Gravel en Costa da Morte

Galicia es un destino perfecto para el Gravel. Sus gentes, su patrimonio cultural y natural, junto con su gastronomía, garantizan el éxito de una aventura como esta. Por otro lado, los compañeros de viaje son fundamentales, el principal ingrediente desde mi punto de vista. En esta ocasión pudimos disfrutar de un quinteto de lujo:

Marc Gasch es nuestro líder espiritual, uno de los gurús europeos del Gravel, un fan del minimalismo a la hora de preparar el material de viaje, el hombre orquesta que soluciona cualquier problema técnico, logístico, además de hacer magia con sus cámaras y su “spy dron” o “jaivota” en el argot marinero.

Pablo Castro es mi compañero de trabajo en Sherpa Project, con una capacidad para leer y entender el territorio y diseñar un itinerario ciclista que nunca defrauda. Con una habilidad natural para montar en bici, su relación con el modelo “Xploro” de 3T, fue amor a primera vista y costó convencerle de que había que devolverla al final de nuestro viaje.

Juan Otero es el responsable de marketing de Bikemotiv, distribuidor de 3T en España y de otras marcas, donde ROTOR components destaca por encima de las demás. Buena gente donde las haya, el compañero perfecto que se amolda a cualquier situación. La única pega es que en casa le costó un disgusto por no compartir este viaje, pero eso es otra historia.

Lorenzo Lorenzo, amigo personal de Marc, alias Pazos para los amigos (esto solo lo entenderéis si veis la película española titulada “Airbag”). Una pieza fundamental para marcar el ritmo del viaje, siempre con una sonrisa, amigo de la buena comida. Al acabar cada día, si Lorenzo estaba contento, era suficiente para saber que el viaje iba por el buen camino.

Guti Martín, un servidor. Disfruto de las oportunidades que está dando la vida y trabajo en lo que me gusta. Inquieto, creativo, con ganas de hacer cosas nuevas y exprimir las posibilidades del mundo de las dos ruedas vinculadas al turismo.

Si a esto le sumamos, la selección de alojamientos singulares que podríamos disfrutar cada día (gracias a mi amigo Ignacio Fernández por las gestiones) y una meteorología fuera de lo común para esta época del año, solo quedaba meter el plato en el fuego y que se fuera cocinando poco a poco.