Texto: Luis Miguel Del Cerro / Fotos: Mariano Herranz (acción: J. Daniel Hernández)
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“Hay una Ducati en la oficina… y no es vuestra”; Así fue el mensaje que envié a mis compañeros de Moto1Pro después de recoger la Ducati e-Scrambler en las instalaciones de la marca italiana en Madrid (Ducati Madrid). Unas instalaciones, que son algo más que unas oficinas o una tienda. Son un auténtico museo de arte moderno para aficionados… a las cosas que molan.
De allí, me fui con una Ducati pero, eso sí, con motor Shimano. Una Ducati, para disfrutar de la ciudad, pero con 250 W de potencia y con corte del motor a 25 km/h. Es decir, me fui con una e-bike. Pero no una e-bike cualquiera, porque la Ducati e-Scrambler tiene un diseño que empezó a llamar la atención desde el momento en el que la subí al portabicicletas del coche hasta el momento en el que me di la primera vuelta por el centro de mi ciudad.
Ducati ha buscado que la Ducati e-Scrambler sea casi un modelo más dentro de la familia, casi marca, de Ducati. De hecho, si entras en la web de Ducati Scrambler, la e-Scrambler comparte escaparate de tú a tú con modelos como la Scrambler Icon Dark, la Scrambler Tangerine Icon, la Scrambler Cafe Racer, la Scrambler Sixty2, la Scrambler Desert Sled o la espectacular Full Throttle. Todas motos. Precisamente en la Scrambler Full Throttle se inspira la Ducati e-Scrambler. Y no solo porque comparten la decoración basada en el amarillo y el negro. Los neumáticos o la horquilla de 100 mm de la e-Scrambler también le dan ese toque entre deportivo y vintage de la Scrambler Full Throttle.
Si te parece que meter una e-bike urbana en el catálogo de una marca de motos “por la directa” es algo que se sale de lo común ¿qué te parece si te digo que la Ducati e-Scrambler monta neumáticos Pirelli 27’5” y un ancho de 2,35”? ¿Y si además te cuento que tiene tija telescópica? ¿Y qué me dices de la horquilla Suntour de 100 mm de recorrido? ¿Y de los frenos SRAM Guide y el manillar de 760 mm de ancho? Seguro que me dirás que eso no encaja en una bici urbana. Y te tengo que dar la razón.
Ya os avisé: esta e-Scrambler se inspira en la Ducati Scrambler Full Throttle. Y la Full Throttle es una moto que vive en el asfalto e incluso es muy utilizada en la ciudad… pero se inspira en las míticas motos clásicas de flat track.
Algo parecido le pasa a esta e-Scrambler. Es la inspiración de una inspiración… y eso hace que no sea fácil de encajar en una categoría específica. Entonces ¿qué es la e-Scrambler? Pues es fácil, es una bici que mola, que mola mucho. Es divertida, es diferente y te permite moverte por la ciudad con un toque de distinción y deportividad que pocas marcas pueden conseguir. Pero, si alguien podía conseguirlo, era Ducati.
Y tiene mucho mérito lo que han hecho los italianos. Porque estamos acostumbrados a que cuando una marca de motos o de coches se mete “en el negocio” del ciclismo hagan un mero ejercicio de estilo o se limiten a crear bicis que acompañen en el garaje a los vehículos que venden (eso sí, con precio premium).
Ducati ha creado una bici distinta y que refleja el espíritu de la marca, pero que además he usado con auténtico deleite durante un par de semanas. Una bici de verdad, con la que me he divertido y de la que, por qué no reconocerlo, he presumido mucho. Y que conste que la crisis de los cuarenta la pasé a los treinta.
Y es que firmas italianas como Ducati no están por la labor de dilapidar su marca. De hecho, son marcas que respetan su legado al máximo porque, además, es parte esencial de su valor. ¿Me he sentido diferente por llevar una bici Ducati? Pues hombre, un poquito sí. No puedo evitar pensar que un trocito de la historia de la marca italiana sí que he disfrutado durante unos días.
Para las e-bikes, Ducati ha arrancado con una alianza que le permite ofrecer productos de calidad, pero dándoles su propio “toque”, su sello ducatista. Y no le ha hecho falta irse fuera de Italia para encontrar un socio como Thok para la producción de sus bicis eléctricas.
Lo cierto es que la Ducati e-Scrambler “huele” a calidad y buen hacer por todos lados. Desde la manufactura general del cuadro hasta la calidad de elementos como el portabultos, la iluminación (espectacular el faro trasero) o el guardabarros… Queda claro que es una bici bien pensada y bien hecha.
El manillar hiper largo, la horquilla de 100 mm, los neumáticos con dibujo “moto” y 2.35 de ancho, la geometría larga… Cuando te subes en la Ducati e-Scrambler tienes una sensación muy distinta de la que sientes cuando te subes en una bici urbana normal o yo diría que incluso en otras muchas bicis. No es la sensación de “vamos a movernos por la ciudad de forma sostenible y práctica” sino la de “esto va a ser la leche”.
La sensación final y real no es tan exagerada. A fin de cuentas, es una bicicleta y si ya has probado unas cuantas e-bikes es difícil sorprenderte, aunque para el neófito esta Ducati e-Scrambler sí que puede suponer un chute de emociones inicial. Tras las primeras pedaladas, a mí me recuerda más a una e-bike de montaña.
A estas “sensaciones e-MTB” contribuyen la geometría y todos los elementos comentados antes (manillar ancho, horquilla, etc) pero, sobre todo, el Shimano STEPS E7000. Este motor es casi un desconocido para la mayoría de los e-bikers de nuestro país. Shimano es un fabricante que tiene en su catálogo cuatro “motorizaciones” o sistemas disponibles en su catálogo STEPS. El E7000 ha estado durante unos años por debajo del STEPS E8000 y ahora por debajo del nuevo Shimano EP8. Los compañeros de MTBpro han podido probarlo hace poco en una Cannondale Moterra 5 y les sorprendió muy gratamente. Silencioso, con una autonomía correcta, 60 Nm de par y un precio más competitivo. No entendemos como hasta ahora no se ha utilizado mucho más por parte de los fabricantes.
En la Ducati e-Scrambler se muestra como un sistema “jugón” con buenas reacciones y un empuje más que suficiente. Ir con el modo “Boost” por la ciudad con esta bici es una experiencia muy divertida. La postura no es tan cómoda y confortable como en otras bicis urbanas, pero también nos permite acelerar y salir de los semáforos como si fuera una salida de copa del mundo de XCO o divertirnos en algunos giros cerrados. Además, si vamos un poco al límite, los frenos SRAM Guide T de cuatro pistones y discos de 203 mm aportan un plus de seguridad.
Los neumáticos también juegan un gran papel. Cuando te subes en la Ducati e-Scrambler y miras el neumático desde arriba parece que vas sobre un Vespino o una Derbi Variant de los ochenta. Y eso te da un plus de seguridad cuando tienes o quieres ir con prisa. Eso sí, estos neumáticos también suponen una limitación. Y es que si salimos del asfalto quedan fuera de combate.
Por diseño, geometría y equipamiento la e-Scrambler puede enfrentarse a caminos sencillos, pistas de grava o incluso algún sendero ocasional. Y esto la hace también una bici adecuada para dar un paseo en fin de semana o para trayectos interurbanos. Pero, los Pirelli Cycl-e GT no son los mejores compañeros para esta aventura. Si quieres darle un toque de versatilidad a la Ducati e-Scrambler te tocará cambiar neumáticos.
Un último detalle interesante para una e-bike urbana es la integración que ha hecho Ducati de la “pata de cabra”, un elemento que desapareció completamente de las bicis pero que en una e-bike urbana de más de 20 kg cobra mucho sentido, ya que arriesgarse a dejarla simplemente apoyada en algún sitio es comprar papeletas para que acabe en el suelo.
Diversión, mucha diversión. Pero también distinción y originalidad. La Ducati e-Scrambler no es una bicicleta urbana de manual, pero es una bici con la que ser feliz por la ciudad. Sobre todo, si quieres convertir los trayectos diarios en algo más que ir del punto A al punto B.
Insistimos, Ducati no es una marca de bicicletas, pero tampoco se ha limitado (como otros fabricantes de automoción) a ofrecer una bicicleta (eléctrica o convencional) que sea un mero ejercicio de diseño, con poca funcionalidad y un precio desorbitado. Ducati tiene 4 e-bikes en su catálogo, 3 de montaña y ésta e-Scrambler para ciudad. Y todas ellas muy a tener en cuenta y con precios bastante razonables.
Ducati e-Scrambler – 3.699 €
Detalles de la bici
Con sus 100 mm de recorrido y funcionamiento basado en aire y muelle, la Suntour XCR 34 nos da un plus de seguridad en cualquier situación, pero también le añade un punto de versatilidad a la bici permitiendo meterse en algún “lío” más allá de las zonas asfaltadas.
Además, en la Ducati e-Scrambler la integración de la horquilla con el guardabarros es perfecta: con el espacio justo para ser eficaz (y muy estético) y sin ruidos molestos.
Ya lo hemos dicho en otros test: la gama STEPS de Shimano está desaprovechada. Sistemas como el E7000, el E6100 o incluso el E5000 merecen un mayor protagonismo en las gamas de los fabricantes. Hay mucha vida más allá del ya “antiguo” E8000 o el nuevo Shimano EP8.
En la Ducati e-Scrambler el Shimano STEPS E7000 aporta potencia y buenas sensaciones y con la batería de 504 Wh será difícil que nos quedemos “tirados” en un entorno urbano. También ofrece prestaciones y autonomía de sobra para salir de la ciudad y hacer excursiones sencillas o trayectos interurbanos.
El faro delantero Axendo de Spanninga es perfecto para movernos por la ciudad. Tiene potencia y un haz de mucha calidad. El único problema es su posición sobre el manillar. Está demasiado expuesto a caídas, enganchones o vandalismo.
Todo lo contrario ocurre con la luz de posición trasera que es un prodigio de integración y da más potencia de lo que podríamos esperar de su tamaño.
Los SRAM Guide T de cuatro pistones son unos frenos diseñados para bicis de MTB de trail y enduro. La Ducati e-Scrambler no está diseñada para bajar por trialeras pero pesa algo menos de 23 kg y nos invita a llevar un ritmo elevado y un estilo de conducción ágil. Por tanto, los Guide T son una garantía de potencia y control. Además, esto se transmite desde el primer momento en que toca frenar y aporta un plus de seguridad que pronto se convierte en un plus de diversión.
Se trata de un portabultos pequeño, lo justo para poder enganchar la mayoría de las bolsas laterales de ciudad, pero bien integrado y muy robusto. Además, es el anclaje perfecto para los guardabarros traseros.
Es probablemente el detalle más desconcertante de la bici. Y debemos reconocer que no acabamos de reconocerle una utilidad fundamental. La ciudad no es el entorno en el que nos veríamos bajando la tija para ganar más seguridad o estabilidad en algunas situaciones.
Por otro lado, podría tener sentido si compartimos la bici con una persona de talla similar y queremos tener una forma de “ajustar” la altura del sillón de forma rápida, pero tampoco es lo mejor desde el punto de vista técnico. A pesar de darle muchas vueltas, nos parece que la tija telescópica KS sólo aporta peso y precio en esta Ducati e-Scrambler.
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