Charlando con Pablo Carrasco (cofundador de Rotor) de ciclismo y otras cosas

Pablo Carrasco es cofundador de Rotor, Director de I+D. Inventor

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Autor Maillot Luis M. del Cerro
Autor de la fotoMariano Herranz

Fecha de la noticia 26/10/2017


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«Pablo es un genio del ciclismo». Así arrancan hasta tres conversaciones con personas distintas cuando busco opiniones y datos para preparar la entrevista. Sin duda, es también una buena forma de meterme presión. Pero no hay problema, ya he hablado antes con Pablo y desde el primer momento siempre me pareció un tipo amable y cercano. A pesar de ser un genio, no es un excéntrico y eso se agradece. 

Luis Miguel del Cerro: Tu vocación era innovar pero ¿por qué en el mundo del ciclismo? Seguro que hay otras industrias y sectores mucho más provechosos.

Pablo Carrasco: A mí me gustaba todo, toda la tecnología, no solo lo que tenía que ver con las bicis. Las bicis me gustaban aunque era un simple aficionado. Me encantaba ver a Indurain, Perico o Pino ganar carreras. La verdad es que empecé a ver el ciclismo muy jovencito. Pero, en realidad, cuando decidí emprender la idea fue: «Quiero hacer una patente».

Mi vocación era la de ser inventor y quería hacer una patente de lo que fuera. Tenía en la cabeza un montón de inventos.

De hecho ya había intentado crear una empresa anteriormente relacionada con el mapeado por GPS. El proyecto no funcionó y en el año 94 llamé a Ignacio Estellés (n.d.r.: Ignacio Estellés es el cofundador de Rotor) y le dije: «Mira, voy a hacer una patente, ¿la haces conmigo?».

En ese momento decidí que fuera relacionada con la bici porque me pareció que de todo lo que tenía en la cabeza era lo más fácil de prototipar. Fíjate tú…, la tontería (se ríe). Te cuento más: cuando estaba en los primeros años de carrera, con amiguetes, hicimos un invento de un aspirador con ciclones, sin bolsa… y fíjate ahora los de Dyson.

LMdC: Y una vez que llegas al ciclismo, a la bicicleta…, ¿por qué el pedaleo? Anda que no había cosas sobre las que innovar en los 90 y vas tú y te fijas en algo tan básico e inamovible como el concepto del pedaleo.

PC: En el año 82 o así yo ya tenía la obsesión del punto muerto. Pedaleando, subiendo las cuestas ya había descubierto que había un punto muerto, que eso era mejorable…

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LMdC: Pero… ¿cómo se descubre eso?

PC: Bueno… vas pedaleando y, de repente, dices: ¡Buff! aquí «pica» la rodilla. Te das cuenta de que cuando vas en llano vas bien y cuando vas subiendo ves que aunque apliques la misma potencia vas pedaleando de forma completamente distinta.

Empiezas a evaluar el porqué lo haces. Es algo que me ha pasado siempre… Cuando era pequeño y corría siempre me preguntaba: ¿y si al pisar caigo más con el talón?, ¿y si catapulto más con el gemelo?. Con la bici fue igual y en el 82 me obsesioné con los platos ovalados. Tenía 15 años y mi hermano y algún amigo me lo quitaron de la cabeza: «Eso lleva así toda la vida...». Aun así, antes de darle carpetazo a la idea, se lo dije: «con la apropiada orientación y excentricidad seguro que funcionan». 

LMdC: Y luego el Rotor System...

PC: Cuando decidí hacer algo sobre la bici pensé más en el sistema Rotor, en las bielas de ángulo variable. Era una forma de conseguir algo parecido a lo que quería con los platos ovalados pero perfeccionado. Biomecánicamente era mucho más avanzado pero mecánicamente mucho más complejo.

Nuevo Rotor System. Vamos a diseñar uno y luego ya veremos si lo podemos fabricar…

LMdC: Eso fue lo que lo «mató», ¿no?

PC: Fue muy difícil de vender pero fíjate, todavía hay gente que nos los pide. Cuando dejamos de fabricarlo hubo gente que nos preguntaba cuántos nos quedaban de sus medidas y nos compraron unidades en función de la vida «útil» que ellos entendían que les quedaba...

Ahora estoy enseñando a diseñar a mi hijo y el objetivo que nos hemos fijado es crear un nuevo Rotor System. Vamos a diseñar uno y luego ya veremos si lo podemos fabricar… (sonríe).

LMdC: Eso es casi un titular…

PC: Yo siempre dije: «Cuando Rotor dé beneficios sacaremos un nuevo Rotor System... Y es que es el sistema es una joya pero no económicamente hablando. Pero mira, a lo mejor hacemos un diseño y lo acabamos fabricando para amigos, por suscripción popular.

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LMdC: Primero Rotor System fue una bicicleta completa, luego un sistema instalable... En esos años, cuando tú enseñabas todo eso, ¿qué caras te ponían las marcas de bicis o los ciclistas?

PC: Yo me dedicaba a inventar y patentar e Ignacio se ocupaba de intentar mostrarlas y venderlas. Él se estuvo pateando el mundo entero pero la primeras visitas que hizo fueron a Manolo Saiz, Echavarri, Mínguez… Primero fue a ver a los equipos ciclistas para ver si tenían interés.

También fuimos a ver a Orbea o BH en cuanto tuvimos un primer prototipo que enseñar. Y siempre nos han tratado muy bien pero a la vez era un poco «patada hacia delante». «Oye, desarrolla esto más e intenta que lo pueda homologar la UCI»… Aunque lo cierto es que todas esas pegas hicieron que el sistema fuera cada vez más perfecto. Eso es lo que hizo que pasara de ser una bici a algo que se pudiera montar en cualquier bici, etc.

LMdC: Comienzos duros…

PC: Las primeras ferias a las que fuimos eran de inventores porque lo que necesitábamos era financiación ya que empezamos sin un duro. Bueno, nos prestó algún amigo, mis padres…, ya sabes.

En la Escuela de Aeronáuticos nos ayudaron gratuitamente. Allí estuve durante un año y medio en el Departamento de Fabricación sacando viruta con un torno y una fresadora. Los técnicos del Departamento me echaron mil manos y los profesores siempre me apoyaron. Luego tuvimos una época que veníamos a EDR (la empresa de Enrique del Rey fue una de las marcas españolas de componentes de más éxito durante los noventa por su dominio del aluminio) casi a diario desde una oficinilla que teníamos en Madrid.

Bueno, en realidad era la cocina del despacho de unos amigos. El caso es que cada vez colaborábamos más con Enrique (EDR) y finalmente nos ofreció un despacho que tenía sin usar en la fábrica. Así acabamos en Ajalvir y con Enrique siempre de la mano.

Rotor Q-Rings: probar o cerrar

LMdC: Pero el Rotor System no acabó de funcionar y tuvisteis que abandonarlo...

En 2005 llegó el momento en que la empresa estaba quebradísima. El sistema Rotor era un producto que encantaba a todo aquel que lo probaba pero económicamente no era viable o al menos no lo era para una empresa pequeña.

LMdC: Y eso que el Rotor System llegó a ganar cosas…

Sí. Con el Rotor System se ganó un mundial de triatlón, con Eneko Llanos. Se ganaron etapas en la Vuelta al País Vasco o en la Volta a Catalunya. La general de la Ruta del Sol… ¡Valía para correr! Pero era pesado, caro y difícil de mantener. Las pegas eran obvias y, sin embargo, para disfrutar de las ventajas necesitabas probarlo. Era muy difícil de vender.

LMdC: Entonces aparecen los Q-Rings...

PC: Siempre estuve convencido de que el plato oval podía funcionar.

Cuando vimos que el Rotor System no funcionaba comercialmente le dije a Ignacio: «O probar esto o cerrar». Lo intentamos y a la primera salió bien.

Hicimos un par de prototipos. El primero se lo llevó David Cañada al Tour y estuvo usándolo hasta que en la etapa 18 o así la gente de Campagnolo se dio cuenta... (se ríe). Y poco después Marianne Vos, llevando una semana con los Q-Rings ganó el mundial de ciclocross y unos meses más tarde ganó también los mundiales de carretera.

De hecho, Marianne ha sido para nosotros fundamental: lo ha probado todo, nos ha ido ayudando siempre y el hecho de que a ella le fuera tan bien hizo que muchas chicas empezasen a usarlo. Además, creo que fue un buen ejemplo para corredores como Carlos Sastre, que seguramente pensaron que si a ella le iban bien a él tampoco le iría mal.

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LMdC: Carlos Sastre fue fundamental para proyectar la imagen de Rotor, ¿no?

PC: A él le debemos seguir vivos. No se cuánto esfuerzo le supuso imponerse y decir: «Yo voy a usar esto porque me beneficia y creo en ello» . En el equipo tenían otros componentes y él tuvo que hacer una apuesta personal y defender que para él suponía mayor salud para sus rodillas, una mejor recuperación...

Le dimos «la brasa» durante años pero fue en 2008 cuando los montó por primera vez. Para mí, siempre ha sido una persona más cariñosa, más humana, que la media. A lo mejor le dimos más pena (se ríe).

Después de probarlo durante meses decidió llevarlo al Tour. No veía que fuera más rápido pero sí percibía menos desgaste y mejor recuperación. Por eso apostó por los Q-Rings. Y ganó el Tour.

LMdC: El caso es que el paso de Rotor System a Q-Rings debió ser complicado también de cara a comunicarlo. Me han contado que te llamaban «so bolo», algo relacionado con una viñeta de Forges…

PC: Sí… cuando le conté a Ignacio lo de los platos ovalados me dijo: «Ya podías haberlo dicho antes, “so bolo”...» (Se ríe). Fue un chiste mítico en aquellos días... ¿Y por qué no trabajar sobre los platos ovales antes? El convencimiento sobre su efectividad siempre estuvo ahí pero en el fondo el Rotor System biomecánicamente es mejor.

En todo caso, cuando decidimos dar el paso, éramos tan pequeños que tampoco supuso un gran impacto.

LMdC: ¿Y eso no te supone un punto de frustración?

PC: Bueno, en realidad, el Q-Ring nos salió bien a la primera porque aplicamos en él toda la experiencia y todo el conocimiento que obtuvimos en el desarrollo del Rotor System. Con la limitación que tenemos al tener las bielas alineadas en 180º copiamos todo lo que pudimos copiar del Rotor System.

Al final, los platos ovalados Q-Rings están en un punto medio entre el pedaleo con platos redondos y el Rotor System. Pero claro, le quitas todas las desventajas de peso, mantenimiento, precio… 

La mejora que suponen los Q-Rings no es súper grande, pero te puede valer para ganar carreras

LMdC: Si los platos ovales son tan beneficiosos, se han ganado carreras con ellos…, ¿por qué no vamos todos con ellos?, ¿por qué no es un estándar en la industria?

PC: Mientras que no haya estudios claros que digan que los platos ovales tienen beneficios será complicado. Precisamente, lo de los estudios sobre su efectividad es algo digno de mención. La gente quiere un estudio de bolsillo que, con poco trabajo, les valga para hacer una gran publicación. Y claro, los estudios que hacemos como fabricante no les sirven.

La mejora que suponen los Platos Rotor Q-Rings no es súper grande. Te puede valer para ganar carreras, si vas a hacer un tercero te puede llevar a ser primero. Está claro que el que iba a quedar 75º no va hacer podio gracias a ellos. Por eso, los porcentajes, afinar con lo que buscas es importante. Pero hay científicos o pseudo científicos que intentan con el menor esfuerzo y coste posible llegar a una conclusión.

Si la conclusión que estás buscando es una mejora de un 2% si haces todo perfecto, como no lo hagas, no vas a encontrar ese resultado. Estás probando algo que necesita ajuste al usuario.

Te pongo un ejemplo: Imagínate que quieres demostrar que es más efectivo correr calzado con un nuevo modelo de zapatillas que descalzo. Sin embargo, para no liarte, a todos los usuarios objeto de estudio les das la talla 43. La estadística te dirá que hay gente con un pie parecido que corre más con el calzado pero otros, que tienen el pie más grande ó más pequeño y no les cabe la zapatilla o les queda muy grande, corren fatal.

Al final, te puedes encontrar con que el resultado sea que la media de usuarios dice que es mejor correr descalzo. Y claro, habrá un porcentaje de usuarios diciendo que a ellos les va mejor calzados. Cada vez que hemos hecho estudios de este tipo nos salen resultados parecidos: de media parece que no tienen efecto… pero resulta que hay gente que ha mejorado mucho.

En los test que hacemos internamente a cada usuario lo analizas y le configuras los platos ovalados Rotor Q-Rings en la posición OCP que mejor le va. Le dedicamos tiempo.

Pero hay más: cuando quieres mejorar en la carretera o en el campo, tú estás moviendo una inercia que es tu propio peso y el de tu bici. Pero cuando estás en un rodillo de laboratorio estás moviendo la inercia de ese rodillo.

El óvalo del Q-Ring está pensado para compensar la fuerza que tú ejerces y la inercia, es una forma de modular la fuerza que tú eres capaz de hacer para, en lugar de que haya tanto «pico-valle», sea una salida más uniforme. Esos picos-valle son en función de cómo aplicas la fuerza y de la inercia que manejas.

Si yo uso la regulación de OCP en el punto 3 habitualmente, si me van a analizar en un CompuTrainer es probable que lo tenga que corregir a OCP 2 o OCP 1 para que el efecto beneficioso del óvalo funcione de la misma manera. Si haces un estudio con la orientación inadecuada para ese rodillo no estás probando lo que realmente quieres probar.

Volviendo al principio, es un producto que necesita de una mínima adaptación y configuración. Eso hace que a muchos fabricantes les resulte más cómodo seguir montando bicis con platos redondos.

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LMdC: Cada vez que hay un evento o una feria del sector es habitual que Rotor se lleve algún premio a la innovación. ¿Sientes la presión?

PC: Nunca hemos querido hacer componentes que hagan exactamente lo mismo que los de los demás. Mi día a día es trabajar sobre aquello que lanzaremos en un año o dos y siempre con el objetivo de dejar a la gente con la boca abierta.

Para que te hagas una idea, hacemos dos o tres patentes al año. Además, en los últimos años he dejado de estar involucrado en la gestión de la empresa y soy mucho más ingeniero e investigador, con lo cual tenemos más patentes y con más calado.

LMdC: SRAM, Campagnolo, Shimano… ¿Pero cómo se os ocurre lanzar un grupo?

PC: Siempre hemos venido forzados por las circunstancias, por los demás. Nuestro objetivo fue siempre traer el beneficio de la biomecánica del Rotor System, y después de los platos ovalados Q-Rings, a este mundo. Como los fabricantes de bielas acabaron intentando «echarnos» fuera en la competición para no perder esa parte del mercado, acabamos desarrollando bielas para poner en las bicis de los equipos.

A fin de cuentas, el Q-Ring no te lo van a quitar si la biela también es tuya. Pero después, empezó la batalla por los grupos. Los equipos montaban bicicletas enteras con una sola marca y o les aportabas un beneficio muy grande o en realidad no les compensaba renunciar a tener un grupo completo de una sola marca.

Al final, era una apuesta muy fuerte por nuestra parte o por la del equipo compensar una oferta de SRAM, Shimano o Campagnolo para poder seguir montando nuestras bielas y platos.

Llegamos a la conclusión de que, tarde o temprano, ese pulso no lo podríamos ganar y que tendríamos que llegar a las bicis de los equipos con grupos completos. En el mercado de las bicis pasa un poco lo mismo. Al fabricante le puede salir más caro no montar un grupo completo

Para Rotor ha sido mejor empezar en ciclismo de carretera

LMdC: ¿Y por qué empezar en un mundo como el de la carretera? La propuesta hidráulica es muy rompedora y hay disciplinas como el mountain bike más amables con estas innovaciones.

PC: Es cierto. Al principio, como empresa, estuvimos mucho más volcados con el MTB. Por ejemplo, la UCI nos permitía correr, tener un equipo de MTB era barato en comparación con la carretera... Siempre empezamos con la montaña primero pero cuando llegó Carlos Sastre y ganó el Tour todo cambió. Cuando él introdujo Rotor en el equipo Cervelo nos aconsejó que pusiéramos también bielas y nos hizo «apretar».

Fue cuando lanzamos las bielas 3D. Luego Cervelo se convirtió en un socio fundamental para nosotros. Una victoria en el Tour, la relación con Carlos, con Cervelo… Todo eso hizo que entráramos primero con el grupo Uno en la carretera.

El concepto de cambio hidráulico es válido tanto para ciclismo de carretera como para MTB pero sí que es cierto que puede llegar a ser más beneficioso en el ciclismo de montaña. La entrada hubiera sido más fácil, tal vez habría más ventas potenciales, la ventaja para el usuario es mucho mayor.

Pero hay algo muy bueno en arrancar con la carretera: la colaboración con Cervelo y Dimension Data nos ha hecho esforzarnos tanto que cuando apliquemos ese «know how» al grupo de montaña será un sistema muy probado.

LMdC: ¿Fechas para ese UNO para mountain bike?

PC: Yo no puedo decir nada. Me cortan la cabeza rápido (risas).

LMdC: Siguiendo con UNO, Rotor podría haber aportado novedades en tecnologías ya existentes como la electrónica o incluso el tradicional cable de acero. ¿Por qué el hidráulico?

PC: Cuando eres una empresa pequeña, muchas veces la única opción que te queda es ser nicho. De entrada no puedes ir al mercado grande, así que te centras en darles lo mejor a los que valoran esto. El hidráulico nos daba la opción de tener algo muy ligero y preciso sin depender de baterías, software, firmware y demás.

Hay gente que no le gusta electrónica pero quiere llevar lo mejor, algo refinado. A la vez, ya no le apetece llevar, por ejemplo, un grupo Shimano Dura-Ace mecánico. Quiere lo mejor pero no le gustan las tecnologías disponibles.

Y nosotros le damos una joya. Porque, el grupo hidráulico, entre la parte mecánica e hidráulica que tiene es casi como un reloj automático. Te da la hora igual que uno digital pero el orgullo que siente el que lo tiene sabiendo que monta una joya mecánica, con un montón de trabajo de ingenieros, de precisión… Al que lo valora le estamos dando algo que nadie más ofrece.

Otro factor es que cuando decidimos tener un grupo tuvimos que estudiar todas las patentes que había. Y todo lo que tiene que ver con cambios mecánicos está muy bien protegido. Al final, lo primero que tuvimos que hacer era buscar una vía para que nos dejaran hacer un grupo. Y lo cierto es que el campo hidráulico estaba menos explotado y era más fácil.

LMdC: ¿Te imaginas trabajando en una empresa como Shimano, SRAM o Campagnolo? ¿Hubieras encajado?

PC: En otra época me imaginaba que nos comprarían y dirían «Vamos a aprovechar el potencial de este tío»... (Se ríe). Pero ya me estoy haciendo viejecito. A estas alturas lo que pase pasará aquí.

LMdC: ¿Cómo es el proceso creador en tu cabeza?

PC: Ahora es muy abierto. Muchas ideas vienen de necesidades. Ahora, además, hay mucho trabajo en equipo. En comidas y charlas salen ideas de servilleta de bar que se te quedan enganchadas, dos días más tarde, en la ducha, acaban de fraguar… Luego las comentas aquí.

Al principio hay mil cosas que hacer y no te hacen mucho caso pero luego la comentas cuatro veces y ya a alguien le pica el gusanillo… Ahora, la verdad es que tengo que convencer a mucha gente para que algo empiece (risas). Antes, cuando estaba involucrado en la parte empresarial, bastaba con que Ignacio y yo estuviéramos convencidos.

Pero es verdad que todo el tiempo que teníamos que emplear en conseguir dinero me lo quitaba de poder diseñar, pensar, patentar… Ahora tengo más tiempo para hacer esas cosas pero también invierto mucho tiempo en convencer a los demás. Es mi reto. Todo parecen locuras al principio (risas).

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LMdC: En tu vida profesional, ¿quien te ha marcado o ha sido una fuente de inspiración?

Desde luego, Enrique del Rey me ha marcado profesionalmente y su ayuda y colaboración ha sido tan grande… Podría ser una de las persona principales. En la competición hubo gente que ayudó mucho.

Por ejemplo, empecé chupando carreras y carreras con Maximino Pérez. Fue una época muy dura de mi vida pero aprendí muchísimo y tengo recuerdos buenísimos de aquello. Alejandro Torralbo también nos ayudó mucho cuando Carlos Sastre nos metió en el equipo. El rato que estás con él…, lo que aprendes con un mecánico así. También recuerdo a Gonzalo García de Salazar o, por ejemplo, a los fundadores de Cervelo, Gerard y Phil, en la medida de lo que me han exigido me han hecho aprender mucho.

Pero bueno, es verdad que si me pongo a decir nombres será muy injusto no nombrar a otros. Además, te hablo de lo profesional. Si me voy al lado personal no acabaría nunca. Hablo de los que me han metido un petardo en el culo para avanzar, para dar un salto. Y por supuesto me acuerdo de toda la gente que me ayudó en la Escuela, en Aeronáuticos. Los técnicos, los profesores… todos.

LMdC: Luego está el «escudero»...

PC: Ignacio (se refiere a Ignacio Estellés) no es que fuera el escudero. Ha sido el complemento. Éramos el padre y la madre. Él se ha dedicado a una parte vital como es poner el negocio en marcha y yo a otra.

LMdC: Fuera del mundo del ciclismo ¿hay alguien que te haya inspirado?

PC: Pues si te digo la verdad, el que más me inspiró fue Indurain. Recuerdo el día que batió el récord de la hora… En esa época la mente me hervía y decía: «Tengo que lanzarme a hacer esto»...

Y luego ha estado mi madre. Siempre me ha ayudado a no olvidar la vocación de inventor que tenía desde pequeño. Cuando entré en Aeronáuticos lo hice con la idea de ser inventor pero se me olvidó pronto. Cuando en Aeronáuticos me estaban dando palos por todos los sitios, como a todo el mundo, llegas a creer que no vales para lo que te habías imaginado. Y sin embargo ella siguió recordándomelo: «No olvides que tienes que sacar una patente». Me ayudó a mantener el espíritu de inventar cosas.

LMdC: En tu opinión, cuáles son las mayores innovaciones en la historia del ciclismo… Y no vale decir Q-Rings.

PC: Innovaciones que me llamaran la atención por la edad a la que me pillaron… Cuando salieron los STI (Shimano Total Integration) yo aluciné. También recuerdo el Brain de Specialized que cuando salió me encantó. Y por supuesto, los pedales Look automáticos; ver una bici con los rastrales y luego los Look

También hay cosas novedosas como las tijas telescópicas, que me encantan. Pero si me hablas de cosas revolucionarias me quedo con los pedales Look y el STI.

LMdC: Para acabar. Cuando llegas a casa, ¿consigues desconectar?

PC: No, nunca. Imposible. Pero siempre duermo bien. Incluso en las malas épocas siempre he dormido bien. Pero te diré que el momento clave del día es la ducha de la mañana (se ríe). Es el momento del día en el que te das cuenta de la mejor manera de resolver los problemas. La ducha es el momento en el que fragua todo eso que querías consultar con la almohada.

 

Terminamos la entrevista y nos vamos a hacer unas fotos en la zona donde se ensamblan las primeras unidades del grupo UNO. Allí, en la misma sala, el inventor y el resultado final. No podríamos acabar mejor.

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