Desbaratados los mitos acerca de los estiramientos es hora de ponerse manos (y piernas) a la obra. Qué partes de nuestro cuerpo estirar y sobre todo cómo hacerlo. Estos son los consejos que deberemos tener en cuenta.
Ahora veamos con Bea, nuestra experta de Biofisio, cuáles son los estiramientos más adecuados a la práctica del ciclismo y cómo realizarlos, así como sus efectos.
Son los músculos epicondíleos, que se sobrecargan en subidas, donde debemos estar constantemente tirando del manillar hacia arriba.
Nos ayuda a mantener la posición racing en la bici, soporta el peso de nuestro cuerpo.
Músculo elevador de la escápula, trapecio superior y escalenos, muy solicitados tanto en terrenos irregulares como para mantener la extensión cervical y poder mirar al frente.
El pectoral mayor también mantendrá el peso del cuerpo y evitará que nos desplomemos sobre el manillar: el bíceps braquial y el braquial anterior trabajarán para tirar del manillar hacia arriba.
Fundamentales para al estática de la espalda.
El músculo encargado de ejercer la fuerza durante la pedalada.
Estabilizador de la columna dorsal, muy solicitado en subidas prolongadas y con bastante desnivel.
Encargados de llevar una buena posición de la columna y de dar agilidad al tronco.
Además de dar agilidad al tronco, son muy utilizados en el pedaleo de pie.
Se encuentra en posición de tensión mantenida en el ciclismo, cualquier contractura o desequilibrio acabará por lesionarnos.
Encargados junto con el cuádriceps en imprimir fuerza a nuestra pedalada.
Estiramiento de la cadena posterior, donde los isquios y gemelos ayudan a la pedalada y además, por la posición de sentado, están muy acortados.
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