Test: Ducati e-Scrambler
Para una ciudad divertida y diferente
“Hay una Ducati en la oficina… y no es vuestra”; Así fue el mensaje que envié a mis compañeros de Moto1Pro después de recoger la Ducati e-Scrambler en las instalaciones de la marca italiana en Madrid (Ducati Madrid). Unas instalaciones, que son algo más que unas oficinas o una tienda. Son un auténtico museo de arte moderno para aficionados… a las cosas que molan.
De allí, me fui con una Ducati pero, eso sí, con motor Shimano. Una Ducati, para disfrutar de la ciudad, pero con 250 W de potencia y con corte del motor a 25 km/h. Es decir, me fui con una e-bike. Pero no una e-bike cualquiera, porque la Ducati e-Scrambler tiene un diseño que empezó a llamar la atención desde el momento en el que la subí al portabicicletas del coche hasta el momento en el que me di la primera vuelta por el centro de mi ciudad.
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Ducati ha buscado que la Ducati e-Scrambler sea casi un modelo más dentro de la familia, casi marca, de Ducati. De hecho, si entras en la web de Ducati Scrambler, la e-Scrambler comparte escaparate de tú a tú con modelos como la Scrambler Icon Dark, la Scrambler Tangerine Icon, la Scrambler Cafe Racer, la Scrambler Sixty2, la Scrambler Desert Sled o la espectacular Full Throttle. Todas motos. Precisamente en la Scrambler Full Throttle se inspira la Ducati e-Scrambler. Y no solo porque comparten la decoración basada en el amarillo y el negro. Los neumáticos o la horquilla de 100 mm de la e-Scrambler también le dan ese toque entre deportivo y vintage de la Scrambler Full Throttle.