Test: Cipollini Bond Disc
Licencia para ganar



Estamos en los años 90, un corredor italiano es el dueño de las “volatas” en el pelotón profesional. Alto, buen parecido físico (un buenorro como dirían las féminas) y todo un conquistador con las azafatas. Apodado “Il bello”. Su estilo destaca sobre todos los demás. Su ropa, pese a ser del mismo equipo, siempre luce unos colores o algún distintivo que le diferencia del resto.
Intratable en el sprint y muy mediático en una época en la que el ciclismo es solo dar pedales, sudar y sufrir. Mario Cipollini es espectáculo, es diferente, y supo dar con una tecla que atrajo millones de miradas sobre él. Pero ese espectáculo también se tradujo en resultados: más de 190 carreras ganadas, entre ellas el mundial de 2002.
En 2009, se embarcó en la aventura de crear algo muy personal. Una marca de cuadros diseñados en Italia y fabricados en Bosnia bajo su total supervisión. Cipollini nace con la filosofía de ofrecer algo exclusivo, llamativo y que se diferencie del resto de la oferta del mercado, al igual que hacía Mario en su época de profesional. Ser distinto. Y sobre todo ofrecer el sello de «Made in Cipollini».
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Los modelos actuales de Cipollini, NK1K, RB1K y BOND, son los estandartes de la marca. Bicicletas con geometrías muy agresivas y diseñadas para transmitir todos tus vatios a la carretera. No son bicicletas hechas para “flojos”. Para Cipollini los conceptos Endurance, confort o Gran Fondo, no tienen cabida. El que quiera ir cómodo, que se compre una de ruedas gordas.
Los diseños nacen de su concepción e idea de lo que es una bicicleta de carretera: Potencia, velocidad y máximo control en situaciones límite. Cuando vas buscando la pancarta de meta, el sprint final no son sólo los últimos 200 metros, donde se aplica toda la fuerza que tu cuerpo pueda generar. Para llegar hasta ese momento tienes que haber pasado los últimos 5 kilómetros, guardando tu posición entre los 10-15 primeros, entrando a mil por hora en curvas de 90 grados, esquivando rotondas, con continuas arrancadas tras cada curva y hombro con hombro con el resto del pelotón. Para eso, Mario con su 1,90 de estatura era el mejor.