Imparable, sin duda este es el mejor adjetivo para definir cómo va la Terra. Cuando vas por carretera tienes que mirar el neumático para asegurarte que no estás encima de una bici de carretera, y cuando vas por montaña tienes que mirar de nuevo para comprobar que no estás dando pedales sobre una Mountain Bike rígida.
Estoy seguro que para muchos de vosotros, dependiendo de la zona donde viváis, con una Terra y dos juegos de ruedas, os valdrá como bici única. Una pasada. A mí al menos así me ha valido durante el mes que la he podido exprimir.
En carretera la transmisión de la pedalada es brutal y sólo se ve comprometida por unos neumáticos que presentan una versatilidad sobresaliente pero que en asfalto, de no ser que los lleves súper altos de presión, notarás que ‘flanean’. Eso sí, en asfalto roto y en descensos rápidos, la Terra te lleva hasta unos límites que difícilmente puedes llegar con tu bici de carretera.
Es estable, te da sensación de confianza y trazas por donde quieres en parte a la enorme rigidez del conjunto horquilla-eje pasante. La posición es bastante cómoda, incluso con la potencia de 110 mm con la que viene la talla M. Yo que tengo mucha ‘herencia’ Mountain Bike la puse con la angulación positiva y arriba del todo, pero si quieres ir más racing no tienes más que darle la vuelta o quitar algunos espaciadores. En ese caso notas que vas más erguido que en una bici de carretera pero no tanto como en una MTB. El feeling es de carretera, pero mucho más cómodo.

Lo curioso de esto, es que durante las semanas de prueba pude hacer salidas muy largas de carretera con tramos de pista e incluso “singletracks”, pero sobre todo en asfalto. La comodidad, la seguridad y la excelente transmisión de la pedalada, hace que en muchas ocasiones prefieras la Terra a tu bici de carretera. Porque si viene una pista te podrás meter por ella y no tendrás problema de afrontar descensos complicados por los frenos de disco y su veloz paso por curva. Todo son ventajas.
Y si en carretera te diviertes porque vas cómodo, seguro y deprisa, en las pistas de tierra pasa lo mismo, pero con una sonrisa aún mayor. Rodar por zonas de pista a medias de 25 km/h, por donde con tu Mountain Bike vas bastante más despacio, es todo un espectáculo para tus sensaciones. En este sentido el diseño del cuadro es básico para sentir esa absorción de horquilla, tubo diagonal y tirantes, que hacen que el terreno pedregoso y bacheado, sea mucho más amable con tu trasero de lo que esperas.
Donde encuentras el límite de la Terra es en zonas de montaña más puras y trialeras. Aquí la horquilla limita, las ruedas también y los desarrollos más. En muchos momentos tienes que bajarte y cargar la bici al hombro. La Terra está claro que no es una MTB. Aunque si sólo ruedas por pistas anchas, senderos en buen estado y zonas no muy técnicas, no tendrás que bajarte demasiado.
Otro tema es el del desarrollo. Con 11-36 detrás y un 40 delante es ideal para pista de tierra, pero en carretera se te quedará corto, sobre todo en descensos y rodando fuerte en llano. Además, en zonas de montaña con mucho porcentaje te costará moverlo si no llevas mucha cadencia.
Pero esos son los pros y los contras de un sistema de plato único. Si combinas la pista y la carretera en un 50% puedes usar el plato del 40 que viene de serie o irte a un 42 si te falta potencia o a un 38 si quieres más cadencia subiendo. Como sabéis, se cambia en un momento.