Cinco infraestructuras ciclistas que te van a dejar sin aliento

Si eres un amante del ciclismo urbano, seguramente cuando veas una infraestructura bien hecha no puedes evitar pararte a observarla. Y hablamos de un carril bici decente, un puente para ciclistas o un pequeño parking para bicicletas.
En este artículo hablamos de infraestructuras ciclistas que van más allá, de esas que no solo vas a querer observarlas, si no que vas a desear pararte, fotografiarlas y estudiarlas. Porque no, no son normales, te dejan sin aliento.

Es más habitual encontrar este tipo de infraestructuras en países donde el ciclismo urbano está más arraigado, como Holanda, Dinamarca o Bélgica. En España es complicado y, por eso, cuando viajamos a otros países y vemos este tipo de infraestructuras no nos lo podemos creer. No nos podemos imaginar que existan estas maravillas cuando aquí tenemos que pelearnos para que se construya un pequeñísimo carril bici.
Parking de bicicletas futurista
Holanda es un paraíso ciclista, a estas alturas todos lo sabemos. Lo que no podíamos imaginarnos es que en la Haya, una ciudad al oeste de los Países Bajos, donde se encuentra la sede del gobierno, hubiese un parking para bicicletas así de maravilloso. Está situado justo enfrente de la estación de tren y adentrarte en él es una experiencia muy similar a la de ir a un museo.
Los aparcamientos situados en el subsuelo habitualmente son desagradables, oscuros, con techos bajos y hay mucha humedad. Este cuenta con unos techos altísimos, una luminosidad excepcional y espacio para alrededor de 8.000 bicicletas.
Las señalizaciones son otra de las cosas que llaman la atención. Son inteligentes y superan en modernidad a la mayoría de parkings de coches. También destaca pared, construida a base de vidrio sobre el que se dibujan los monumentos más importantes de La Haya. Y, además, las primeras 24 horas es gratuito.
La rotonda colgante
Esta maravillosa infraestructura ciclista también está en Holanda. Es un puente colgante para ciclistas y peatones en forma circular, el único que existe en el mundo con estas características. Si lo observas de lejos parece un platillo volante. Está ubicado entre las localidades de Eindhoven, Veldhoven y Meerhoven.
Su construcción duró un año, se inauguró en junio de 2012. Como curiosidad, a los pocos meses de su apertura tuvo que cerrarse temporalmente porque los cables en suspensión, tiene 24, vibraban demasiado por el viento. Está hecho de acero, tiene 70 metros de altura y la cubierta tiene 72 metros de diámetro. Por debajo de este puente pasa una de las carreteras más importantes y con mayor tráfico del país.
Puente ciclista en forma de serpiente
Esta infraestructura está situada en Copenague, Dinamarca, otra de las mejores ciudades europeas para el ciclismo urbano. Llama la atención su forma serpenteante a lo largo del centro comercial Fisketorvet y, además, sobre el agua. Surgió para hacer más seguro y rápido el desplazamiento de ciclistas urbanos en esta zona de Copenague, que suele ser bastante conflictiva.
Es un puente que se eleva sobre los ocho metros para para evitar que ciclistas compartan espacio con coches y peatones. Tiene una longitud de 100 metros y recibe diariamente a unos 12.500 ciclistas. Otra infraestructura que se convierte en un ejemplo a seguir para numerosos países, ¿no os entran ganas de pedalear sobre el agua?
Puente entre agua
Este es, sin lugar a dudas, el puente que más nos ha sorprendido. Está situado en Limburgo, Bélgica, y atraviesa un lago de la Reserva Natural De Wijers.
La sensación de pedalear por aquí es indescriptible. Está construido por debajo del nivel del agua, de tal manera que el ciclista tenga a la altura de sus ojos el agua. Está hecho con hormigón, con una altura de 1,5 metros. No es muy profundo, lo que permite a los animales que viven en el lago moverse libremente a un lado y otro del túnel.
Se inauguró en 2016 y desde ese momento no ha dejado de llenarse de curiosos que querían saber qué se siente al moverte en bicicleta al lado, literalmente, del agua. A diario unas 800 personas suelen circular por aquí. ¿Quién se anima a recorrer esta Reserva Natural en bicicleta?
Por encima de los árboles
¿Te imaginas ir en bicicleta sobre árboles? Esto es posible en Bosland, el bosque más grande de la región de Flandes, en Bélgica. Con un diámetro de perímetro y cien de diámetro, este anillo tiene como objetivo ofrecer al ciclista una visión diferente del bosque y los árboles. El punto más alto está a una altura de nueve metros, lo que permite la perfecta integración en el entorno y, lo que es aún más interesante, observar desde diferentes alturas un bosque.
No es un carril bici pensado para ir de un punto A a un punto B, si no para disfrutar de una experiencia ciclista diferente. Para garantizar la seguridad y permitir que tanto ciclistas experimentados como aquellos amateurs o incluso niños puedan circular sin preocupaciones, el carril bici es unidireccional.
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