CUPRA Challenge Quebrantahuesos: Un reto de mucha potencia

Te contamos nuestra experiencia en la CUPRA Challenge Quebrantahuesos

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Autor Maillot Enrique Sevilla
Autor de la fotoCUPRA

Fecha de la noticia 03/07/2019


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Muchas son las marchas que podemos encontrar en España, pero ninguna tiene el caché de la Quebrantahuesos: 200km por puertos Pirenaicos. Este año la vivimos con el “Equipo CUPRA”.

CUPRA Ateca en el comienzo de la Quebrantahuesos

La “Quebranta” es ya una fecha marcada en el calendario de muchos cicloturistas. Todo el mundo la conoce, todo el mundo la toma como referencia. Es el reto y el objetivo de muchos ciclistas y sus 11.500 participantes dan fe de ello. Este año vuelvo a participar en ella, aunque sin haberla preparado específicamente ya que no había podido inscribirme. Pero dos semanas antes recibo un email del equipo de Maillot: ¿Quieres irte a la Quebrantahuesos con CUPRA?

En el “Equipo CUPRA”

CUPRA arranca como nueva marca independiente de SEAT en 2018. Lo que empezó siendo un acabado deportivo en los modelos de SEAT ha acabado siendo una marca. Yo soy probador de bicis. La mayoría de ellas de gama media y alta. Y si tuviera que comparar un coche como el CUPRA Ateca con las bicis, lo haría con una bici tope de gama, de esas montadas en Dura-Ace Di2 Disc. Con todos los componentes de manillar, potencia, tija, sillín,… en carbono y perfectos acabados.

El CUPRA Ateca cuenta con un motor 2.0 TSI de 300 cv además de cambio automático (DSG) de 7 velocidades y tracción 4Drive.

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Descubre el CUPRA Ateca

Así nos esperaban en la CUPRA Challenge Quebrantahuesos
Así nos esperaban en la CUPRA Challenge Quebrantahuesos

Tranquilo, estás leyendo Maillot, no una revista de coches de alta gama. Esto simplemente es por lo que fuimos invitados a participar en la QH2019. Y es que CUPRA quiere crear buenos coches, pero también buenas experiencias para sus clientes. De ahí nacen los CUPRA Challenges y entre ellos, la Quebrantahuesos. Así las cosas, de la noche a la mañana, me vi formando parte del Equipo CUPRA para disfrutar del fin de semana con todos los detalles que CUPRA puso a nuestra disposición.

Tenemos la cita, el reto y a mí como encargado de cubrir el evento, además de participar también como integrante del Equipo CUPRA en la QH. Formado por clientes CUPRA, prensa e ingenieros de la marca. Pero, horror, nos falta una bici. Tiene que ser escaladora y con discos. Vamos a subir tres “puertakos” de Pirineos, pero también hay que bajarlos y tener todo bajo control. La Lapierre Xelius SL DISC 700 fue de las últimas que probamos en Maillot y nos dejó un excelente sabor de boca. Se la pedimos a la oficina de Lapierre en España y nos ofrecen la misma que el test, pero con el nuevo SRAM AXS 12v: ¡Perfecto! En apenas 24 horas la tenemos lista para poder rodar los días previos y acomodarnos tanto al grupo como a su geometría.

Empieza la experiencia

Llegada al Hotel con puntualidad inglesa. Planning detallado al milímetro por el departamento de Marketing de CUPRA. No nos va a faltar de nada. Equipaciones, fisioterapeuta, Hotel 4 estrellas con SPA y la posibilidad de probar una de sus máquinas: El CUPRA Ateca de 300cv.

Probando el CUPRA Ateca en la CUPRA Challenges Quebrantahuesos

No puedo rechazar la invitación. No todos los días puedes subirte en una “máquina” de 300 cv. La verdad es que lo hago con un poco de miedo ya que el CUPRA Ateca tiene muy poco que ver con mi querida furgoneta. La comodidad, los acabados… ¡No estoy acostumbrado a esto! Por fortuna, la tecnología de un coche como este hace que conducirlo sea mucho más fácil de lo que pensaba. Soy un tipo prudente y no me atrevo a “pisar a fondo” pero las sensaciones son muy deportivas. Va a ser muy duro “volver” a mi furgoneta.

Los consejos de Óscar Pereiro

Después de disfrutar de las carreteras de la zona con el CUPRA Ateca toca charla con Óscar Pereiro, que ha sido el encargado de guiar y aconsejar al resto de los componentes del reto durante meses. Para algunos es su primera experiencia en una marcha cicloturista y a otros se les ve más experimentados. Salimos a rodar por Biescas, una hora. Nos viene bien para romper a sudar y mover las piernas después de unas cuantas horas de coche.

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CUPRA Challenges: participa

Óscar Pereiro aconsejando a los miembros de la CUPRA Challenge Quebrantahuesos
Óscar Pereiro aconsejando a los miembros de la CUPRA Challenge Quebrantahuesos

Después de la salida cenamos todos juntos en el salón del hotel y recibimos las últimas recomendaciones de Pereiro. Nos pregunta por los objetivos de cada uno para esta QH. Cada uno tiene uno bien distinto: Unos bajar de 6 horas, otros se conforman con acabarla y yo simplemente de disfrutarla.

Salida en bici de los miembros del CUPRA Challenge Quebrantahuesos con Óscar Pereiro

Al día siguiente, el decisivo, madrugón de los grandes, con desayuno de “traga todo lo que puedas, que te va a hacer falta”. 11.500 ciclistas intentando llegar a una salida de una marcha, es un caos. Y lo mejor es hacerlo con tiempo de sobra para no verte en medio del atasco, teniendo que dejar el coche en cualquier sitio y saliendo a la carrera con la bici a la salida.

Salida en bici de los miembros del CUPRA Challenge Quebrantahuesos con Óscar Pereiro

Salida en bici de los miembros del CUPRA Challenge Quebrantahuesos con Óscar Pereiro

7:15 hora zulú. Día despejado y viento ligero, Temperatura fresca pero soportable con unos manguitos y chaleco. Tras casi 30 minutos de espera bajo el arco de salida en el tercer cajón. Alberto Contador, Miguel Induráin, Aimar Zubeldia, “influencers”, “youtubers” de renombre, ex profesionales, Master Pro Tour, etc, salen del primer cajón.

3…, 2…, 1… Salida de la Quebrantahuesos 2019

Arranca el primer tramo, prácticamente llano. Se rueda rápido y todo el mundo busca mejorar su posición. Los que salen en los cajones posteriores, tratan de avanzar al máximo antes de la subida. Los de delante aceleran para que no se junte más gente en cabeza. Es la pescadilla que se muerde la cola. Y cada vez se va más y más rápido.  La carretera va cogiendo pendiente hasta coronar en el kilómetro 47 el primer puerto: Somport. Para entonces las piernas ya llevan el calentón de las primeras rampas para intentar no perder el ritmo del resto. Toca cerrarse el chaleco y luego foto junto al cartel del Puerto.

No puedo olvidarme de comer algo tranquilamente de lo que he podido recoger en el avituallamiento que hay antes de coronar. Y es que no intentes hacerlo bajando. Por experiencia de otros años, lo mejor es bajar concentrado sin distraerse en comer o ponerse el chaleco. La bajada es de curvas continuas en sus primeros kilómetros y la masificación y ansia de recortar con los de delante, hace que la gente baje “sin frenos”. Mejor bajar un puntito más rápido que el resto, que dejar que te vayan adelantando por donde menos te lo esperas. Alguna curva algo más cerrada, requiere una frenada potente y controlada. SRAM AXS tiene ese tacto suave y equilibrado en su frenada que me parece más modulable que sus competidores. Unos por inconsciencia y otros por temeridad trazan como si fueran solos por la carretera. Alguno con la “posición Froome”. De locos.

Tras el cambio de carretera se llega a otra más ancha y con más tramos rectos, pero con una inclinación que hace que solo con dejarte llevar vayas a 70-75 km/h. Aquí cualquier error puede ser fatal. De hecho, al final de una larga recta dos ambulancias atienden a algún participante que ha sobrepasado sus límites. ¡Cuanto me alegro de bajar con una bici de discos y cubierta de 28” como la Lapierre Xelius! Las grietas y algunos resaltes de la carretera los absorbe de manera espectacular.

CUPRA Ateca abriendo la Quebrantahuesos 2019
CUPRA Ateca abriendo la Quebrantahuesos 2019

Un consejo: Si encuentras un buen grupo no lo sueltes. Te llevara directamente a enlazar a los pies del puerto de Marie-Blanque. Se acaba la bajada y llega el cruce a la derecha y primer repecho que te indican que lo bueno se acaba y que te esperan de nuevo las rampas ascendentes. Casi 9 kilómetros de los que los 4 últimos no bajan de 11%.

En el Marie-Blanque no hay táctica. Aquí cada uno pone su ritmo y busca con la mirada el final de sus largas rectas entre árboles frondosos, deseando acabarlo cuanto antes. Es un puerto que te asfixia con su humedad. Apenas circula el aire.  Por suerte, el día aún no está siendo muy caluroso.

Enrique Sevilla en la cima de Marie-Blanque en la Quebrantahuesos 2019

Con el 35 de plato y 33 de corona grande, se puede decir que subo “cómodo”.  Casi nueve kilómetros de ascenso que culminan en una pequeña explanada donde se colocan muchos familiares de los participantes. Hace años el gentío te hacía sentirte un grande del Tour. Pero desde hace cinco años, la prohibición del tráfico de coches en Portalet hasta las 18:00h, hace que muchos de los que antes iban a ver el paso de la megamarcha cicloturista hayan dejado de hacerlo.

Ciclistas disfrutando de la CUPRA Challenge Quebrantahuesos 2019

El último kilómetro del puerto me resiento un poco en los femorales. Empiezo a sentir el preámbulo de calambres. Hace calor y no estoy bebiendo lo suficiente. Lo mejor es no forzar y dejarme llevar un ritmo cómodo hasta meta. El objetivo es acabarla. Sin más.

De nuevo, foto en el cartel del puerto, comer una barrita, cerrar el chaleco y para abajo. El primer tramo de la bajada es de pedaleo. Muy suave al principio, pero después llegas a una zona de curvas en las que sí que me hubiera gustado probar el Cupra Ateca. Llegada al avituallamiento del km 103. Aquello ya no es una batalla campal como en otras ediciones. Las bicis se quedan fuera de las mesas donde se coloca la comida, para evitar así la aglomeración de gente y que te claven un manillar por la espalda para coger una pieza de fruta, engullirla sin masticar y salir corriendo. Unas lonas en el suelo, en las que no se puede pisar con la bici, permiten que puedas andar cómodamente por las mesas.

La peor noticia se confirma: ya no hay sándwiches de Nocilla. Eso sí, me llama la atención la mesa con “Avituallamiento para celiacos”.

Enrique Sevilla disfrutando de la Quebrantahuesos 2019

Un plátano, dos vasos de Coca-Cola, y un sándwich más tarde, arranco de nuevo con el bidón lleno de agua para la bajada rápida que te lleva hasta una zona de llanos donde lo mejor es volver a buscar el abrigo de una buena grupeta. 

Tras atravesar un pueblo típico francés arranca la subida de Portalet: 27km de ascensión. Todo un mundo. Los calambres amagando en el femoral diciéndome: “Chavalote, que estamos aquí. No te pases ni un pelo que descargamos”.

El puerto es muuuuy largo. Más vale que regule para no tener problemas. Atravieso el pueblo de Artueste, que te teletransporta a la segunda guerra mundial. Parece anclado en el tiempo.  Casas grises típicas del pirineo francés, sin nadie en la calle para animar. Imagen que contrasta con otros años, donde al paso, los foráneos animan a los ciclistas con su clásico: “Allez, allez !!”.

Dura subida en la Quebrantahuesos 2019

La verdad es que la Quebrantahuesos ha perdido mucho ambiente con el cierre del tráfico en la zona española hasta las 18:00h. A favor, he de decir, que la seguridad ha subido muchísimo al eliminar, casi por completo, la posibilidad de encontrarte un coche circulando en la prueba. Cosa que no pasa en Francia, donde algunos acompañantes de los ciclistas suben con su coche adelantando a los participantes. Me encuentro con caras conocidas en la subida que vienen y van. Al menos se hace más entretenido mantener la cadencia.

El primer tramo del puerto se hace entre arboles hasta superar un embalse, donde te da un respiro con un tramo llano, pero luego empiezas a salir a una zona más desolada, desde la que puedes intuir el final de la subida: Nueve kilómetros al sol, que ya empieza a estar en lo más alto. Luego se pasan unas galerías que te resguardan durante unos instantes: apenas quedan 3 kilómetros para el alto. Alguna pareja y dos familias desperdigadas en la cuneta animan nuestro esfuerzo. Tan solo en los últimos 300 metros de la subida, recuerda a lo que se vivía en años anteriores. Un pasillo humano animando y jaleando: “¡Venga que ya acabas!”. Ánimos que reciben desde el primero al último por muchas horas que hayan pasado.

Fugitive Sevilla en la Quebrantahuesos 2019

Foto en lo alto para guardarla por siempre en el recuerdo, y para abajo. Esta vez sin necesidad de ponerme chaleco, ni manguitos. Ahora ya sobra todo. 

Descenso a gran velocidad. Curvas suaves que se hacen sin tocar el freno. Descanso para las piernas antes de afrontar la guinda del pastel: La Hoz de Jaca. Apenas 2 km de subida, pero con rampas de más del 15%. Giro a la izquierda y cambio a una carretera más incómoda, con peor asfalto y estrecha.  Se bordea el Embalse de Bubal. Toca retorcerse en las rampas de cemento, pegado a una pared de piedra con unas vistas impresionantes a la derecha. Los últimos 200 metros ya se hacen con un asfalto nuevo. Parece que rodamos en una alfombra para entrar en el pueblo de Hoz de Jaca, donde una pancarta bajo un arco de meta te da la bienvenida.

Aquí si se respira el ambiente Quebrantahuesos de antaño. Mucha gente en las calles. Niños y mayores dan botellas de agua al que la pide. Hoz de Jaca es una fiesta del ciclismo. A posteriori, me comentaron que, desde la nueva organización, se había planteado eliminarlo del recorrido para hacer bajada directa de Portalet a Sabiñanigo. Pero el pueblo había mostrado mucho interés en seguir queriendo formar parte de este evento que durante un fin de semana al año pone a la Hoz de Jaca en el mapa.

Empiezo la bajada, en la que hay que poner los cinco sentidos. La carretera sigue siendo incómoda, estrecha y con algunas curvas de 180º enlazadas. En esta edición hay colchonetas en las paredes de piedra donde en años anteriores alguno se hizo “un recto”. Si bien es cierto que la bajada puede resultar peligrosa, si lo haces con precaución no deberías tener problemas. Y menos con frenos de discos.  Otra cosa seria con el asfalto húmedo. Tal vez, por evitar ese peligro, se ha hablado de eliminar la Subida de Hoz de Jaca de la Quebrantahuesos. A mi parecer sería un error pues es, con diferencia, el pueblo que más ambiente le aporta a la prueba. Y le da ese toque de heroico tras 178 kilómetros de pedaleo.

“Algo más de 20 kilómetros hasta la meta, y ya todo es bajada”. Te dirá algún listillo. Pues como no des pedales, te quedas en el sitio. Si es cierto que es favorable, pero es una bajada de pedaleo y, de nuevo, buscarse un grupo. Este año con más motivo por el aire de cara que pegaba.

CUPRA Ateca como coche de asistencia a los ciclistas de la Quebrantahuesos 2019

Ultima trampa antes de entrar en Sabiñanigo: una subidita en la que pasas por encima de la carretera nacional para luego hacer un descenso a la entrada sur del pueblo. Una última curva peligrosa y un kilómetro a meta. Y digo curva peligrosa, porque lo es. Mucha pendiente de bajada, con algún bache en plena curva. Estuvo a punto de darme el susto, al ya ir relajado de cara a meta, con todos los deberes hechos, pensando ya en la cerveza fresquita que me iba a tomar. Y no fui el único al que le paso. Alguno de los que venía después, besó el suelo, y así ha pasado otros años. Cuando más relajado vas, con la guardia baja, te pueden pasar estas cosas. En la Quebrantahuesos hasta que no cruzas la línea de meta, no puedes cantar victoria… o “finisher”.

Prueba superada

La satisfacción del deber cumplido es plena. Completar la Quebrantahuesos, aunque hayas tenido la experiencia de otros años, no es garantía de acabarla con éxito. La climatología, una avería o una caída por tonta que sea, podía truncar la CUPRA Challenge.

Ciclistas disfrutando de la Quebrantahuesos 2019

Cruzar el arco de meta, es liberar la tensión de todo el fin de semana: ¡Prueba superada! Me dirijo a las carpas de la Feria para recoger mi diploma y la medalla de “finisher”. Por primera vez me la llevo con el tiempo grabado en el reverso: 7h 17m 38s. Oro en mi categoría. Muy lejos de los 5h:43m:40s del primero en cruzar la meta, pero mucho antes que el ultimo en cruzar la meta varias horas después.

Servicio de fisioterapia para los miembros de la CUPRA Challenge Quebrantahuesos 2019

Regreso al Hotel en Biescas. Piscinazo y a recuperar el cuerpo en el Spa del hotel. Y luego, para rematar la recuperación, el equipo de CUPRA, puso a nuestra disposición un fisioterapeuta para darnos un masaje.

Posteriormente, con las piernas algo recuperadas, cenamos todos juntos comentando anécdotas y experiencias vividas durante toda la jornada. Uno de los compañeros del CUPRA Challenge nos cuenta su experiencia rodando en cabeza. Al final, disfrutamos de una tertulia muy agradable hasta bien entrada la media noche.

Así ha sido nuestra CUPRA Challenge en la Quebrantahuesos 2019. Un fin de semana de sensaciones CUPRA, en la que Maillot Mag estuvo allí para contar toda la experiencia.

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