Los rodamientos, esos grandes desconocidos

Todo gira en nuestra bicicleta gracias a los rodamientos. Sin embargo, son los grandes olvidados y desconocidos. Te contamos algunos de sus secretos y cómo llevar un buen mantenimiento.
Los rodamientos. Tipos y usos en ciclismo.
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Autor Maillot J. Daniel Hernández
Autor de la fotoArchivo

Fecha de la noticia 08/02/2018


Los rodamientos son una parte fundamental de las bicicletas. Los encontramos en muchos puntos: dirección, pedalier, bujes, suspensiones… y de muchos tipos: de bolas, de agujas, casquillos de fricción… y dentro de ellos los encontramos con bolas de acero o cerámicas, sellados, semisellados, en conos… También se definen en si son de contacto vertical o angular. En definitiva, un abanico enorme de opciones en las que cada marca elige lo que más le conviene según la zona en la que se van a instalar.

Por ejemplo, muchas marcas optan por rodamientos de bolas de acero en jaula para el tubo de la dirección, mientras que otras acaban instalando casquillos de fricción o rodamientos sellados (generalmente en este caso de contacto angular para soportar fuerzas como nuestro peso o las frenadas fuertes). En lo que la mayoría de las marcas coinciden es en usar rodamientos sellados en el pedalier, ya que es el sistema que mejor compromiso tiene entre suavidad de giro, protección de los rodamientos y sencillez de montaje.

Cada sistema tiene sus ventajas y sus inconvenientes, así como unas necesidades más o menos específicas de mantenimiento, como por ejemplo el tipo de grasa que conviene a cada uno de ellos.

¿Qué son los rodamientos de bolas?

Los rodamientos de bolas no se limitan a una sencilla jaula de plástico en la que van enganchadas unas pequeñas bolas de acero. Detrás hay mucho más. Y no sólo por la cantidad de bolas o su tamaño, sino también por su calidad de acabado.

De hecho, los conocidos como rodamientos cerámicos son, en realidad, rodamientos de bolas convencionales (bolas y pista de acero o acero inoxidable) en los que ambas partes han recibido un tratamiento (normalmente con nitruro de silicio) para minimizar la fricción y mejorar su deslizamiento. Este tratamiento también ayuda a rebajar la temperatura que se alcanza con la fricción de las partes, por lo que es conveniente para zonas de mucho movimiento y alarga la vida útil del rodamiento respecto a uno convencional.

Rodamientos de agujas

En realidad se trata del mismo sistema que los rodamientos sellados de bolas, sólo que en lugar de bolas, en el interior encontramos cilindros o rodillos. Este sistema soporta bien las fuerzas verticales y tiene una suavidad de giro mayor, además de que permite un menor tamaño. Sin embargo, resiste mucho peor las fuerzas oblicuas y laterales, por lo que este sistema se emplea sólo en los anclajes de los amortiguadores de las MTB (generalmente en el resto de puntos de giro de la suspensión se recurren a rodamientos sellados convencionales).

Esto no quiere decir que en los rodamientos de agujas los cilindros vayan siempre en perfecta horizontalidad, los hay con las pistas en distintos ángulos, por lo que no sería de extrañar encontrarlos en otras partes de las bicicletas o con otras funciones.

Los bujes Shimano con rodamientos de bolas y conos

Un caso paradigmático es el uso de rodamientos de bolas en conos por parte de Shimano en sus bujes. La razón esgrimida es la aplicación de las diferentes fuerzas que inciden en el buje, ya que éstas no son verticales, sino que son oblicuas y el sistema de conos y bolas responde mucho mejor a ellas (con una respuesta proporcional y en la misma dirección que la fuerza) que los sistemas de rodamientos sellados (cuya respuesta es vertical).

En su contra está que este sistema requiere de un mayor mantenimiento así como herramientas y conocimientos específicos para poder montar y desmontar el buje, limpiar y engrasar las pistas en las que se apoyan los rodamientos.

En este vídeo se explican muy bien los motivos de Shimano para elegir este sistema.

Mantenimiento de los rodamientos

Vaya por delante que el hecho de tener rodamientos sellados no significa que estén exentos de mantenimiento, sino que éste ha de realizarse con una periodicidad mucho mayor y que están menos sujetos a desgaste. En definitiva un rodamiento sellado es en el que existe una tapa (de plástico o metálica) que protege la jaula y la pista en la que giran los rodamientos.

Mantenimiento de los rodamientos

Los diferentes rodamientos que encontramos en nuestra bicicleta (dirección, bujes, pedalier, suspensión, etc.) conviene desmontarlo cada cierto tiempo (en función del uso que le demos a la bicicleta y la meteorología de la zona en la que nos movamos) y utilicemos una grasa específica.

Por ejemplo, si habitualmente salimos por zonas con mucho agua y barro es conveniente desmontar y engrasar los rodamientos de las ruedas y de la dirección para limpiarlos y engrasarlos cada 6 meses (aunque comprobando una vez al mes su estado). Lo mismo sucede con las zonas polvorientas, ya que el polvo acaba entrando por cualquier resquicio y adhiriéndose a la grasa hasta formar una pasta que impide el giro de las bolas.

Para los rodamientos internos que no van sellados es conveniente utilizar grasa de montaje, más densa, que va a sujetar las bolas y la jaula en su sitio. Si desmontamos un rodamiento sellado, después de limpiarlo es bueno engrasarlo con grasa con litio, ya que va a favorecer el giro de las bolas. Esta grasa se utiliza en los rodamientos sellados de zonas que están sometidas a muchos giros como las ruedas o el pedalier.

 roldanas de cambio.

Las roldanas del cambio trasero son otras de las grandes olvidadas en este sentido y, sin embargo, son una de las zonas más expuestas a la entrada de suciedad (o agua y jabón al lavar la bicicleta) que altere el buen giro de sus rodamientos. Es recomendable comprobar el estado de sus dientes y su suavidad de giro cada cierto tiempo para ver si conviene desmontarlas y limpiarlas más a fondo o directamente pensar en su cambio.

Lo que nunca hay que hacer es echar aceite en spray, ya que, aunque inicialmente sí que engrasa e hidrata, se seca muy rápidamente y al evaporarse deja más reseca la pista interna y las bolas.

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