzando ésta con los piñones extremos. Ningún roce te despistará ni te desconcentrará.
Personalmente he apreciado una mejora en mi cadencia, quizá por perder el miedo a cambiar de marcha. Da igual que esté subiendo una rampa, o esprintando, da igual que esté apretando a tope los pedales…, el cambio de marcha es inmediato.
Cero riesgo de problemas, que se traduce en que ya no aguantas la misma marcha aun yendo atrancado, ahora cambias sin complejos con el Shimano Di2, y eso se nota al final del día: mejor cadencia y menor cansancio.
Los ciclistas más apasionados con el mejor material no han dudado en lanzarse a montar en sus bicis las transmisiones Shimano Di2, y también mucha de la gente que se divierte compitiendo, aunque no sea a nivel profesional. Para mí no hay duda de que este tipo de transmisiones de Shimano ofrecen muchas y grandes ventajas.
Y si tienes un presupuesto limitado para dar entrada en tu bici a un grupo electrónico, el Shimano Ultegra Di2 es una excelente ocasión, puesto que a nivel de funcionamiento no se le pueden poner pegas en comparación con su hermano mayor el Shimano Dura-Ace Di2.
Pero, ¿es todo de color de rosa con el Di2? Quizá haya cosas que tengas que tener en cuenta.
Miedo al fracaso: ¿no te han temblado las canillas cuando algún día has salido de casa con el móvil con batería baja? El gran problema con el Shimano Di2 es que te pienses que su batería es infinita… Puede ser un inconveniente o no, depende de ti.
Tu cartera lo puede agradecer: aunque su precio no es descabellado, es verdad que por lo que cuesta un Shimano Ultegra Di2 puedes acceder al Shimano Dura-Ace mecánico, más ligero y con la máxima precisión del funcionamiento que ofrece Shimano. La elección es tentadora.
Particularmente creo que el Di2 mantiene una innegable ventaja en precisión y rapidez, pero habrá quien piense que no merece la pena hacer tal desembolso o que, en todo caso, mejor optar por el tope de gama mecánico de Shimano.
Más pesado que el mecánico: puede que sea más preciso, más rápido, y menos cansado, pero a fecha de hoy la versión Di2 del Ultegra es ligeramente más pesada que la tradicional. Para un profesional el peso es importante y 500 gramos de brecha entre ambas versiones puede ser notable. Para un aficionado, es apenas el peso de una lata de refresco.
El precio
Es sin duda una de las grandes dudas que te puede asaltar, escoger entre las ventajas tecnológicas de la nueva versión Shimano Ultegra Di2 o la ventaja que en peso supone optar por su versión mecánica. Aquí puedes encontrar los detalles de precio y peso de las versiones Ultegra y del tope de gama Dura Ace:
- Ultegra 6800 mecánico de 11 velocidades: 1.290 € y 2.274 g.
- Ultegra Di2 6870 electrónico de 11 velocidades: 2.590 € y 2.480 g.
- Dura Ace 9000 mecánico de 11 velocidades: 2.530 € y 1.980 g.
- Dura Ace Di2 9070 electrónico de 11 velocidades: 3.300 € y 2.080 g.
Ya sé que puede ser difícil dar el paso a los grupos electrónicos, pero normalmente quien lo prueba lo adopta para siempre. Para tratar de convencerte a que des el paso, Shimano, a través de su distribuidor español Macario Llorente, ha preparado una serie de bicicletas con este tipo de transmisiones para que las puedas probar o simplemente para verlas y comprobar su funcionamiento, algo que puedes hacer a través de sus tiendas «Shimano Service Center».
Y si te convence, mi recomendación es que acudas a uno de estos puntos o a cualquiera de los «Puntos Oficiales Shimano», aunque también puedes adquirir el grupo y montarlo y configurarlo por ti mismo. Puede parece complicado, pero es más sencillo de lo que aparenta y tienes toda la información en la web www.shimano.com, en su apartado de documentos técnicos (Technical documents).
En cualquier caso, puede atraerte más o menos, pero los grupos electrónicos llegaron para quedarse, y Shimano es el principal responsable de que muchos estemos ya convencidos de sus ventajas.
¿Quieres estar al tanto de todas las novedades de Maillot Mag?
Suscribete a nuestro newsletter para no perderte el mejor contenido relevante, novedades, opinión, podcast, etc.
Relacionados