Test: Probamos a fondo la Trek Checkpoint SL 7 eTap AXS, una gravel en busca de la máxima polivalencia
Gravel al completo



El gravel no solo es una disciplina en auge y en constante crecimiento, no solo parece haber madurado sino que ha emprendido su propio camino “emancipándose” casi por completo de las bicis de carretera. Esta evolución ya la pudimos comprobar la temporada pasada, pero ha sido este año cuando se ha hecho mucho más evidente. La nueva Trek Checkpoint podría ser el ejemplo que mejor representa ese alejamiento de los tradicionales cánones que las bicis de carretera representan apostando por geometrías, tecnologías y conceptos que dan como resultado bicis más capaces, rápidas y divertidas sobre terrenos más técnicos.
De todo ello te hablamos en el BikeCheck que hemos realizado tras rodar muchos días con la nueva Trek Checkpoint SL 7 eTap AXS, y que puedes ver a continuación:
Una Checkpoint, tres opciones
El modelo Checkpoint nace en la primavera de 2018 y aunque la compañía americana ya tenía algunos modelos compatibles con el uso fuera del asfalto se puede decir que esa primera generación de Checkpoint es la primera Trek diseñada específicamente para la modalidad de gravel. En esta segunda entrega Trek ofrece tres cuadros diferentes para que elijas la Checkpoint que mejor se adapta a tu estilo de hacer gravel. La SLR es el cuadro más refinado y avanzado de las tres, tiene un peso de 950 gr y está fabricado en carbono OCLV 700. Como habrás imaginado la SLR está más orientada hacia la competición y al “gravel race” de alto rendimiento. El modelo SL, que es el que he probado, tiene un peso de 1.150 gr y está fabricado en carbono OCLV 500. Como veremos más adelante los modelos SL están más enfocados al gravel de aventura, grandes viajes con carga y terreno más técnico pero sin dejar de lado el rendimiento. Por último está la Checkpoint ALR, fabricada en el aluminio Alpha 300 de Trek. Además de ser el modelo económicamente más “asequible” de los tres también ofrece la posibilidad de disfrutar de la nueva Checkpoint a los incondicionales del aluminio.
Cuadro nuevo
Podríamos estar hablando durante horas acerca de todas las novedades que incorpora el nuevo cuadro full carbon OCLV serie 500 de la Checkpoint. Estéticamente tanto el diseño como los detalles y acabados están a la altura de lo que esperas de una Trek, es un gusto comprobar la simpleza, las buenas soluciones constructivas y lo bien rematado que está el conjunto. Una de las cosas que más me ha llamado la atención es el acertado guiado interno del cableado por la zona frontal de la bici. Una solución estéticamente limpia, bien resuelta y que nos va a permitir colocar cualquier tipo y tamaño de bolsa en la parte delantera sin tener que andar haciendo malabarismos para no estrangular las camisas de los cables o para evitar que las propias fundas marquen o rocen el cuadro. Tan solo comentar que este enrutamiento frontal es el mismo que ya vimos en la Émonda. El paso de rueda ha crecido admitiendo ahora hasta un máximo de 700x45 mm o 27.5x2.1” algo que se agradece enormemente sobre todo en una bici con “aspiraciones” aventuras como esta. Precisamente pensando en este tipo de usuarios y en ese tipo de terreno la nueva bici incluye un generoso protector de goma para mantener a salvo la parte baja del cuadro. Si tienes claro que no te vas a mover en un entorno tan radical con tan solo aflojar dos tornillos puedes quitar el protector y dejar el cuadro sin esa pieza de goma. Para evitar que la cadena “chupe” hacia dentro la bici cuenta con una minimalista y bien diseñada pieza que evita que esto ocurra. Para terminar, una buena noticia para los fans de las telescópicas, la nueva SL admite su uso incorporando la salida y entrada del cable para su instalación.
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Al fin del mundo
Sin renunciar a su esencia, como ya he dicho antes, la nueva Checkpoint SL se aleja del asfalto y se adentra de lleno en el gravel de aventura y el bikepacking. Si decides hacer un largo viaje esta bici será tu fiel compañera ya que cuenta con más de 25 orificios roscados para instalar portabidones (hasta 4 en tallas grandes), guardabarros, bolsa delantera, trasera, en el cuadro, en la horquilla…vamos que posibilidades no te van a faltar. Estéticamente están muy bien integrados de tal manera que si no los utilizas van ocultos bajo un tapón de goma y así no llevas la típica bici que parece que va “agujereada” por todos lados. Echa un ojo a los anclajes de la horquilla (tres en cada lado) o los del cuadro y verás lo bien integrados y rematados que están. No sé si solo será en la unidad que yo probé pero durante el tiempo que he tenido la bici (que han sido bastantes meses) he perdido dos tapones de plástico. No es un fallo importante, le puse unos un poco más gruesos que tenía y todo perfecto, pero sería una lástima y algo injusto que después de hacer un buen trabajo solo se hablara de que el tapón de goma a veces se cae.
Como todas las Trek de nueva generación aprovecha el interior del tubo principal para poder transportar y almacenar una cámara de recambio, un multiherramienta, cartuchos de CO2, desmontables, comida energética, dinero o incluso una chaqueta cortavientos ligera. Como ya comenté hace apenas unos meses al probar la Top Fuel la tapa es 100% estanca y la maniobra de abrir y cerrar es rápida, sencilla y se realiza sin necesidad de herramientas. Para transportar el material la bici incluye la bolsa de almacenaje Bontrager BITS fabricada en tejido flexible y resistente y que de paso evita vibraciones y molestos ruidos. Para extraerla de manera sencilla cuenta con un tirador tipo lengüeta.
Geometría
Es sin duda la principal novedad de esta bici y, sin embargo, no está a la vista, lógicamente hablamos de la geometría. La nueva Checkpoint, siguiendo con la tendencia actual de la gran mayoría de los fabricantes en bicis de montaña, nos ofrece un triángulo principal más largo con un top tube que crece 20 mm con respecto a la versión anterior. Las vainas también aumentan 10 mm en longitud hasta los 435 mm dando como resultado una bici de 1033 mm entre ejes, casi 30 mm más larga que su predecesora. Para que te hagas una idea, las vainas de la Trek Supercaliber (la Trek de XC Race) tienen una longitud de 430 mm, es decir 5 mm más cortas que las de la Checkpoint. Otro ejemplo, las vainas de la Top Fuel que probé en MTBpro hace tan solo unos meses miden exactamente lo mismo que los de esta Checkpoint. Con estos dos ejemplos lo que te quiero decir es que esta bici cuenta con una geometría mucho más polivalente y “gravelera” que el anterior modelo.
Basta con pedalear por caminos y pistas rápidas para darte cuenta de la estabilidad y aplomo que transmite la bici cuando empezamos a ganar velocidad. Cuando metes plato grande y te pones a apretar de verdad la bici es una auténtica locomotora noble y muy cómodoa, es una gozada notar como acelera y como pasan los kilómetros sin la exigencia muscular, tanto de brazos como de piernas, de otros modelos más radicales que hay en el mercado. Pedaleando de pie y haciendo fuerza sobre los pedales los cambios de ritmo son rápidos y eléctricos, la bici se muestra reactiva incitándote a exprimirte siempre un poco más. A ritmo alegre el paso por curva es noble y muy preciso incluso en terreno suelto. La posición de conducción, ahora un poco más retrasada con respecto al anterior modelo, es más natural y eficaz cuando llega la hora de apurar la frenada y meter la bici en la curva.