Yo estuve ahí, por Laura Meseguer

No todo el mundo tiene la posibilidad de vivir las tres semanas de las tres grandes. Laura Meseguer lo hace con su micrófono y su cámara. Con La Vuelta ya terminada es momento de reflexionar.
Yo estuve ahí - Laura Meseguer
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Autor Maillot Laura Meseguer
Autor de la fotoLuis Miguel del Cerro

Fecha de la noticia 04/10/2016


Terminados los tres grandes tour de la temporada y preparada para afrontar un otoño de escritura y trabajo de ordenador, me pide el director de Maillot, Luis Miguel, que no desconecte sin antes recordar la experiencia de cubrir el Giro, el Tour y la Vuelta. Cuando echo la vista atrás, tengo la sensación de que las 63 etapas que he cubierto de mayo a septiembre este año con Eurosport han pasado en un abrir y cerrar de ojos. Miles de kilómetros en coche, más de 300 entrevistas, reportajes, más de cincuenta hoteles diferentes, tantas historias, intrahistorias, penurias, alegrías, (anécdotas)...

Tres semanas en las que el eco de todo lo que ocurre en carrera es enorme y hasta el menor detalle tiene máxima importancia. Por eso desde la distancia me acuerdo especialmente del siempre sonriente Esteban Chaves, que no llegó solo para triunfar sino también para aportar calma y equilibrio a la balanza. El colombiano del equipo Orica-Bike Exchange, segundo en el Giro de Italia y tercero en la Vuelta a España en 2016, lo relativiza todo: “Es sólo una carrera ciclista”, recuerda, y afronta con la misma templanza fracasos y éxitos.

Uno de mis momentos más emotivos de la temporada lo viví con él en la meta de El Alto de Aitana en la penúltima etapa de la Vuelta Ciclista a España.  La cámara y el micrófono te acercan a las emociones de los ciclistas, de lo que se convertirán en sus recuerdos inolvidables, de sus “antes y después”, momentos íntimos que se vuelven colectivos y a través de la cámara y del relato, en universales.

Fue su “ataque épico”, como él mismo diría al micrófono y la atmósfera de emoción y celebración en la que nos sumergimos, los causantes de que cuando quise formular la pregunta se me cortara la voz.  Conseguí salvar la entrevista, y la emoción pasó desapercibida. Salvo para Chaves, que al acabar se  me acercó sonriendo y dijo: “Pero no llores cuando me entrevistes”.

La cámara y el micrófono te acercan a las emociones de los ciclistas - Laura Meseguer

En el Giro aprendimos a pronunciar el nombre de Steven Kruijswijk aunque muchos de sus rivales aún terminaron la carrera sudando la gota gorda cuando tenían que decir su nombre frente a la cámara. Fue ejemplar la manera que tuvo de sobreponerse el holandés a su fracaso en el Giro, cuando iba liderando la carrera con tres minutos de ventaja sobre Chaves y una caída camino a la meta francesa en Risoul en la etapa 19 frustró su sueño rosa. Con una costilla rota y un golpe fuerte en el pie se subió al rodillo antes de la penúltima etapa para salir a defender su podio.

Hasta entonces el Giro había sido un tanto “descafeinado”, como se suele decir, con un Vincenzo Nibali al que había acompañado la mala suerte con problemas mecánicos y que además no rendía. Su director, Giussepe Martinelli, al que admiro especialmente por sus dotes estratégicas (basta recordar la penúltima etapa de la Vuelta a España de 2015 en la que Fabio Aru arrebató el maillot rojo a Tom Dumoulin en una etapa de media montaña y la remontada de Nibali en el Giro de Italia de 2016, por no hablar de las nueve victorias en un gran tour dirigiendo a hombres como Marco Pantani, Gilberto Simone o Damiano Cunego), nos recordaba cada día que la carrera no terminaba hasta llegar a Turín.

Y así fue, las dos últimas etapas de montaña fueron de infarto. La penúltima etapa contaba con tres puertos de primera categoría y 2.300 metros de desnivel y aquel que dos días antes estaba a cuatro minutos y 43 segundos de Kruijswijk, el héroe italiano, Vincenzo Nibali, sentenció la carrera, arrebatando a Esteban Chaves la maglia rosa, mientras que Alejandro Valverde se hacía con el tercer puesto del podio en su primera participación en la carrera italiana.

 

Me gusta cuando los equipos buscan su propia suerte al margen de la pelea por la clasificación general, transformando la oportunidad en éxito. El equipo Ettix-Quickstep se presentó en la carrera italiana con unos brazaletes regalo del alemán Marcel Kittel en los que se leía: “Luchamos por el rosa y la gloria”. Lucieron la maglia rosa con tres corredores diferentes: el propio Kittel, Brambilla y Jungels. En la Vuelta a España lograron cuatro victorias de etapa, el mismo número alcanzaría Lotto Soudal en el Giro y Orica Bike Exchange en la Vuelta a pesar de estar disputando el podio con Chaves.

El Tour no ha resultado tan emocionante como en otras ediciones, con algunas excepciones - Laura Meseguer

Siendo la más grande, la más seguida por el mundo ciclista, este año, sin embargo, el Tour no ha resultado tan emocionante como en otras ediciones, con algunas excepciones. Fue inolvidable la subida a pie de Chris Froome hacia el Mont Ventoux en un Tour que volvió a ser monopolio de Sky, pero que nos sirvió para descubrir la mejoría del británico en distintos escenarios: descensos, etapas con viento...Los equipos rivales se desesperaban ante la fortaleza inquebrantable del equipo británico y no me extraña que desde julio de 2016 estén concentrando sus esfuerzos en hacer un equipo para la próxima temporada capaz de batir al Sky en el Tour de Francia.

Que Froome no es imbatible se vio en la Vuelta a España aunque no resulte nada fácil deshacerse del británico. Hace falta un luchador herido, un estratega dispuesto a dar el resto sin rendirse como Alberto Contador que preparó un escenario histórico camino de la meta en Formigal. Aquel día, los coches de director de equipo aparcaron en la meta esperando al final de etapa hasta poder bajar a los autobuses de equipo y reunirse con los corredores. Vencedores y vencidos se estrechaban la mano y nos decían al micrófono: “Hoy se ha escrito un nuevo capítulo de la historia del ciclismo”. Lástima que la emoción se diluyese esperando una hora al “gruppetto” que decidió tomárselo con calma aquel día sin miedo a represalias. Contrastes.

"Ha sido la más dura de todas" - Alejandro Valverde refiriéndose a la Vuelta

Aseguraba Alejandro Valverde al término de la Vuelta que la velocidad media de la carrera había sido muy superior a la del Giro y el Tour. “Ha sido la más dura de todas”. Metida entre el pelotón ciclista para las últimas entrevistas mientras esperábamos el inicio de la etapa, aún en Galicia, un corredor me comentaba que de seguir a ese ritmo la semana siguiente podríamos esperar muchos abandonos. Era la opinión reinante: la dureza y la velocidad de la Vuelta.

"Somos unos afortunados de poder trabajar en el deporte más bonito que existe" - Laura Meseguer

Sea como sea, nada es comparable con la sensación de llegar a los Campos Elíseos en París durante la última etapa del Tour de Francia. Se apodera de nosotros la melancolía mientras la carrera se viste de gala y se abren las botellas de champán para cerrar la fiesta. Entonces olvidas las veces que has maldecido la carrera, los hoteles que más parecen pensiones, las cocinas de los restaurantes cerradas seguidos de un “Je suis desolée” y los empujones de los periodistas que sólo se acercan al ciclismo en el mes de julio. Y es que, como tantas veces hemos hablado el cámara italiano, Marco Camilloni y yo durante todos estos meses, somos unos afortunados de poder trabajar en el deporte más bonito que existe.

Creo que voy a llamar al director. No encuentro espacio suficiente para poder contar todo lo vivido estos meses. Mejor hacerlo delante de una caña. O dos.

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