Entrevista a Rigoberto Urán, corredor del Education First-Drapac Cannondale

Su alegría, positivismo, desparpajo y sentido del humor son sus señas de identidad. No le pesa hablar con los medios de comunicación, sino que lo hace incluso con gracia, por difícil que haya sido el día. Términos como “mijitos” para referirse a sus fans, “parcero” para llamar a sus compañeros o “güevón” para hablar con los periodistas, tienen encandilados a los seguidores colombianos.

Gracias a su paso por seis equipos durante los once años que lleva en el ciclismo profesional se ha hecho amigo de prácticamente todo el pelotón y gran parte del staff técnico, incluyendo managers y directores. Reconoce que la clave por la que los equipos confían en él a pesar de pasar alguna temporada con el palmarés en blanco es trabajar duro. “He dado pasos importantes y sin ganar carreras, ¿cierto? He tenido mucha suerte”, reconoce. “Cuando estoy en un equipo procuro dar todo de mí. Igual podría haber ganado más carreras en algún momento dado, pero sé cuál es mi papel y lo entrego todo al equipo. Si me tocaba hacer de gregario, no guardaba fuerzas para ir a hacer el 20 o el top ten…”.

No se compadece de sí mismo y parte de su carácter se basa en relativizar el éxito y el fracaso. Así reconoce que procura que la falta de resultados no le estrese y perjudique. “Lo que uno trata cuando no hay resultados es esperar y seguir trabajando. Quedar tercero en la Volta a Catalunya no es lo mismo que quedar quinto en un Giro d´Italia. Claro que estresa, pero tienes que intentar que no te afecten los resultados tanto si ganas como si no. Y si ganas no te puedes relajar. Yo este año después del Tour he seguido corriendo como siempre con el mismo calendario y la misma motivación”.

Y apela en esos momentos de falta de resultados a la confianza y a la comprensión de los equipos en un nuevo ciclismo en el que la presión ejercida por los patrocinadores manda. “Los equipos a veces no valoran al corredor tanto como a sus resultados. Si un corredor tiene un año malo apenas esperan para cambiarle el contrato y yo creo que eso no debería ser así. Hay que valorarlo como profesional porque un año malo lo puede tener cualquiera”.

El equipo volvía al máximo nivel. Sin embargo, en plena Vuelta a España el equipo anunció que no contaba con presupuesto suficiente para continuar debido a la marcha de Cannondale como patrocinador principal, y liberaba a corredores y staff técnico de sus obligaciones contractuales.

“Cuando me llamaron estaba entrenando para las carreras en Canadá. Había renovado mi contrato con el equipo para las próximas tres temporadas durante el Tour de Colorado la semana anterior. Me llegó la noticia y pasé cinco minutos en los que ni sentía los pies. Lo que más me jodía era que con el año que habíamos hecho nos encontrásemos en una situación así. Da mucha pena. Aunque sabía que no tendría problema a la hora de encontrar otro equipo, me preocupaba que más de 70 personas entre corredores y staff se quedasen sin trabajo. Eso además afectaría directamente al mercado ciclista, bajando los salarios ya que habría muchos ciclistas y pocos equipos”.

Su nuevo contrato de tres años, rompe con la media de permanencia en sus equipos anteriores. Desde que diese el salto al profesionalismo, Urán ha militado en seis equipos diferentes, una media de dos años en cada uno. “Es cuestión de aprovechar las oportunidades”, reconoce. “Es bueno ir cambiando y no hacer durante demasiado tiempo las mismas cosas”.

Se ganó su entrada a Europa gracias a sus dos victorias en la Vuelta del Porvenir que se organiza en Colombia en los años 2004 y 2005. De la mano del manager Giuseppe Aquadro, pasó a profesionales en 2006 en el equipo Tenax y en 2007 logró sus primeras victorias en La Bicicleta Vasca y la Vuelta a Suiza en el equipo Unibet.com. En 2008 fichó por Caisse d´Epargne, el actual Movistar Team, hasta 2010. Fueron años de aprendizaje y de entrega al equipo.

Su palmarés se mantuvo en blanco hasta 2012, un año después de haber fichado por el equipo Sky, y en el que logró ser mejor joven de la clasificación general del Giro de Italia, una etapa en la Volta a Catalunya, el Giro del Piemonte y la medalla de plata en los Mundiales de ciclismo en ruta celebrados en Londres.

“A la hora de fichar por un equipo, lo más importante es tener mi espacio y que no cambien mi forma de trabajar aunque me adapto a los cambios. Lo primero es encontrarse bien y eso lo he tenido en cada equipo en el que he estado. Cuando uno está bien en un equipo no quiere cambiar, pero cuando se ha dado la oportunidad era para seguir creciendo. Ha sido una buena idea porque hoy en día he sido compañero con casi medio pelotón. Todo eso sirve para algo”.

Lo que empezó como un hobby durante el Giro de Italia de 2014, ahora es una empresa formada por 14 personas y que cuenta con más de 50 puntos de distribución en Colombia y que acaba de abrir la primera tienda propia en Medellín. Europa sigue siendo la asignatura pendiente, pero está en los planes próximos de desarrollo de negocio. “A veces estoy compitiendo en Europa y los fans me preguntan dónde encontrar nuestra ropa. Vemos que ya hay mucha demanda”.

A pesar de que el deporte de alta competición consume todo su tiempo, el colombiano busca tiempo cuando está de vuelta en Urrao para hacer entrega él mismo de los pedidos online. “Uno a veces no sabe cómo devolverle a los fans tanto apoyo. Alguna vez he ido en persona a entregar los paquetes a la gente a su casa. Ver la expresión de sus ojos cuando abren la puerta es ufff… fuerte. Uno quiere expresar el mismo agradecimiento por ese cariño”.

Su negocio se convertirá en su principal actividad cuando se retire del ciclismo. Por lo pronto dice que aún le queda bicicleta para rato. “Algunos dirán que soy viejo. Es cierto que ya llevo muchos años como profesional pero me han tratado muy bien. Cansado no estoy. Hay trabajo y hay experiencia y eso te da la confianza para volver al Tour, al Mundial...para disputarlos”.