Primeras pedaladas en Zona Zero Road, 31 rutas por el Pirineo

Zona Zero Road: 31 rutas para todos los niveles

Este fin de semana comenzó con la presentación oficial de Zona Zero Road… 31 rutas ciclistas para todos los niveles que recorren algunos de los parajes más bonitos del Pirineo (cosa que comprobamos al día siguiente) y puertos míticos del Tour de Francia. Gracias al acuerdo alcanzado con los alcaldes de los valles franceses de Louron y Aure, encabezados por Saint-Lary-Soulan, ciudad hermanada con Boltaña y famosa por su estación de esquí, algunas de estas rutas permiten subir puertos míticos del Tour de Francia como el col de Peyresourde, col d´Aspin, Tourmalet, col d’Azet o el col de Portet, que será una de las grandes novedades de la edición 2018 y cuya cima no se encuentra (todavía) asfaltada. De hecho los rumores apuntan a que el tramo final seguirá siendo de tierra como pasa en la llegada al Colle delle Finestre en el Giro de Italia.

Pero no sólo de picos franceses vive el ciclista. No hay que olvidar que en esta zona de Huesca encontramos otros puertos de gran dureza, impresionante paisaje y garantía de diversión como Serrablo, Cotefablo, o las carreteras que recorren los valles de Añisclo, Ordesa, Chistau y Pineta… Todo ello aderezado con las vistas al Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, el Parque Natural Posets-Maladeta y el Parque Natural de la Sierra y los Cañones de Guara.

La comarca del Sobrarbe es una de las mejores regiones de España para practicar ciclismo. Lo que a priori ha sido un impedimento para el desarrollo de la zona, como es su baja densidad de población, se ha convertido en un reclamo turístico para quien quiere recorrer carreteras sin apenas tráfico y visitar pequeños pueblos, algunos de ellos abandonados por el fallido intento de construir el embalse de Jánovas.

Otro de los puntos que lo convierte en un destino interesante y que seguramente la mayor parte de la gente desconozca es que, pese a estar en el Pirineo y los Parques Naturales que rodean la zona, el buen tiempo es predominante, con 322 días de sol de media al año, por lo que se puede pedalear durante, prácticamente, todo el año.

Todo ello, junto al impulso que ha supuesto la aparición de entidades como Zona Zero, hacen que el ciclista y otros amantes de los deportes de montaña y al aire libre encuentren en pueblos como Boltaña, Ainsa, Fiscal, etc. el lugar ideal en el que dar rienda suelta a su pasión.

Las 31 rutas que ofrece Zona Zero Road se dividen en 13 rutas base y 18 variantes, de las cuales la mayoría se pueden considerar como rutas completamente independientes, de entre 30 y 190 km para adaptarse, al igual que ocurre con sus desniveles, a las necesidades, exigencias y estados de forma de los ciclistas.

La forma de indicar estas rutas sigue el mismo patrón que las de Zona Zero de Enduro, es decir, Azul, Roja, Roja+ y Negra, en función de la distancia y el desnivel. De las 13 rutas base, dos son azules, 4 rojas (una de ellas en Francia), 3 rojas+ y 4 negras (dos de ellas en Francia).

Aunque estas rutas están diseñadas de forma circular, el punto de origen y final de las mismas es sugerido, por lo que se pueden comenzar en cualquier punto de la ruta en la que haya un establecimiento Zona Zero-Bikefriendly.

Recorriendo el Sobrarbe por carreteras sin tráfico

Así pues el sábado por la mañana, después de un buen desayuno para coger fuerzas (y que incluía detalles que los ciclistas agradecen y que no siempre se encuentran en los hoteles como muesli, avena o frutos secos…) nos dispusimos a recorrer las carreteras que discurren por el Cañón de Añisclo hasta Fanlo, a casi 1.380 m después de haber remontado desde los 537 m a los que se encuentra Boltaña y haber pasado también por pueblos tan pequeños como Buerba o Vio. Una pequeña toma de contacto de todo lo que Zona Zero Road puede aportar al ciclista.

La jornada continuó con una comida en Fiscal que cualquier ciclista agradece para terminar con la vuelta a Boltaña justo cuando empezaba a ponerse el sol. Lo bueno de los establecimientos asociados es que facilitan mucho la vida al ciclista, por lo que quien después de comer ya no quiso coger la bicicleta, pudo alargar un poco más la sobremesa para volver en las furgonetas de la organización.

Muy pocos fuimos los valientes nos atrevimos con los poco más de 20 km que separan ambas poblaciones, que aunque contaba con un perfil descendente, tenía la pequeña trampa de la subida al Mirador de Jánovas. Aunque el ritmo que llevamos fue endiablado, pudimos gozar de la belleza del paisaje que ofrece el cañón del río Ara, afluente del Cinca y uno de los pocos ríos vírgenes (sin presas ni saltos de agua artificiales) que quedan en el Pirineo.

Por la tarde, con el sol ya puesto, un poco más de presentación del proyecto de Zona Zero y Bikefriendly y un rato de disfrute del spa del hotel, una gozada y una maravilla para poder recuperar las piernas después del esfuerzo realizado. Como es habitual en estas presentaciones, la camaradería es la nota predominante, las cenas son distendidas y se comentan los pormenores de la jornada. Los grupos de montaña cambian impresiones con los de carretera y todos coinciden en la majestuosidad de esta parte del Pirineo y de las grandes posibilidades que ofrece.

También, como es habitual, la cena se excede un poco más, a lo que se une otra sorpresa que nos tenía preparada la organización en modo de concierto, un buen rato de disfrute y risas que, en algunos casos, se prolonga hasta altas horas. Aunque también toca ser responsables, que el domingo toca volver a coger la bici y seguir reconociendo la zona. En mi caso cambié de modalidad y aproveché para reconocer algunos tramos de la iniciativa Tracks Zona Zero, una versión más asequible de Zona Zero, porque no todo en Mountain Bike es Enduro.

Al final me volví a casa con una sonrisa de oreja a oreja después de haber descubierto una zona maravillosa para pedalear, para perderte (si quieres) y disfrutar del ciclimo al ritmo que a cada uno le apetezca. Tengo ganas de volver y seguir experimentando Zona Zero Road durante unos días, unas semanas… quién sabe, las posibilidades son enormes.

Con ello Zona Zero ha logrado dar un salto más allá del Enduro que hasta ahora dominaban, se han convertido en un destino imprescindible para cualquier ciclista, de cualquier modalidad y cualquier nivel, que quiera disfrutar de algunas de las carreteras menos transitadas y con mejor paisaje de nuestro país.